El más allá

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Lo primero que vio Peter después de aquella pesadilla tan extraña fue una especie de cantina, podía escuchar la animada música provenir de alguna tarima pero no estaba seguro.

Intentó volver a abrir los ojos y ponerse en pie pero lo único que causó fue que cayera al piso, pensó brevemente en levantarse y rezar porque nadie haya visto su caída pero una enorme mano lo tomó de la suya propia mientras se agachaba para quedar a su altura.

"Oh, mierda" - pensó Peter. Aquello no había sido una pesadilla, ese hombre era real.

Con una mirada preocupada aquel joven lo examinó en busca de lesiones por haberse caído.

-Peter, amor, ¿Estás bien? - le preguntó aquella figura imponente mientras que el joven castaño luchaba por no gritar de la impresión.
-Te desmayaste, tranquilo, estás a salvo. - le dijo aquel hombre mientras lo ayudaba a ponerse en pie.

Aceptó con las piernas temblorosas la ayuda que aquel hombre de gran musculatura le ofrecía.

-¿Cómo sabes mi nombre? - finalmente preguntó Peter observando como el de ojos carmesí se servía una bebida de apariencia mortal.

-Lo dijiste cuando estabas practicando tus votos, aunque fue antes de que me propusieras matrimonio. - respondió con una sonrisa en los labios el de cabello azabache mostrando su huesuda mano en la que poseía el anillo de bodas.

Antes de que Peter se atreviera a decir algo una voz femenina interrumpió el ambiente que tenía la "feliz" pareja.

-Jefe, ¿No crees que él está un poco, no sé, vivo? - cuestionó una voz indiscutiblemente dramática.
-Y está como feito. - dijo con tono burlón aquella voz femenina.

Ante aquella interrupción uno de los ojos de aquel extraño hombre se salió de su cuenca revelando así a un ser diminuto.

-Cállate Lyla, Peter es perfecto. Ve a comerle el cerebro a alguien más. - bufó molesto a aquel... ¿Gusano? Que sacó de su ojo antes de volver a poner el órgano a su lugar. Sin duda Peter se iba a volver a desmayar.

En muy poco tiempo Peter tenía muchas preguntas y muy pocas respuestas.

-¿Dónde... Dónde estoy? - preguntó tratando de contener las ganas de huir de aquel dúo tan peculiar que tenía en frente.

-En el mundo de los muertos cariño. - dijo aquel gusano posándose en su hombro mientras lo examinaba de arriba a abajo buscando algún minúsculo detalle que no le gustara para hacer que su amigo cambie de opinión respecto a su (muy repentino) compromiso.

-¿Ya despertó el novio? - preguntó una mujer de tez oscura (pero sin dejar aquel tono azulado de la muerte) aproximándose hacia la pareja tan inusual.

Tal parece que esa pregunta desencadenó toda una oleada de personas que antes no estaban allí al parecer de Peter.

-¡¿Ya despertó?! - preguntaron varios "muertos" antes de rodear a los jóvenes haciendo que a Peter le diera un mini infarto al ver a tantos adolescentes con la piel azul y heridas de cuchillos y espadas.

La primera en acercarse fue una niña de cabello oscuro levemente rizado y con una sonrisa tímida.
-¿Puedo ver el anillo? - preguntó la pequeña niña con una coleta que se acercó a su (al parecer) novio siendo cargada por el más alto para que pudiera observar el anillo a detalle.

Aquella acción desencadenó toda una oleada de preguntas por parte de los difuntos más jóvenes.

-¿Cómo fue la propuesta? - preguntó ilusionado un joven de aproximadamente quince o catorce años de cabello un poco largo con ropas hindú manchadas de sangre y un cuchillo clavado en el pecho.

El cadáver de el novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora