-Hola, Zowell-dijo Mike al momento en que la chica abrió la puerta.
-M-Mike, hola-trato de sonreír, pero solo consiguió dedicarle una mueca-¿q-que haces a-aqui?
-pues vine a verte-respondio con naturalidad.
Ella estaba realmente sorprendida, no esperaba a que él llegase a su casa, menos aún cuando trataba de alejarlo de su lado, y peor aún, de su vida.
-¿puedo pasar?-cuestionó el pelinegro. Zowell simplemente asintió y se hizo a un lado.
Después de cerrar la puerta tras ella, se dirigió hacia donde estaba Michael y trató de gesticular palabra alguna, pero le fue imposible.
-se que es inesperada mi visita, pero tenía que hablar contigo-comenzó explicando-no creas que no me he dado cuenta de que has tratado de alejarme estos últimos días-aquellas palabras dejaron atónita a la chica-y he decidido no seguir tu juego porqué yo no te quiero lejos de mi.
-Michael...yo...-suspiró tratando de neutralizar sus nervios-no es simplemente un juego. Hay una razón por la que he estado actuando así, pero no puedo decirte...es...muy complicado.
Michael sonrió inconscientemente, y no era por algún motivo de burla, simplemente aquella chica lo volvía loco, y a veces él mismo juraba que lo mataba de ternura.
-si de algo sirve, también estoy nervioso y...al igual que tu, no encuentro las palabras adecuadas para decírtelo.
Zowell fruncio el ceño, demostrando que no entendía a donde quería llegar Michael con todo eso.
-Zowell, te amo, y no solo eso, también te quiero en mi vida. Se que es algo ridículo, pero, te has hecho indispensable para mi, si tu no estas, es como si tuviera un vacío dentro de mi-hizo una pausa para darle tiempo a Zowell de decir algo, sin embargo prosiguió al notar que no había reacción alguna de su parte-¿recuerdas cuando me contaste lo de tu familia? ¿que me dijiste que cuando murieron una parte de ti se había ido con ellos?-ella asintió-pues así me siento yo cuando tu no estas a mi lado.
Al instante ella sintió algo inexplicable, como que algo dentro de si misma se quebrara y pensó en la posibilidad de que él también fuese indispensable para ella.
-Zowell, ¿estas dispuesta a dejarme pasar el resto de mi vida junto a la tulla?
-no es tan sencillo, Michael-respondió con tristeza.
-¿porqué? ¿a caso hay algo que nos impida estar juntos?-ella asintió cabizbaja. Michael tomó su barbilla delicadamente e hizo que lo viera a los ojos-¿que es? Dime y lo solucionare.
-¿y si no puedes?-preguntó.
-¿a caso tienes novio? Esos solo son problemas técnicos. Aunque me duele que no me lo hallas dicho.
Ella soltó una risa nerviosa ante las palabras de Michael-no, no es eso-se apartó de su lado y fue hasta el sofá, para después sentarse y tomar su cara entre sus manos.
-¿entonces?-se sentó al lado de Zowell.
La chica tomo una bocanada de aire antes de comenzar a hablar. No le hiba a ser fácil, pero le explicaría a Michael la razón.
-tengo un libro-comenzó-en el escribo todo lo que he hecho en el transcurso del día. Incluso tu estas en el-Michael sonrió-hago eso...por que no quiero olvidarte.
-¿como porqué me olvidarias?-preguntó.
-Michael-dijo Zowell con la voz tenue-tengo amnesia anterograda.
-¿d-de verda?
-si-ahora es ella quien responde con naturalidad, pero sigue esforzándose para poder decir a Michael su problema-hace tiempo me enteré de que tengo una enfermedad neurodegenerativa, los doctores dicen que se desconoce la causa, y eso causa mi amnesia. Mi memoria a largo plazo no funciona.
-cariño, si ese es tu problema, no importa. Juntos saldremos adelante.
-pero...-prosiguió-...la enfermedad, no solo me causó la amnesia, sino también problemas en el corazón-una lágrima se derramó lentamente por su mejilla, y el chico hacia lo posible por retenerlas-hace poco vi al doctor y dijo que esto cada vez va empeorando más y más. No me quedan muchos días de vida.
Entonces, lo que el chico trataba de retener, salió. Las lágrimas se derramaban cual gotas de lluvia, jamas en su vida pensó que se sentiría así, de impotente, incapaz de hacer algo.
Todo se le vino abajo, el mundo a su alrededor se desmoronaba. Tomó a Zowell entre sus brazos y le acariciaba el cabello mientras susurraba cosas como "todo estará bien" y otras veces eran un "te amo", besaba su cabeza y sus lágrimas mojaban su cabello, mientras que las de la chica se encargaban de caer en su camiseta.
Después de un largo rato Zowell se quedó dormida en el regazo de Michael, quien acariciaba su espalda mientras veía a un punto fijo hacia la nada.
No podía digerir las palabras aún, le costaba trabajo creer que ella en poco tiempo ya no estaría a su lado, sin embargo decidió seguir con ella, a pesar de que era consciente de las consecuencias.
Nunca había sido tan feliz al lado de una mujer, y ahora que lo era, ella tendrá que irse.
-te prometo que no dejaré que mueras-le susurró.
Pero a veces las promesas no se pueden cumplir.
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Hola.
Voy a llorar, creó que en ni vida había escrito algo así, entonces espero que halla sido de su agrado :3
Haré todo lo posible por subir mañana el epilogo.
Las amo mucho, bay.
