Rin ya no podía correr más, se tuvo que sostener de un árbol para evitar caerse al suelo. Aunque el cansancio la haya debilitado no pudo evitar notar una presencia detrás, "¡¿Quién anda ahí?!" gritó. Ella se soltó del árbol y buscó algún objeto con el cual poder defenderse, pero no encontró nada, no se podría defender de lo que venía.
De pronto, algo la empujó contra el árbol, Rin levantó la mirada para mirar a su atacante y quedó sorprendida al ver esos ojos dorados con los que había soñado tantas veces. Tanta cercanía estaba causando algo nuevo en su interior, ella solo quería tocarlo, acariciarlo, recorrer cada centímetro de su cuerpo, pero no. "¡¿Qué se supone que haces Sesshomaru?! ¡Suéltame!" gritó Rin recordando lo que había ocurrido hace algunos momentos, tratando de reprimir sus más íntimos deseos.Sesshomaru solo la miraba fijamente a los ojos, y justo cuando Rin sentía ya no podía soportar más y estaba al borde de sucumbir a lo que su cuerpo deseaba, Sesshomaru dijo: "Solo he venido a devolverte el favor que me hiciste aquella noche.... Aquella noche en la que tus labios tocaron los míos". Sesshomaru empujó a Rin fuertemente contra el árbol y la comenzó a besar, Rin ya no lo soportaba más y le correspondió aquel apasionado beso.
Pero, Rin reaccionó, -"¡No! ¡Suéltame! ¡Tú solo me estas utilizando! ¡Te estás aprovechando de lo que siento por ti!"
-"¿Y qué cosa exactamente sientes por mi Rin?"
-"Tú sabes perfectamente que cada vez que te veo mi corazón late fuertemente, mis piernas tiemblan, no puedo controlarme, yo... yo te amo Sesshomaru y por más que trate de olvidarte no puedo, te veo en todos lados, cada cosa me recuerda a ti y a lo que sentí aquella noche que te bese sin que tú supieras."
-"Rin, no hay cosa que yo no sepa, yo sentí aquel beso tuyo, y decidí no moverme"Rin sabía lo que eso significaba, sabía que Sesshomaru la quería como ella a él, pero ella solo quería escucharlo de sus labios.
-"Rin, yo...... he estado viajando por toda la región pero no puedo olvidarte. No sales de mi mente ni por un segundo. Lo que sentí con tus labios no lo había sentido jamás y no lo sentí nunca hasta hace unos momentos. Déjame volverlo a sentir, déjame."
Aquellas palabras dejaron sorprendida a Rin, ahora estaba segura de que Sesshomaru la amaba. Esta vez fue ella quien lo empujó contra el árbol y con su boca le dio entrada hacia su alma. Su lengua sentía cada rincón de su amado, había soñado tanto con este momento que no podía creer que fuera real. Sesshomaru comenzó a tocarle el rostro de la manera más dulce, Rin jamás había imaginado que él pudiera hacerlo. Los besos se volvieron cada vez más apasionados, tanto que ya no soportaban solo sus bocas. Sesshomaru comenzó a besarle el cuello, causando pequeñas liberaciones de placer de parte de Rin. Estos hicieron que Sesshomaru quisiera juntarse más con ella, comenzó a abrazarla, a juntarla lo más posible con su cuerpo. Rin sintió debajo de ella la gran pasión de Sesshomaru y esto solo hizo que ella lo desee aún más. El pelo de Sesshomaru era acariciado por Rin quien no podía dejar de suspirar su placer.
Sesshomaru no pudo soportarlo más, levantó las piernas de Rin y comenzó a acariciarlas mientras besaba apasionadamente sus pechos y la apresaba contra el gran tronco del árbol. Rin ya no suspiraba, sus gemidos se volvían cada vez más fuertes y Sesshomaru comenzaba a perder el control. Rin empezó a quitarle lentamente el traje a su amado y él hacía lo mismo con ella. Sesshomaru dejó que Rin toqué el suelo y le quitó la yukata por completo, ella se sonrojó de inmediato y no pudo mirarlo a los ojos. Él notó esto y sostuvo el rostro de Rin, la miró fijamente a los ojos, se acercó a su oído y suspiró: "Eres hermosa". Rin no podía creer que este era el mismo Sesshomaru que conocía, el mismo frío e indiferente yukai, aquel con el que soñó tantas noches, con el que deseó tanto este momento, aquel a quien ella amaba profundamente. El yukai terminó de quitarse su propio traje y se junto con Rin en un abrazó que pareció ser eterno. La humana comenzó a besar el hombro de su amado y a acariciarlo de la forma más amorosa posible. Sesshomaru la acercaba cada vez más a su cuerpo, quería poseer a Rin de todas las formas posibles.
Con Rin elevada del suelo, Sesshomaru comenzó a tocarle los pechos, a acariciarle cada centimetro de su cuerpo. Rin se abrazaba a Sesshomaru como si soltarse significara la muerte. Ella le besaba el cuello a su yukai, tratando de controlar los gemidos que él le estaba provocando. Rin ya no podía controlarse más, quería sentir a Sesshomaru como nunca antes lo había hecho. Así que ella abrió sus piernas por completo y con ellas abrazó la cadera de Sesshomaru acercándolo más hacia ella. Esto sorprendió gratamente al yukai quien ya estaba comenzando a perder la razón. "Rin..." suspiró Sesshomaru, trantando, al igual que ella, de suprimir un gemido, "no quiero hacerte daño". Rin continuó besando el cuello y hombro de su amado y le contestó en un suspiro: "No hay forma en la que tu puedas dañarme".
Sesshomaru continuó acariciándola hasta que Rin parecía ya no poder soportar más tanta separación entre sus cuerpos. Ella comenzó a mover sus caderas, acercandose lo más posible, aquel movimiento, tan rápido y fuerte incrementó el deseo que ambos sentían. Sesshomaru no podía resistir más.
De pronto, mientras Rin movía sus caderas, sintió como Sesshomaru comenzó a fusionarse con ella. Al principio sintió un leve dolor pero él le acariciaba la espalda acercándola más a él, el amor y el placer que sentía superaba cualquier dolor. Rin ya no podía controlar más su placer. Ella comenzó a gemir sin importar que alguien pudiera escucharla, ya no podía reprimirse más. Sesshomaru se sentía cada vez más excitado por los suspiros y los fuertes gemidos de su Rin. El movimiento de ambos se volvía cada vez más fuerte, cada vez más intenso. Las hojas del árbol comenzaron a caer sobre ellos por el movimiento que ocasionaban. Pero eso no les importaba. Rin nunca había sentido tanto placer en su vida, no quería que termine nunca. Sesshomaru miraba el rostro de Rin como si no existiera nada más bello en el mundo, su sonrojado rostro, sus labios formando un gemido, sus ojos cerrados al no poder asimilar el placer que sentía todo su cuerpo, todo era perfecto en ella.
Con cada movimiento Rin sentía que su corazón latía fuertemente, que su rostro se sonrojaba cada vez más. Sesshomaru iba incrementando la velocidad de sus movimientos, sintiendo un placer que él nunca antes había experimentado con otra yukai. "Sesshomaru..." Rin gimió. Él casi pierde la cabeza con eso. El movimiento incrementó en velocidad, y se volvió más intenso. Ambos estaban unidos en un abrazo placentero que deseaban que sea eterno. "Rin..." fue lo poco que el pudo contestarle. Con esto, los gemidos de Rin se volvieron más intensos al igual que el movimiento de ambos.
Rin estando al borde del placer máximo al igual que su amado, comenzó a gemir con todo el aire de sus pulmones. Sesshomaru, sabiendo que había llegado el momento, decidió terminar con aquel abrazo placentero, pero no sin antes llevar a Rin a la gloria. Rin sentía un millón de explosiones en su cuerpo, ya no era capaz de controlar sus gemidos. Sesshomaru ya no pudo contenerse más y terminó alcanzando el máximo placer. Rin sintió el placer de Sesshomaru dentro de ella y esto la llevo al punto máximo de placer al igual que su amado.
Ninguno de los dos había sentido algo como esto antes en sus vidas, y estaban convencidos de que no lo sentirían de nuevo si no era el uno con el otro.