💎L¡ßℛℴ ðℴ₷ ðℯ ℒα ɦ¡ℑα ðℯℒ ꜰαßℛ¡☪αทՇℯ ðℯ ℑųջųℯՇℯ₷: Cáℳαℛα₷ ₷ℯℛ℘ℯทՇ¡ทα₷ 💎

Capítulo : 21

Descargo de responsabilidad: no soy dueño de nada excepto mis propias ideas.

Bloody Kitsune: Fue una puta y media escribir este capítulo ya que seguía luchando contra mí. ¿Sabes cuántas versiones he escrito hasta ahora? Les juro que toda esa charla entre los hermanos fue molesta ya que eso fue lo más grande que me peleó. La primera versión fue una mierda con buenas piezas esparcidas. El segundo fue aún peor. La novena vez es la vencida, ¿verdad? Espero que disfruten esto.

Revisar:

shflister: Siempre me alegra dar la bienvenida a nuevos fans, pero la falta de sueño me impide disfrutar de la historia.

Jostanos : Ah, eso tiene sentido, aunque nunca he visto 'I love Lucy', así que no habría podido verlo. He oído hablar de ese anime, pero he tenido tiempo de verlo. Me alegro que te gusten, Jos.

TheMarphasChappers : *Esconde una aguja y un muñeco vudú de Umbridge detrás de mi espalda* No tengo idea de qué estás hablando, Marphas. Ninguno en absoluto *Silba inocentemente*. *Se estremece mientras leo la segunda parte* He tenido pesadillas con eso, especialmente desde que LJ y los gemelos Weasley han estado en su reino por un tiempo.

UnforgivingWolf : Me alegra oírlo.

Chisme

Candy Cane chilló cuando Calla terminó de explicar la oferta de Lady Malfoy, "Oh, gatito~" Ella abrazó a la bruja con fuerza, "Tengo muchísimas ideas. Vas a superar a todas esas perras insípidas que probablemente van a ser allá."

"Se supone que Pansy estará allí", ofreció Calla ganándose una risa, "Oh, antes de que lo olvide, Vivian y yo tuvimos una idea bastante divertida de reunir material de chantaje".

La sonrisa de Candy Cane se iluminó, "¡Detalles, gatita!"

"Tú, yo y las otras chicas y tal vez LJ si estuviera dispuesto a ayudar a obligar a los chicos a ahorrar para Slender a un desfile de moda", respondió Calla con una sonrisa tortuosa, "después de todo, la Navidad es una época de alegría".

Candy Cane dejó escapar una risa que habría enviado escalofríos de terror por la espalda de Calla si hubiera estado dirigida a ella. Por una vez, la pequeña bruja sintió pena por lo que iban a pasar los niños, pero era necesario el chantaje. Candy Cane le arrulló a Calla: "Oh, mi querido gatito ~ Nos divertiremos mucho antes de que regreses a esa horrible escuela".

"¿Vienes conmigo o Poppy?" Calla le preguntó con curiosidad.

"Me quedaré porque no quiero posponer sacar a Siri de ese infierno antes", Candy Cane dejó a Calla en el suelo con un suspiro, "A veces, odio cuando tenemos que hacer cosas según las reglas, especialmente cuando se trata de familia",

"Pero valdrá la pena", Calla se inclinó hacia Candy Cane mientras la súcubo ponía su mano sobre la cabeza de la bruja y comenzaba a pasar sus dedos por el cabello de la niña de doce años, "¿Crees que podríamos visitar a Siri o que alguien lo haga? "

Candy Cane tarareó suavemente: "No veo por qué no, pero no vendrás. No se sabe lo que te haría estar cerca de esas bestias chupa almas".

Calla se estremeció un poco al pensar que Sirius estaría cerca de esas cosas, "¿Hay alguna manera de protegerlo de su influencia? ¿Ayudarlo a comenzar a recuperarse?"

"Ya se nos ocurrirá algo, lo prometo", Candy Calla se inclinó para abrazarla con fuerza, "Muy pronto, tendremos a Sirius con nosotros contra viento y marea".

Calla sabía, sin necesidad de que se lo dijeran, que si las cosas en el aspecto legal fracasaban, Sirius Black sería la primera persona en escapar exitosamente de Azkaban desde que comenzó a emplear esos latidos chupadores de almas como guardias. Sabes que algo es malo cuando alguna vez las criaturas que nacieron y se criaron en el infierno odiaron y despreciaron algo más que los seres angelicales. Por otra parte, esas bestias chupadores de almas eran odiadas por seres angelicales/santos hasta el punto de que en realidad trabajaban juntos para destruir las cosas. Si no hubiera sido por el tratado que esas cosas hicieron con el guardián original de Azkaban, habrían desaparecido poco después de que se descubriera su existencia. Por así decirlo, los seres superiores los observaban con ojos ansiosos y hambrientos en busca de cualquier señal de que estaban a punto de romper el tratado.