Un "bully" enamorado

28

Me sentía completamente avergonzado en ese momento.

Creo que, por primera vez, logré dimensionar lo que realmente era ser un adolescente. En realidad me sentía un tarado total, pero bueno, siempre dicen que los adolescentes son un poco tarados, así que supongo que era un síntoma normal.

—Pará, boludo, respirá un poco.

Me había puesto tan nervioso después de lo que pasó con Pablo que me fui hasta la casa de Facundo.

Corriendo.

—No puedo... No puedo respirar... Traeme agua.

Facundo salió corriendo hasta la cocina, llenó un vaso con agua de la canilla y me lo entregó a lo bruto, salpicándome la ropa.

Yo me tomé el vaso entero de dos sorbos, bajo la mirada atenta de mi amigo, que, por supuesto, no entendía nada de lo que estaba pasando.

—¿Te quisieron robar o algo? —me preguntó, preocupado.

Yo me limpié el sudor de la frente con el dorso de la mano y negué frenéticamente con la cabeza.

—¿Tuviste una discusión con tus padres?

Volví a decir que no con la cabeza.

—¿Entonces? ¿Te peleaste con alguien en el liceo?

—No —dije esta vez y le extendí el vaso para que me trajera más agua.

Facundo repitió el mismo paso y me volvió a dar el vaso lleno hasta el tope. Yo me lo tomé de un tirón y lo dejé sobre la mesa del comedor, cual borracho en un bar.

—¿Me vas a decir qué carajo hizo que vinieras corriendo hasta mi casa con un ataque de nervios? —insistió Facu.

Yo tomé una generosa bocanada de aire y empecé:

—Pablo me dio un beso.

Facundo abrió los ojos de par en par. Se agarró la cabeza, la mandíbula se le desencajó, ya no sabía de qué otra forma demostrar su sorpresa.

—¡¿Me estás jodiendo?!

—Pero fue un beso en el cachete.

Entonces, los dos nos quedamos en completo silencio. Facu hizo una mueca como de asco.

—¿En el cachete? ¿Me estás diciendo que te pusiste así porque te dio un beso en el cachete? ¡Te lo da todos los días cuando te saluda, enfermo!

Ese estaba siendo el día de las primeras veces.

La primera vez que me sentí adolescente, la primera vez que me puse tan nervioso y la primera vez que Facundo me pegó un sopapo en la cabeza que realmente me dolió.

—¡Pará, boludo! No fue como el saludo de todos los días. Me dijo que la equis significaba eso.

—¿Eso qué?

—Un beso, anormal, un beso. ¿Entendés? Lo que me mandó por whatsapp fue un beso y me lo dio en persona. Fue en el cachete pero fue un beso al final de cuentas. Ya está... Lo tengo muerto —dije, haciéndome el canchero.

Facundo todavía sostenía su cara de asco.

—Hace cinco minutos atrás no podías ni respirar, ¿ahora te venís a hacer el interesante? Nah... Sos muy imbécil.

—Boludo, ¿entendés la dimensión de esto? —proseguí, ignorando su insulto—. Él me dijo que me iba a dar señales, ¿no? Ya está, esta fue una señal clara de que le gusto. Yo creo que ya puedo encararlo y pedirle que sea mi novio.

—Sí, claro, eso si no tenés una crisis de pánico.

—Lo voy a manejar re bien, vas a ver. Esto solo se debió a que fue el primer acercamiento, pero vas a ver que en estos días voy y se lo digo. Es más, le voy a comprar una barra de chocolate y una flor.

Facundo hizo otra mueca, pero esta vez no supe muy bien qué estaba intentando expresar.

—¿No es como muy cursi una flor?

—Tenés razón —dije enseguida—. Una flor y un osito, o un osito solo, porque capaz la flor es un montón. O uno de esos ositos que tienen una flor en la mano. No sé, tengo que ver. Vos me vas a acompañar.

—¿Y yo por qué?

—Porque sos mi mejor amigo.

Facu chasqueó la lengua.

Argumento irrebatible.