Cap 1

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¿Por que la vida te separa de las personas que más quieres? ¿Es eso o acaso es el karma pasando factura por ser muy buena persona?. Jareck tendría que irse algún dia, y lo sabía, pero no esperaba que fuera tan pronto. Por eso nos encontrábamos afuera de su depa, recargados en el maletero de su auto, segundos antes colocando las maletas allí.

—Sabes que puedes venirte conmigo, te lo pagaría todo. —dice con una sonrisa forzada, que se reflejó más como una mueca.

—Jeck, ya hablamos sobre esto.—aclaro y me paso los dedos por el puente de la nariz.

Habíamos discutido varías veces por el mismo motivo. No quiero volver a lo mismo y mucho menos ahora.

—Lo se, linda — suspira y se revuelve los rizos, aumentando su volumen —.Pero podrías dejar tu orgullo de lado y por una vez aceptar algo que tenga que ver con dinero.

Suspiro cansada.

—¡No se trata de orgullo jareck!, ¡Ya te lo dije, no puedo dejar mi vida, mi trabajo ni mis amistades de lado, no puedo hacerlo!. A ti porque no te cuesta nada. ¡Joder! que tienes la vida resuelta. Pero entiende, por favor, no todos podemos permitirnos irnos y dejar todo.

Su semblante pasa de ser triste a llevar un aire de enfado. Podía notar la furia en sus ojos.

—¿Dejar que?—sus labios se convierten en una línea fina, y su mandíbula se tensa tanto que temo porque se rompa.—¿A tu mejor amiga?¿A tu padre que odias y a tú madre que ni siquiera puede mantenerte?

Niego por sus palabras, y siento como mis ojos se llenan de lágrimas que retengo cuando pestañeo varias veces.

No tenía cómo responderle, no cuando sabía que lo que decía era cierto, a ellos a penas les alcanza para las consultas de mi hermana.

Mi madre, que en ese caso es la única que aporta algo en mi vida, ayuda como puede.

Si algo era positivo en Jareck, es que podías notar sus emociones con solo verle a los ojos. Era muy predecible y aveces daba miedo.

Aún así, estoy acostumbrada a que se moleste sin ningún motivo. De igual manera me niego a no replicar.

—Sabes que no todo es cierto. Las consultas de Lara son muy costosas, sus medicamentos son caros, ellos tienen que apañárselas para pagar todo eso. No puedo dejar la universidad ahora, mi mamá gastò todos sus ahorros en la colegiatura de mi último año, no voy a tirar todo su esfuerzo por ti.

Mis palabras incluso a mi me duelen, pero tengo la razón, no puedo dejarlo todo por irme con él y comenzar una vida desde cero.

Parece que mis palabras hacen efecto en él, pues otra vez se relaja y suelta un largo suspiro.

—Vale, lo siento. Vente —extiende sus brazos y al instante nos fundimos en un cálido abrazo.Nos pasamos unos segundos así, hasta que por fin, el es quien lo termina.—Te quiero mucho ¿vale?, nunca lo olvides.

Yo asiento, tratando de no llorar, porque esta será la última vez que lo vea, hasta cuando él pueda venir.

—Igual yo — digo y él pone un mechón de pelo tras mi oreja —.Prométeme que me visitarás cuando tengas tiempo.

El sonrie. Pero por algún extraño motivo, esa sonrisa no llegó a sus ojos. Podía sentirlo confuso.

—Por supuesto, vendré cada mes — afirma—.De igual manera nos comunicaremos por video chat.

—Espero no te enamores de ninguna portuguesa.—Bromeo.

—No lo haré. No podría hacerlo sin imaginarme esos ojos azules preciosos que tienes.

El Chico Del MetroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora