Drabble

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𝗚𝗢𝗟𝗗𝗘𝗡 𝗛𝗢𝗨𝗥 — 𝗝𝗩𝗞𝗘

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𝗚𝗢𝗟𝗗𝗘𝗡 𝗛𝗢𝗨𝗥 — 𝗝𝗩𝗞𝗘

Tengo una llamada pérdida de mi amiga
Para decir: "¿Dónde estás está noche?"
No tengo ningún pretexto
Estaba a solas con el amor de mi vida
Él tiene brillo en su piel
Mi rayo radiante en la noche

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Cuando era un crío junto con a la peliverde, ambos tuvieron una persona que les contó cuentos. Ahora, teniendo en cuenta su situación, hay uno que se le viene a la mente cuando piensa en el de bufanda. El típico cuento donde la princesa encuentra a su príncipe azul donde al final fueron felices y comieron perdices.

Sin embargo, tiene que recordar que no es ese tipo de historia.

Las palabras de Mandy son bastantes claras, el concepto de pareja y Chester no congenian en nada. Sin embargo, está Edgar, y si se hablan de sentimientos románticos, desea realmente que el asesino sea su pareja.

Es un deseo lejano. Lamentablemente.

Desde que acepto tal propuesta, la mente de Chester no deja de divagar. No esperaba que, precisamente Edgar lo haya hecho. Edgar quiere besarlo. No sabe el motivo y no quiere saberlo tampoco. Él solo acepto porque nunca ha dado beso y también puede ser divertido.

Lo es. Es un sentir inenarrable.

Aunque, esporádicamente desea haber cambiado la respuesta por su bienestar mental. No obstante, no puede volver pasado (si se da la oportunidad, no cree volver tampoco). Él mismo ni siquiera puede entenderse y puede estar bien con eso. Estar confuso algunas veces es un precio a pagar si quiere estar con Edgar.

Porque los labios de Edgar besando los suyos es una sensación que no cambiaría por nada, es como el néctar de las flores, dulce y embriagador que lo deja anhelando más. En ese fugaz momento es como estar en la cúspide de la dicha. Recordar ese beso es ver un dibujo en su mente un rayo de sol que ilumina sus días grises.

Chester solo es una abeja ante una sublime flor. Él cayó entre sus pétalos y fue nutrido de ilusión.

Tal vez debe aceptar que él será solo un nimio recuerdo. No puede. En algún punto de su existencia quiere pensar que será capaz de expresar su malabarismo verbales que danzan en sus pensamientos.

Así que, aquí están otra vez. No puede y no quiere dejarlo ir. Y parece que el morocho tampoco esta en hacerlo.

En algún un quizás Chester podrá profesar su amor. La luna y las estrellas serán testigo de este devoto amor.

Sin embargo, no es ese tipo historia.

Edgar lo ha solicitado si se pueden juntar en la media noche. El bufón solo acepta como las otras veces. Entonces, por algún motivo que desconoce, siempre en cada encuentro ve más hermoso a Edgar, con su cabello negro y ojos que parecen estrellas que despiertan en la penumbra, su bufanda acomodada y su vestimenta típica. Chester contempla a Edgar bañado por la luz de luna que ilumina su rostro y suaviza los contornos. Edgar se ve como un ángel.

Esto terminará un día. Lo sabe y está dispuesto que Edgar rompa su corazón. Lo ha aceptado cuando lo beso por primera vez. Fue efímero pero inundó su ser en una calidez. No quiere rememorarlo, pero siente el sabor a café en sus labios.

Seguramente va reírse con Mandy sobre su sentimiento en un futuro.

Todo lo que siente por Edgar es tan hilarante.

—Me ha empezado gustar alguien —los pómulos del contrario son pinceladas por un rubí.

Por el tiempo de los encuentros, ocio o en el campo de batalla. Jamás presenció a Edgar en ese estado, mirando el firmamento azulado con anhelo.
Una misma mirada que Chester le dedica a Edgar en silencio.

—¿Quién es el desafortunado? —no puede hacer nada más que molestarlo.

—Nah. Te diré cuando sea oficial.

Chester ríe.

—¡Vamos!, ¡cuenta, cuenta! ¿cómo es el cucaracho?

No puede evitar preguntar.

—Se cree lo mejor de lo mejor. Y tiene un punto, es atractivo y simpático —responde Edgar—. Me ha estado cortejando y me pidió salir. Y yo-

Chester, de alguna manera y solo por este momento, le agrada cuando la voz de Edgar desvanece y solo escucha los sonidos de la naturaleza. No obstante, no es ciego, es molesto de ver como el rubor se extendió hasta las orejas.

Y sin más remedio, lo besa. No es apartado, nunca fue apartado y agradece que eso no cambie. Chester besa a Edgar con vehemencia, intentando convencer al de bufanda que son solo ellos dos ahora y que se olvide de ese idiota, no obstante, lo sabe.

Lo sabe tan bien que se siente patético. Edgar siente algo por alguien más. Así que, mientras lo siga besando, va convencerse así mismo que Edgar corresponde sus sentimientos.

Es tan hilarante que sientas estas cosas mundanas, porque ese tipo de cosas si es parte de la historia, pero tristemente no es la suya.








Lo peor es que la canción no está relacionado a la historia.

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