Supreme Harem God System [3]

Capítulo 411:

Capítulo 411 traeríamos justicia al general muerto Ember.

'¿Eh?  ¿Por qué debería hacerlo?  ¿No hay ya suficientes perras a su alrededor?

Una respuesta típica de Amaya.

'Tsk Tsk, qué egoísta'.

Ember resopló.

Bueno, si fuera alguien más que Arvina, probablemente pensaría de la misma manera, sin embargo, no quería volver a perder a su amiga.

—Sabes que le gusta a Nux, ¿no?

Ella cuestionó.

'Sí.  Sin embargo, si a ella tampoco le agrada, entonces déjala en paz.

-respondió Amaya.

—Sabes perfectamente que no gustarle Nux es... difícil.

A Arvina le gusta, pero ella no se da cuenta.

Ember habló.

'Muy bien, digamos que lo que dijiste es verdad.  ¿Y que?  Si ella no se da cuenta de que le gusta, significa que no quiere darse cuenta.

La presión de la sociedad, no romper el 'tabú' y todo lo que sea es mucho más importante para ella que Nux.

¿Por qué Nux debería perseguir a una mujer como ella?

¿No le ha dicho ya cómo se siente?

No es como si estuviera huyendo de aquí, ¿verdad?

Si ella también lo ama, y ​​ese amor es más fuerte que esta estúpida presión social a la que se enfrenta, entonces acudiría a él.

'...'

Esta vez, Ember se quedó en silencio.

"Estoy de acuerdo con Amaya."

Esta vez, Felberta se puso del lado de Amaya.

"De hecho, si una mujer ni siquiera puede comprender sus propios sentimientos, entonces es culpa suya".

Thyra asintió también.

'Mhm, los tabúes no son nada, ¿no los rompimos Evane y yo?  Nuestro amor es real”.

Allura miró a Nux con una sonrisa amorosa en su rostro.

'Tsk'

Amaya resopló.

Luego, ella cambió el tema,

'Muy bien, no hablemos más de estas cosas inútiles.

El rey y sus hombres están a punto de descubrir la verdad.

-murmuró Amaya.

'¿Mmm?'

Esto llamó la atención de todos y pronto todos se olvidaron de Arvina.

…

"Su Majestad,"

Keeve se arrodilló.

"Regresaste."

Ricardus habló.

"Si su Majestad."

"¿Entonces?  ¿Encontraste algo?"  El Rey cuestionó.

"Sí, lo hice."

Keeve asintió.

Una sonrisa apareció en el rostro del Rey.

"Por fin una buena noticia".

“Yo no diría eso, Su Majestad”.

Keeve, sin embargo, no le permitió ser feliz por mucho tiempo.