Oda a mi princesa
Que gobierna mi triste mirada
Que sufre en la prisión
Que es su propio castillo
Que lamenta la pasión,
Su martirio
La desgracia de un amor,
Su único castigo
La venganza del dolor,
Que, tiempo atrás, fue su único amigo
Cuando se ahogo el sol
Cuando perdimos el control
Cuando nos olvidamos del mundo,
Cuando la melancolía se nos fue en un segundo
Y la noche se amalgamó a tu silueta
Cuando perdimos la nación del tiempo
Cuando mi cabeza dio mil vueltas
Cuando la nostalgia vino a nuestro encuentro
Cuando tu sonrisa se volvió mi centro
Cuando nuestros recuerdos se los llevo el viento
En ese momento
Llego el final de este cuento
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Crónicas de un corazón roto
PoetryLos poemas no sienten, pero pueden llorar mi corazón no miente, no puede fingir amar.