el chico del apartamento 512

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Cada día es igual para Yuzuha, el vecino mayor intentando coquetear con ella igual que algunos hombres más, pero ella solo los ignoraba, por alguna razón en sus pensamientos solo estaba su vecino.

Le intrigada saber porque siempre llevaba un cubrebocas, es decir, no parecía estar enfermo ni parecía ser alguien peligroso, algo despeinado pero nada más.

Pero volviendo a la chica.
Llegó a su pasillo y algo la hizo caminar lentamente, esperando ver de "casualidad" a su vecino.

- buenos días, señorita Yuzuha - se escuchó la voz de su vecina.

- oh, buenos días, señora Kazumi Ishikawa - volteo rápidamente.

- oye linda,¿Podrías ayudarme con una cajas?-

- claro que sí Señora Ishikawa -

- perfecto -

La chica comenzó a bajar las escaleras hacia la recepción para llevar caja, cuando tomo la primera vió bajar a su vecino.

- ¿También ayudas a la señora Ishikawa?-

Parecía que su vecina ya tenía todo planeado desde un principio, un tanto cliché pero aún así lindo.

- sí, me pidió que le ayudará con una cajas -

- me parece bien Shiba, yo me llevo está y tú esa -

- pero se ve algo pesada-

-¿No crees que pueda hacerlo?- bromeo.

- no estoy segura - siguió el juego.

- si llevo la caja hasta el apartamento de nuestra vecina sin descansar un momento, el siguiente fin de semana vamos al cine y si pierdo tu dices que haremos -

¿Una cita?¿y su hermano? No puedo dejarlo solo, sabe que se puede cuidar pero... esta bien, Mitsuya la puede ayudar.

- está bien, acepto -

Y así comenzó, la chica iba atrás de él para verificar que no descansará, según algunos de los demás vecinos parecían adolescentes enamorados, una pareja de verdad jugando.

Tal vez era lo que la señora Kazumi Ishikawa buscaba, o tal vez buscaba juntarlos indirectamente... o a alguien que la ayudara.

De cualquier forma ambos la pasaban bien, era como si se conocieran desde antes.

- ja, gane Shiba - sonrió recuperándose del esfuerzo - iremos al cine -

-... por mi está bien -

- oh, una cita- río levemente la anciana.

- no es una cita - hablaron a unísono, parecía que lo había practicado.

- una lástima, serían buena pareja - hizo una pausa breve- bueno, gracias a los dos ¿Quieren pasar? Les daré té y galletas recién hechas-

Los adolescentes se miraron y luego a la mayor.

- está bien, gracias señora - sonrió.

- sí.. gracias - entro junto a la chica.

El té fue servido junto con unas galletas de mantequilla con algo de chocolate.

- y... ¿Han pensado en algo... sobré lo que dije?- está señora es perseverante

- ¿El amor? No lo sé, siempre eh estado centrada en mi hermano. Hice una promesa y la voy a cumplir -

- eso es muy lindo querida, pero ¿y tú? Quiero decir, tu vida y sentimientos no van a seguir siempre a tu hermano - sonrió - él ya está creciendo y formará su vida poco a poco, no creo que siempre lo tengas que cuidar como a un bebé -

Eso la puso a pensar de nuevo, tenía razón, su hermano ya no era pequeño, ya no estaban con quién los golpeaba e intimidaba, ese "tal vez" se estaba volviendo en un "ya".

Ya piensa en ti misma, ya busca tu felicidad, ya no es tal vez, ya muestra tus sentimientos. Ya sé libre.

- Estaré bien, Mitsuya, Takemichi y Chifuyu van a venir para ver películas, estaremos bien. Además ya somos grandes -

- está bien, pero si pasa algo, llámame-

- vamos Yuzuha, no va a pasar nada malo, ve y diviértete, te lo mereces -

Empujó ligeramente a su hermana pero que saliera encontrándose a su vecino.

- te la encargo - dijo Hakkai - cuida que se divierta, y no se preocupe por nada - entró al departamento - adiós -

- vaya primero encuentro con tu hermano -

- es algo... raro, mejor vamos -

- claro -

Subieron a la moto del chico y se fueron, al poco tiempo el olor de las palomitas llegó a ellos, escogieron la película y se dirigieron a la sala.

Se sentaron y esperaron a que comenzará la función.

- ¿No te quitarás el cubrebocas?-

- por ahora no -

- está bien - sonrió y miro la pantalla.

La película comenzaba y con ella la atención de la chica hacia el filme, una vez que el chico estaba convencido de la atención de la chica a la pantalla, bajo su tapabocas y comenzó a comer para después volver a cubrir su rostro.

Los minutos pasaban y cada vez más ambos se sentían más cómodos, sentían que ya podían confiar el uno por el otro.

Cada día es igual por mi pasillo
Nunca llegó a mi puerta sin oír el chiflido
De un chavo que me dice que me está esperando
Lo que él debería hacer es ir y darse un baño
Y un aburrido me detiene otra vez
Y yo le finjo interés...