II

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El pequeño extraño lo miró enojado, tomó su libro y se quiso ir de ahí, pero Vícktor nuevamente lo retuvo.

- ¿Qué lees?- intentó iniciar una conversación.

- No te incumbe- no quiere conversar.

Cuando el recreo terminó Vicktor volvió a su aula esperando con ansias al segundo, siendo el primero en salir cuando el timbre tocó, se sentó en una banca esperando al niño curioso.

El niño al verlo ahí se dió marcha atrás para evitarlo, Vick no entendía porqué parecía querer estar solo, cuándo él estaba intentando evitarlo.

Lo observó desde lejos sentarse en otro lugar y sacar un pequeño lunch para merendar, imitó su acción, pero notó lo poco que comía su colega, su mamá siempre le recalcaba lo importante de alimentarse bien a su edad pues estaban en pleno desarrollo, por eso no le molestaba si alguien le apuntaba tener pancita.

Se acercó tímido hacia la otra banca y le ofreció una tostada, recibió una mirada molesta por parte del otro pequeño.

- No lo quiero, déjame en paz-

Vick no dejó de afrecerle aquel pedazo de pan , hasta que el otro aceptó, pensando que así se iría.

- Me llamo Vick- mencionó emocionado, sentándose a su lado pero manteniendo un espacio entre ambos.

- Ese debe ser tú apodo- respondió sin interés.

- Cómo te llamas tú?-

- Lucian-

- ¿Que trajiste de merienda, Lu?-

- Avena-

Lucian corrigió el apodo que Vick le dió, y respondió con paciencia las preguntas del moreno, el de lentes había aprendido a leer hace muy poco en casa al igual que Vick, iban al mismo grado pero en paralelos diferentes, Lucian prefería estar quieto en los recesos ya que le gustaba tener su propio espacio, indirecta que el otro pequeño no entendió, respondiendole incluso que él también, cuando notó que Lucian terminó de comer le ofreció un poco más, como no se negó pidió a su mamá que le empacara siempre un sándwich extra.

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