🪶CAPÍTULO 30: En un pasado Azul, en un presente Calix🪶

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La lluvia caía fuertemente sobre ella, mientras un aire helado corría, causándole escalofríos. Confundida, miró a todos lados. ¿A dónde estaba Ariel?

—Calix —escuchó decir detrás de ella.

Al girarse, quedo paralizaba al ver a Esteban, e inmediatamente busco a Rubí.

—¿A dónde está ella?

—No ha venido, así que no tienes de que temer —responde Esteban.

—No le temo a ella, ni a ti —dijo irritada.

Él la miró con curiosidad, para luego dirigir su mirada al cielo nublado.

—Detesto el mal clima —refunfuño.

—¿Qué es lo que hago aquí? —Esteban regresa su mirada a ella —. Tiene que haber un motivo —agrega Calix.

—Necesito mostrarte algo —menciona.

—¿Qué?

—Este lugar —contempló el prado— guarda un recuerdo muy valioso para ti, aunque ya no es real, o al menos, no lo es en este momento.

—¿Estamos en un sueño?

Esteban niega.

—Estamos en un recuerdo disfrazado de un sueño —corrige.

—Me estás confundiendo.

—Tal vez si dejaras de interrumpirme, lograras comprender un poco.

Sin tener palabras para contradecir aquello, permanece en silencio.

—He intentado borrar tus recuerdos —admite—, pero no importa cuántas veces lo haga, ellos vuelven.

—Entonces tú... —empieza a formular, recordando lo que dijo la princesa Brindy.

—Sí, Calix, he sido yo el que ha estado entrando a tus sueños, con el único fin de borrar tus recuerdos e impedir que te adentres más al mundo mágico, y puedas regresar más fácil a tu vida humana.

—Pero has fracasado —menciona.

—Sí, porque no importa cuántas veces los borré, ellos aparecen de nuevo, con más fuerza y cada vez más insistentes en mostrarte tu pasado.

—Pensé que uno de tus poderes era robar recuerdos, y, al hacerlo, estos no se recuperaban —dijo

—No lo hacen, pero tú eres diferente, así como los robo, vuelven a crearse en tu mente.

Ambos permanecen en silencio por un momento, hasta que él decide hablar de nuevo.

—¿Por qué me dices esto? —Preguntó curiosa.

—Porque te quiero ayudar

—¿Por qué? No me debes nada —dice Calix.

—Lo hago porque eres importante para mí —confeso.

—Pensé que estabas del lado de Rubí.

—Nunca fue así, pero es una larga historia que contar.

Calix lo contempló con interés, apreciando con detalle su cabello negro gotear, y su pie ponerse más pálida por el frío.

—¿Qué papel importante tienes en mi vida? —Preguntó en casi un susurro.

—Los recuerdos te ayudarán a descubrirlo, no puedo decirte algo que debes recordar por ti misma. Porque no significo nada importante en tu presente, sino en tu pasado —soltó un suspiro—. Es por eso por lo que no es fácil comprenderlo.

Apartando la mirada de él, la deja viajar por el lugar.

—¿Y qué se supone que hago en este recuerdo?, y en medio de una tormenta.

—Aquí es donde lo conoces a él —dice Esteban.

—¿Cuál él? —Se mostró confundida.

—Al ángel del que te enamoraste, Ariel. —Su corazón se aceleró, tan pronto dijo su nombre y pequeños fragmentos de recuerdos invaden su mente—. Sé que no lo recuerdas, pero lo amaste tanto, que por ello en la actualidad te sientes atraída por él —agregó, irritado.

—Eso es...

—Eso es verdad, me he dado cuenta por la forma en que lo miras, o en la manera en la que, sin importar que tan insoportable sea contigo, permaneces a su lado —expone—. Ahora calla y mira el espectáculo —ordenó con una sonrisa apenas visible en sus labios, resultándole muy familiar.

Apartando la mirada de él, analiza la escena frente a ella, encontrándose con una chica jugando con la lluvia en medio del prado.

—¿Azul? —La reconoció al instante.

Sus movimientos tan ligeros, y su bella cabellera oscura la hacían inconfundible.

—Ella eres tú, en tu vida pasada.

Calix lo volteó a ver, sin creer lo que decía.

—No, eso no puede ser, yo...

—Obsérvala con detalle —señaló—. Son como un reflejo perfecto.

Al regresar su atención a ella, Azul volteó en su dirección, revelando una reencarnación perfecta de su imagen, a excepción de sus ojos, los cuales eran azules y no grises.

Al ver a Azul elevar la mirada al cielo, imito su movimiento, capturando su atención lo que ella contemplaba con interés. Entonces sucedió, algo se impactó contra el pasto del prado, justamente frente a ella. Ambas apuñaron sus manos en un intento de reprimir un grito.

Esteban contempló con interés el comportamiento de Calix y Azul.

—Y así fue como lo conociste —dice el chico—. Él cayó del cielo frente a ti. Todo lo tenían calculado y planeado —una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios—. Pero las cosas no salieron como esperaban, porque él se enamoró de ti —miró el cuerpo de Ariel—. Vaya error de un ángel enamorarse de un humano, aunque tú no eres un humano exactamente.

—¿Qué quieres decir?

—Calix, existen cosas que no te puedo explicar por qué no existe explicación, o simplemente, desconozco la respuesta.

Ambos permanecen en silencio por un momento, mientras Esteban parecía estar interesado en el cielo. Soltó un suspiro.

—Es hora de despertar, Ariel se está empezando a preocupar.

—No, aún necesito saber más de mi pasado —dio un paso a él.

—Será en otro momento —dijo, avanzando al bosque.

—¡Espera! —Calix intento seguirlo, pero algo se lo impedía, manteniéndola firme en el suelo—¡Esteban! —Gritó, justo en el momento que un trueno se hacía escuchar.

NOTA DE AUTOR

Hola brujxs, cada vez estamos más lejos del final, de este primer libro, que espero les haya gustado.

Mi Secreto: La Rosa De Cristal. (Libro I)⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora