Capítulo 3

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"¡Ahhhh!"

Arizona gritó mientras se caía de la silla reclinada y golpeaba el suelo duro. El fuerte golpeteo que la había asustado de su sueño se hizo aún más fuerte. Por un momento, no podía recordar en donde estaba. Luego se volteo hacia la puerta. Alguien estaba llamando en voz alta.

Se dirigió de puntillas a la puerta y miró por la mirilla. Era Alex, el jefe de seguridad de Callie, golpeando la puerta. Arizona definitivamente tenía algunos problema con este tipo, pero ella suspiró y abrió la puerta de todos modos.

Alex la miró fijamente. "Buenos días,   Srta. Robbins. La Sra. Torres quiere verte en su oficina y ella dijo que te pusieras esto", dijo llanamente, mientras le deba una bolsa de compras. Ella no reconoció el lenguaje en el exterior de la bolsa, pero parecía francés. Ella llegó y comenzó a sacar algunos artículos. El primero fue un sujetador azul profundo y tenga a juego.

Arizona quería amordazar.

Ella volvió a meterse en la bolsa y sacó un mini vestido azul claro y suave. Con las mangas hinchadas y perlas que adornaban el escote, el vestido se veía precioso. El material era muy suave pero muy corto. Como algo que te pondrías en la playa... pero mucho más corto. Probablemente apenas caería por debajo de su trasero... apenas en el muslo. Arizona tiró la bolsa al revés y encontró un par de tacones muy largos, las correas parecían tener que ser amarradas hasta sus muslos.

Tan incomodo, Arizona hizo muecas internamente.

Pero eso fue todo. No había pantalones, ni falda, ni nada por el estilo. ¿Que carajo? ¿Callie olvido que se rompió el vestido anoche? ¿Su único vestido elegante? ¿Y a cambio de que? ¿Este caro hilo dental? Miro fijamente a Alex cuya expresión facia no había cambiado. Le recordó una version mas atractiva de Justin Chambers de la película The Wedding Planner.

"Ire contigo, pero no voy a usar esto", dijo Arizona, metiendo los artículos en la bolsa. Alex giro los ojos y se fue. Arizona entro, rápidamente se dio una ducha, se vistió con unos pantalones holgados y una camiseta amarilla pálida, tiro su pelo en una cola de caballo desordenada, agarro su bolso y la bolsa de vestir y lo siguio.

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En el camino, Arizona miro el paisaje. Era realmente una colonia hermosa. Se pregunto brevemente donde se encontraba la oficina real de Callie. Alex finalmente se detuvo en una casa grande, en realidad una mansion, y presiono un código en el teclado frente a las puertas cerradas de hierro negro. Arizona noto que las cámaras de seguridad las estaban siguiendo. La gran puerta se abrió y el coche se adelanto hasta entrar en un garaje. Dentro del garaje había varios coches de aspecto caro. Parecía una sala de exposición. Arizona apenas podia creer que estuviera aquí, este era el tipo de imagen que se ve solo en las películas.

Alex abrió su puerta y la llevo a la casa a través de una puerta lateral. Arizona estaba sin palabras, era moderno, pero parecía que muchos de los artefactos pertenecian a un museo. El la llevo hasta una enorme escalera de caracol y luego mas abajo por otro pasillo. Finalmente terminaron frente a una gran puerta de roble. Por alguna razón, Arizona estaba nerviosa. Alex llamo a la puerta y se abrió unos segundos después. El tipo que ella reconoció como Mark, saco la cabeza. Se volvió hacia ella y la miro de arriba hacia abajo. Arizona se dio cuenta de que probablemente parecía loca con su viejo traje puesto, se rió y abrió la puerta para que ella entrara.

Dentro de la habitación grande había una chimenea, varias estanterías y grandes imágenes de griegos mirando a Dios y Diosas. Escaneo la habitación y vio a Callie sentada detrás de un gran escritorio mirándola fijamente. Callie llevaba una camisa blanca y pantalones negros. Sus mangas estaban enrolladas hasta sus codos y su corbata negra, colgada libremente alrededor de su cuellos, el cabello de Callie era liso y brillante, como su hubiera salido de la ducha y sus ojos... eran hermosos y fríos.

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