¿Quien eres?

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Todo ese día ella se quedó conmigo, le pedí que no hablara con mis padres, también le conté lo que había sucedido; ella entendía mi situación, después de todo, ella paso por algo similar; así que me dijo que estaría para mí el mayor tiempo que pudiera. No podía dejar su trabajo de lado, lo bueno es que tenía seguro y no tuvimos que pagar nada, tenía que estar en observación unos dos días mas y me podrían dar de alta.
Era mi segundo día en observación, el  doctor dijo que mis heridas estaban sanando  de manera correcta, mi tía se quedó todo lo que podía, a veces se tenía que ir al trabajo o a darle de comer a sus gatos, en unos de los mementos en que se retiró y me quede solo ví a alguien en la puerta, se veía de mi edad, no podía distinguir si era un chico o una chica, sus facciones eran delicadas pero su corte y ropa era muy masculina aparte se veía un poco golpeado, me miraba con preocupación
—Hola — le dije, el se sorprendió, pero aún así se adentro a la habitación – H-hola – titubeo para hablar, se veía nervioso y asustado
— ¿Qué te paso a ti? – dije para poder hacer conversación, el bajo su mirada, creí que le había pasado algo como a mi y que sus padres lo habían intento matar como a mi
—¿Fueron tus padres? — le dije para que se animará a hablar, pero rápidamente levanto la vista y negó con la cabeza
— ¡N-no!, fueron mis compañeros, me molestan por qué no parezco hombre — dijo algo triste, se podía ver cómo sus ojos se cristalizaban por una lágrimas que querían salir, me miró y me preguntó
— Y a ti, ¿Te paso algo parecido? — no sabía que contestarle, ¿debería contarle este evento traumatizante de mi vida a alguien que apenas conozco?, no sé si sea la mejor idea
— Se podría decir que si, solo que no fueron mis compañeros — el simplemente me vio curioso, pero no quería preguntar y realmente le agradezco eso; el doctor entro a la habitación y vio al chico, el chico devolvió la mirada
– Axel, te he dicho varias veces que no molestes a los pacientes, ¿Aún no llega tu madre para que te lleve a casa?, necesitas descansar y también tenemos que hablar, ¿me podrías esperar afuera campeó? — le dijo el doctor con la voz más tranquila y dulce que podría a ver escuchado, el chico se alejo de poco
— Sí papá, nos vemos amm… — no pudo terminar de decir ya que no sabía mi nombre así que le dije — Luis, me llamo Luis - - un gusto Luis, yo me llamo Axel, espero poder verte en otro momento y también espero te mejores — termino de decir para por fin salir de la habitación.
Después de un buen rato llegó mi tía y el doctor hablo con ella, le dijo los medicamentos y pomadas que se me debían poner el como a qué horas, en cuanto terminó entro al cuarto conmigo para poder hablar conmigo
– Cariño, se que talvez no quieras hablar de lo que te paso y solo quisieras olvidarlo, pero creo es necesario que vallas a terapia —
—No tía, no es necesario, no estoy loco lo juro —
— Oh mi vida, nadie dijo que estuvieras loco, simplemente que pasaste por una situación traumatizante y debes procesar lo que ah ocurrido, para que esto no afecte tu futuro, te lo digo por experiencia cariño – yo me quedé callado, ¿algo parecido le había pasado?, mis papás jamás mencionaron por qué mi tía se alejo, simplemente decían que ella era una enferma mental
— Tía — —Dime mi cielo — — ¿Por qué te alejaste de la familia? — ella se quedó en silencio un momento, dirijo su vista hacia mi, sus ojos se veían tristes, ella se apagó por un momento, desvió su vista y sonrió de forma nostálgica
— Bueno pequeño, eso es una historia bastante larga, pero intentaré resumirla; cuando tenía unos 22 años y estudiaba en la universidad me enamora perdidamente, pero era un amor prohibido, me enamore de aquella a la que la familia conocía como mi mejor amiga, ella y yo teníamos un añito en una relación secreta para el mundo excepto para nosotras, ella era lo que más quería en el mundo pero, un día, tu papá nos vio besándonos, creíamos que estábamos solas, pero el se quedó, cuando salí de ahí con mi novia el nos enfrentó, discutimos y peleamos, al final el se fue y les contó a toda la familia y no conforme fue con los padres de ella para decirles lo ocurrido, nosotras no lo sabíamos, ella llegó a su casa como si nada, ese día me metí a su cuarto para dormir juntas pero alguien toco, así que me escondí debajo de su cama – ella se encontraba llorando, así que me levanté un poco y la abrace, ella continuó
— Cuando abrió la recibió una cachetada seguida de reclamos y gritos, ella estaba aturdida no hablaba, solo podía ver sus pies retrocediendo hasta que PAM, escuché un ruido fuerte, puse mis manos en la boca para no gritar y entonces ví el cuerpo de mi amada cayendo al piso, tenia tanto miedo, coraje y tristeza en ese momento que lo único que pude hacer fue llorar en silencio, mientras sus padres veían que hacer con el cuerpo saque mi celular y llame a la policía, solo pude decir ayúdenme, me van a matar y dar la dirección para que llegaran, al final la policía solo encarceló al padre quien fue el que disparo y solo fue pos unos cuantos años – mi tía no paraba de llorar al igual que yo, solo podía consolarle con abrazos, seco un poco sus lágrimas y siguió
—No podía dormir, de un momento a otro me quedé sin familia, sin amigos, sin amor, lo único que rondaba en mi cabeza era la imagen de la mujer a la que le regale mi corazón tirada en el piso mirándome, despidiéndose con el alma, el sonido del disparo y su último suspiro; más de una vez considere suicidarme, incluso lo intente pero falle, cuando desperté decidí que no podía quedarme así, que pensaría mi Lanita de mi, así que fui a terapia y entre a un trabajo — Lana, ese nombre me gusta, quisiera ser como ella y poder tener la valentía de amar.
El resto del día mi tía y yo nos la pasamos hablando, compartiendo pedacitos de nuestra lastimada alma.

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