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La puerta de la habitación fué abierta y la mayor se acercó a la cama en dónde se encontraba su hijo durmiendo tranquilamente como angelito, se sentó en el borde la cama y acarició su cabello con suavidad mientras sonreía.

Este empezó a moverse para luego abrir lentamente los ojos para toparse con el rostro sonriente de su madre.

- Me imagino que estabas cansadito mi amor, si quieres puedes seguir durmiendo

El pelinegro se sentó en la cama y talló sus ojos, aunque estaba cansado no se sentía cómodo en esa cama, extrañaba la suya, su habitación, para él todo el lugar era completamente extraño.

- Hice de comer, preparé tu comida favorita, ¿Quieres bajar a cenar?

- ¿Qué hora es?, No sé cuánto me dormí

- Son las 7 de la noche, debes de tener hambre, baja a cenar hijo. -se levantó de la cama y caminó hacia la puerta-. Se que este lugar te puede parecer extraño, pero con el pasar del tiempo te acostumbrarás, ya lo verás

Antes de salir y cerrar la puerta le dedicó una última sonrisa a su hijo, el pelinegro pasó ambas manos por su rostro y suspiró con pesadez, ni siquiera llevaban un día allí y ya sentía la necesidad de regresar a su ciudad.

Se levantó de la cama y caminó con pereza al baño para lavarse la cara, se miró al espejo y notó unas pequeñas ojeras, su cara no reflejaba felicidad, por el contrario, esta reflejaba tristeza e incomodidad.

Casi arrastras salió de la habitación y bajó las escaleras para llegar a la cocina y sentarse en las sillas del pequeño comedor de vidrio que se encontraba allí, en él habían dos platos servidos, uno para él y el otro para su madre.

Llevó un pequeño bocado de comida a su boca y masticó suavemente, de su boca no salió ni una sola palabra solo mantenía su rostro bajo y su madre notó eso.

- Jungkook, ¿Te pasa algo?, No me gusta cuando te quedas en completo silencio, me preocupo

En su mirada se podía reflejar la preocupación, de la boca del pelinegro no salió ni una palabra haciendo que su madre se preocupara más.

- Dime que es lo que pasa, dime para poder ayudarte

- Tú sabes bien lo que quiero madre. -murmuró aún manteniendo su vista en el plato de comida

- Fuiste tú quien tomó la decisión de venir conmigo, si tú quieres regresar a Busan pues hazlo, pero yo no lo pienso hacer

- Es qué no quiero tenerte lejos. -levantó el rostro para ver a su madre-. Sin ti me siento solo, pero no me gusta esta ciudad, no me gusta esta casa, me siento como un completo extraño

Sus ojos empezaron a ponerse llorosos y sus palabras salían entrecortadas, incluso no tenía ni apetito, lo único que deseaba era regresar a su hogar.

- Jungkook por favor no hagas esto difícil, si tú no te sientes cómodo aquí, entonces haces que yo me sienta mal, por qué siento como que si te traje a la fuerza y eso no es así... Te dí a escoger si querías quedarte en Busan o venirte a Seúl pero decidiste venir conmigo

El lugar se quedó en completo silencio, el pelinegro bajó el rostro mientras limpiaba algunas lágrimas que habían salido de sus hermosos ojos de bambi, los mismo ojos de su madre.

Cuando iba a hablar fué interrumpido por el sonido proveniente de afuera, alguien estaba tocando el timbre, la mayor se levantó de la silla y caminó hacia la puerta dejando solo en la cocina al pelinegro.

Este ni se inmutó en seguir la acción de su madre, simplemente se quedó allí sentado en su lugar jugando con la comida, su estómago se había cerrado.

Después de un rato escuchó voces desconocidas acercándose más, escuchó la voz de su madre llamándolo, no quería ir pero no quería que su madre se enojara por desobedecer asi que con suma pereza se levantó de la silla y caminó hasta la sala.

Su madre estaba hablando con una señora que parece ser de la misma edad que ella y a su lado está un chico un poco bajo de estatura, piel blanca, labios rosados y cabello castaño.

- Hijo ven, acércate quiero presentarte a nuestros vecinos

al darse cuenta de la presencia del pelinegro estos dirigieron su mirada a él haciendo que se pusiera nervioso y con un poco de incomodidad, no le gustaba recibir tanta atención.

- Él es mi hijo Jungkook, hijo ellos son nuestros vecinos de enfrente. -el pelinegro no dijo ni una palabra simplemente se limitó a hacer una pequeña reverencia

- Mucho gusto Jungkook, mira el es mi hijo Jimin

Él mencionado le dió una pequeña sonrisa al pelinegro pero este mantenía un semblante frío y serio cosa que su madre notó y le dió un pequeño golpesito en el hombro.

- Parece que tú hijo es tímido

- él no es así, no se que le pasa hoy. -volteó a ver a su hijo y abrió un poco los ojos para indicarle que no se comportara de esa manera

- Entiendo, seguro debe ser por el viaje, bueno nosotros solo venimos a saludar y a darles un pastel de bienvenida

El castaño se acercó hasta la señora Jeon y le entregó un pequeño pastel en una caja blanca.

- Hay muchas gracias de verdad, no era necesario. -dijo apenada

- No hay de que, a los nuevos vecinos siempre le damos la bienvenida... Bueno nosotros ya nos vamos fue un gusto conocerlos y espero que nos llevemos muy bien

- por supuesto que sí, de eso no hay duda

Se volteó a ver a su hijo y le entregó la caja del pastel para que lo fuera a meter a la nevera, para luego acompañar a la señora Park y a su hijo a la salida.

El pelinegro después de dejar el pastel en la nevera fue en dirección a las escaleras para subir a su habitación pero fue detenido por la voz de su madre.

- Al menos te hubieras comportado de buena manera con los vecinos, Entiendo que no te sientas bien en este lugar, pero no tienes por qué ser indiferente con las personas que nos tratan bien... Además ellos también son de Busan deberías hacerte amigo de ese chico así no te vas a sentir solo

- al menos deja que primero me sienta cómodo aquí, no quieras exigirme hacerme amigo de alguien que apenas conozco

Eso fue lo único que dijo para luego subir corriendo las escaleras hasta llegar a su habitación y encerrarse allí.


Mi Sexi Stripper || Jungkook Y TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora