Capítulo 1

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- ¿Has sentido esa sensación de estar acompañado aunque no haya nadie?.

Pregunté sin medir lo que decía a mi novia Emily. Estabamos acostados en mi habitación mirando el techo decorado como un planetario. Ella se apoyó en uno de sus brazos y me miraba confundida.

- ¿A qué te refieres?

Sus ojos brillaban de curiosidad. Una de las cosas que nos unió fué nuestra pasión por el terror y las cosas paranormales. Algunos fines veíamos un maratón de películas de terror hasta muy tarde. Siempre quiso que le pasara algo aterrador ya que estaba segura de que el más allá existía.

- Creo que algo nos está observando ahora mismo-.

Ella me da un manotazo y se ríe. Aunque solo lo dije en broma así me sentía muchas veces. Me sentía espiado, pero no le daba muchas vueltas al asunto. Un golpe a la ventana nos alertó mirando en dirección del ruido.

Un pequeño disfrazado de Frankenstein deslizaba sus manos manchadas de sangre (en realidad era pintura roja) en mi ventana. Es halloween y los niños salían a pedir dulces. Me tendí de nuevo en la cama tratando de ignorarlo cansado. Pero mi novia insistió en que no fuera grosero y atendiera al niño. Solo por ella y de mala gana, abrí la ventana, el niño sonrió satisfecho.

- ¿Y ahora quién lavará mi ventana pequeño demonio?

El niño extiende su mano exigiendo los dulces. Mi novia me regaña y se los entrego solo para que se vaya.

- Jackson no quiere dulces, el te quiere a ti Ryan -.

Arrugué las cejas confundido porque no había otro niño aparte de él, no entendía a quién se refería. Luego de decir eso se fué corriendo y de solo ver la ventana manchada me dió dolor de cabeza.

- ¿Lo conoces cariño?-. Cuestionó la pelinegra posando sus manos en mis hombros dando suaves masajes. Yo le resté importancia, al final solo son niños.

La tomé de la cintura y besé su cuello lentamente disfrutando de su compañía, con esta mujer es imposible ver a otra, todo lo que puedes desear en alguien, mi mujer lo tiene. La deseaba tanto que era imposible resistirse teniéndola tan cerca y oliendo a cereza. Es hermosa y una guerrera a pesar de su pasado sigue sonriendo y ayudando a los demás.

Me envuelvo tanto en el momento que caemos en la cama. Empiezo a tocar cada parte de su cuerpo y ella me corresponde, soltando leves gemidos, la situación va subiendo de nivel a cada segundo y ella quiere tomar el control, pero no la dejo, me deshago del suéter azul y sus pechos quedan al aire, los acaricio y lamo disfrutando cada momento. Ella tiene sus dedos en mi cabello y con el otro brazo me acaricia los brazos y la espalda. Un ruido que viene del closet me distrae y ella toma ventaja quedando encima de mi. Me besa y nuestras lenguas se tocan con desespero. Tocó su cabello y de pronto está muy duro, me da un olor a podrido muy cerca, intento parar, pero ella sigue besando mi cuello desesperadamente. Toco su piel y la siento áspera, su color está tan pálido y varias moscas se sitúan en su cuerpo, el olor no me deja respirar, hago fuerza para quitarla y aún encima de mi, veo su rostro. Tiene los ojos tan negros como la noche, todo mi sistema entra en alerta e intento quitármela de encima, pero su fuerza es descomunal, se me acerca y extiende su lengua a mi cara pero es muy larga y está llena de sangre, lame mi cara y ejerzo fuerza y logro quitármela de encima.

Me levanto de la cama y cuando volteo, veo a mi novia durmiendo como si nada hubiese pasado.

Me cuestiono lo sucedido. Salgo al balcón a fumarme un cigarrillo aún con la terrible imagen de mi novia en mi mente.


Abro mis ojos cuando escucho unos ruidos que vienen de la cocina, me había dormido en el piso del balcón, mi novia balbucea entre sueños y salgo de la recamara con un adorno de cerámica en la mano por precaución. Paso el pasillo y llego a la cocina encontrando a mi madre tirada en el suelo llorando. Ella no se percata de mi presencia, me acerco lentamente y visualizo sus fotos de embarazo.

- Mamá, ¿qué ocurre?

Mi progenitora se limpia las lágrimas rápidamente y sonríe.

- Aveces me da nostalgia ver lo mucho que has crecido.

Guarda todo en una caja con rapidez.

- Mamá-.

Alzo la ceja incrédulo esperando una explicación más creíble. Ella sólo me dice que no podía dormir y acomodando cosas viejas encontró las fotos de su embarazo y como el parto fué muy complicado y casi no lo logra eso causó tal estado. No le creí, pero no seguí insistiendo. Me fuí a dormir teniendo unas horas de paz.

El callejón donde los niños lloranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora