—Sé que estás muy ocupado acosando a esa parejita, pero ¿serías tan amable de prestarme atención?
Jimin elevó la mirada al cielo y luego observó a su amigo, quién trataba de contener la risa.
—Primero: no acoso a nadie. Segundo: si es para hablarme de la idiota de Yong Sun¹, no me interesa.
En cuanto escuchó sus secas palabras, SeokJin perdió su sonrisa
—¡Hey, no le faltes el respeto a mi amorcito!
—Seok, ni siquiera te conoce.
Jin se indignó todavía más, pero no pudo replicar a eso. Su mejor amigo lo había dejado sin palabras. En momentos así se preguntaba por qué era amigo de alguien tan cruel como Jimin. Pero después recordaba la bolita de arroz que solía ser y se le pasaba. Quien diría que solo hacía falta entrar a la adolescencia y poner a pésimas personas en tu camino, para que una persona cambie por completo. A veces el destino sí que era una perra.
En fin, ya estaba acostumbrado a eso. A lo largo de los años, había aprendido a tratar con Jimin, así que nada de lo que le dijera el menor de edad, solía afectarle. Y si lo hacía, solo tenía que llamar a otro por su apellido para que este se diera cuenta que se había pasado. Se podría decir que es un pequeño código que crearon con el tiempo. Es como decir, acepto tu malhumor, pero hasta aquí. Eso, y muchas otras cosas más, hacía que mantuvieran una amistad sana y equilibrada. Y sobre todo, duradera. Aunque seamos sinceros, qué es una buena amistad sin una agarrada de greñas de vez en cuando.
—Volviendo a lo que te contaba, antes de que te disocies de nuevo —. Habló Seokjin —. Yong Sun invitó a la clase a su fiesta de cumpleaños en el camping de sus padres. ¡Y tenemos que ir, Park Jimin!
—A mí no me invitó —protestó el más bajo de estatura, y por debajo de su rostro inexpresivo, ocultó una pequeña sonrisa. Le divertía tanto haber tenido razón. Solo le dio tres días a JK. Era más que suficiente para que su nueva novia lo dejara.
Había que ser sinceros, su amigo era todo un rompe corazones. Ninguna mujer podría "cambiarlo", por más especiales que se crean. Lo roto, roto está y es mejor dejarlo así y buscar algo más. Pero no, allá ellas queriendo rescatarlo, como si de un perro se tratara. Si, no se bañaba seguido, pero no era un perro, solo un tonto. Aunque, no lo culpaba por querer disfrutar de su juventud.
—Ves que eres un acosador. Me das asco —bromeó Seokjin, esperando que de nuevo su amigo lo mirara con mala cara. Sin embargo, este solo miró por sobre el hombro del otro y le susurró.
—Callate y limpiate el lechugón que traes entre los dientes que ahí viene Yong Sun.
—¡¿Dónde?! —gritó Jin, mirando a todos lados al mismo tiempo que rascaba sus dientes con una servilleta, pero antes de que se diera cuenta que todo era mentira, su amigo había desaparecido...
... junto con su sándwich a medio comer.
—¡Park Jimin!
Cuando Jimin escuchó el grito de Seokjin, ya había llegado hasta los pasillos de la facultad de Arte. El horario de almuerzo todavía no terminaba, así que los pasillos continuaban algo concurridos. Pero para Jimin era mejor eso a que seguir aguantando a su amigo. Aunque sabían muy bien que aunque quisiera no iba a escapar de Seokjin. Sea como sea, su amigo siempre terminaba convenciéndolo de hacer lo que quisiera. Incluso saltar de un puente. Pero nadie tiene derecho a culparlo, su madre, que tanto ama al hijo de su mejor amiga, nunca se cansa de decirle lo gran chico y bien portado que es Seokjin. Jimin a veces se preguntaba si las mujeres no intercambiaron de hijo en algun momento, porque ni siquiera Sumi noona solía presumir de Jin, como su propia madre lo hacía. Pero bueno, quien era él para ir en contra de lo que decía su progenitora. Si ella decía que Seokjin era un buen ejemplo, él seguiría los pasos del mayor.
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No me hablen de amor [BTS]
FanfictionA lo largo de su vida, Jimin a sufrido tantas decepciones amorosas que ya no cree ser capaz de volver a amar. Personas de buen corazón que terminaron lastimandolo, cabrones con cerebros de ave que solo jugaron con su noble corazón, superficiales que...