Entre 2 Amores

lo que nos dejó esa noche

Estaba soñando, mi sueño era algo extraño yo estaba en una nube y llevaba un vestido blanco miraba una cascada desde lo alto del cielo y podía mover mi nube y acercarme hacia la cascada, un sonido extraño empezó aturdir mi sueño y desperté, era mi alarma 5:30 am,  no recordaba que tenía compañía hasta que noté que estaba dormida sobre su brazo, me moví rápidamente y apagué la alarma, traté de ser silenciosa pero Elias abrió los ojos,y me dijo buenos días , le respondí y fui rápidamente al  baño, ya me había visto en pijama, y eso era sumamente vergonzoso, si me veía con mi cara de dormida y mi aliento despertino iba a querer morir, al salir noté que seguía acostado y con sus ojos cerrados, para mí fue un alivio, pensé que se quedó dormido nuevamente y aproveché para cambiarme, ya estaba lista, fui a la cocina, puse la tetera eléctrica y al volver al cuarto me preguntó si quería ir a desayunar, y dijo antes que me digas que no, yo invito le dije está bien, yo le dije que la cafetería dónde fuimos los últimos dos días abría a las 6:30am y que hasta que salgamos el podía seguir durmiendo mientras yo me alistaba, ninguno de los dos hablo de lo que pasó la noche anterior y lo cerca que estuvo de pasar ese beso, para mí que no hablara de eso era genial, porque no era algo a lo que quería enfrentar, no esa mañana, finalmente se levantó de la cama y me dijo que cuando dormía parecía feliz, y le pregunté me viste dormir, y el respondió, oye te quedaste dormida en mi brazo y al querer apartarte ví tu cara y no pude hacerlo, porque te hubieses despertado, sentía como mis mejillas se sonrojaban y trate de apartarme de su campo visual, le dije que fuera al baño, le preste un peine y mientras él hacía eso yo hacía la cama, pronto noté que mi almohada se quedó con su olor, ese perfume, sentí como una brisa fría que me recorría todo el cuerpo, escuché la puerta y puse la almohada en su lugar,me dijo todo bien, y yo le respondí que si, alisté mi mochila y sin darnos cuenta ya era la hora, salimos y estaba algo frío, yo usaba un abrigo verde, bufanda y gorro, pero aún así tenía frío en mis manos y Elías lo notó, tomó mi mano y la puso en su bolsillo junto a la suya, de pronto estábamos caminando en la calle de la mano, sentía muchas cosas, como mariposas, ansiedad y cargo de conciencia, creo que mi cara lo expresaba y soltó mi mano suavemente, y dijo ya no está fría, le sonreí pero ese momento pensé, espera solo la tomó porque en verdad me vió sufriendo de frío y no porque pase algo, ya saben sentimental, pronto llegamos a la cafetería y nuestra mesa la de los últimos dos días estaba libre y decidimos quedarnos ahí, pronto llegó la chica a tomar nuestro pedido y dijo ustedes vienen acá seguido y nos sonrió, nosotros nos miramos y dijimos que si, ambos pedimos un desayuno básico, mientras preparaban nuestro desayuno ambos nos quedamos mirándonos frente a frente, me dijo que mi cabello era lindo y otra vez sentía como mis mejillas se coloraban, Elías iba a decir algo más, pero salvada por la campana llegó la chica con nuestros desayunos, ella miro a Elías y reconozco esa mirada a ella le parecía lindo, no la culpo, lo es, pero debo aceptarlo no es lo que yo quiero o busco, todo lo que pasó anoche solo era la suma del alcohol, las emociones y traumas pensé, todo eso paso en cuestión de segundos , agradecimos a la chica y empezamos a comer,  empezamos a hablar de ropa, y me dijo por cierto el celeste te queda bien, y casi me ahogo con mi café no llevaba nada celeste, bueno no a la vista, lo único celeste era mi ropa interior y le dije, estabas despierto, y el dijo si,  tú crees que eres silenciosa pero no , para nada, y añadió además yo no quise pero tu espejo está mal ubicado en ese lugar y me di cuenta que me vió por el reflejo, le di un suave golpecito en la frente con mis dedos y se rió, pronto terminamos y la parada de autobuses estaba de paso hacia donde yo debía ir así que lo acompañe un rato y luego nos despedimos, nos dimos un fuerte abrazo literalmente yo le abrazaba y mi cara  quedaba cerca de su ombligo, así de alto era el chico, vimos el colectivo llegando y el se apresuró a despedirse dirigió un beso a mis mejillas pero por todo el apuro el beso llegó a la comisura de mis labios, después de  eso seguí con mi vida y estaba totalmente segura que ya no sabría más de Elías, pero no sabía lo equivocada que estaba.