Gay Movie - Spreeckity

Capítulo 04.◈

Caminaba por la sala de un lado a otro, pareciera que en cualquier momento haría un gran agujero donde caería sin piedad, una parte del libreto me tenía preocupado, ¡había una escena donde "tenía sexo con Spreen"!, ¡Cómo es eso posible!

El timbre sonó avisándome que el recién nombrado había llegado, miré el reloj, "12 en punto", vaya psicópata.

-¡Hola, Quackity! - Él saludó con una gran sonrisa.

-Hola- solté un bufido.

-Ugh, pensé que estarías de humor- mordió su labio inferior, ¡otra cosa que odio de él!

-Nunca más estaré de humor después de esto- negué.

-Bueno, ¿me dejas pasar?- me hice a un lado para que entrara a mi hogar-, qué linda casa tienes- alagó. -Gracias- cerré la puerta.

-¿Estás, solo?- frunció un poco el ceño al sentir unos ruidos provenientes del cuarto de lavado.

-No, Holly anda por ahí.

-¿Tienes un gatito?- dijo emocionado

-No, un perro- suspiré

-¡Amo los perros!- volvió a sonreír, Spreen ya me estaba asustando.

-¿Algo que no ames?

-A ti - sonrió.

-No te preocupes, no necesito que me ames- levanté una ceja.

-Ah, claro, verdad que tienes novia- se pegó levemente en la frente.

-Avísale que venga, porque no vuelve hace años- dije irónico.

-¿No tienes novia?- rió.

-¿Acaso tú tienes?- ataqué.

-Bueno, solo he estado saliendo con alguien- encogió sus hombros.

-De ahí proviene tanto escándalo- recordé el diario de esta mañana.

-¿Escándalos?-volvió a fruncir el ceño.

-Dicen que andas con una "Rubia", que no recuerdo su nombre.

-¿Dónde has visto eso?-cruzó sus brazos.

-En el diario, pero de verdad no me interesa.

¿Qué diario?- ¿acaso no escuchó?.

-The Sun

-¡Es increíble que creas las ridiculeces que publica ese diario!- empezó a reír.

-Bueno, una vez inventaron que sería padre, y resultó que me vieron con mi maquilladora, ella es algo rellenita- encogí mis hombros.

-¡Lo recuerdo!, ese día quería morir- un silencio inundó la sala, vaya, qué sorpresa.

-No te quedes callado- balbuceó.

-Y a mí me llamas ingenuo- puse mis ojos en blanco.

-Ugh, he venido para ayudarte- cambió el tema.

-Y yo insisto que no lo necesito- me senté en el sofá.

-Si no lo necesitas, entonces deberías cerrar las piernas al sentarte- esperen sentí que mis mejillas tomaron un calor especial, no podía ser...

-¡Te has sonrojado!- se burló

-No, solo es el reflejo de mi lámpara-rodé los ojos.

-Deja de rodar los ojos- regañó.

-Deja de pretender que eres mi madre-Eres un fastidio, Quacks - suspiró.

-¡Entonces vete!, ¡No te necesito! Spreen - grité.

-No me grites- cerró los ojos por un momento.

-No me digas que llorarás, no seas tan marica- pasé mi mano por mi cabello.