Capítulo 1: El Encuentro

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El portal que conducía a lugares distantes e inimaginables se erigía sobre el suelo de la caverna. Y ante la estupefacción del Clan Sombra, se activó.

La gigantesca rueda de piedra giró sobre sí misma hasta que uno de los símbolos quedó estático en la cima de la circunferencia.

El significado de a dónde pertenecía asombró al Clan, que todavía en su confusión, se congregaron y murmuraron, observando atentamente el símbolo brillante en la cima del portal.

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La persecución continuaba entre las calles y callejuelas del poblado en el que Tad, Maurice y Twist habían decidido acortar camino para llegar a la guarida de Blakk.

—¡Tad, para esto de una vez y rindete! —ordenó Eli mientras observaba al hijo de Blakk y a los demás guardias que llevababan enganchados a sus mecabestias el cargamento de babosas.

Tad escuchó perfectamente el grito y, de soslayo, ojeó con fastidio a su antigua banda que le apuntaba y, ocasionalmente, le disparaba para intentar cortarle el paso.

No tenía especialmente las ganas de iniciar un enfrentamiento, pero la idea de aprovechar el momento para encarar y fastidiar un rato a su rival le pareció muy tentador. Con un movimiento seco detuvo la marcha, haciendo que todos los demás, incluida la banda, se detuvieran también.

Los guardias desenfundaron sus armas cuando las mecabestias giraron sobre sí mismas. Tad, Twist y Maurice las desenfundaron también. Todas cargadas con babosas malvadas.

Eli frunció el ceño mientras seguía apuntándoles. Burpy, en la lanzadora, le gruñó a los tres fastidios que tenían enfrente.

De inmediato Pronto quedó de pie sobre su mecabestia poniendo su peor cara, y, con lanzadora en mano, le advirtió a los enemigos:

—¡Rindanse ante el heroismo de Pronto El Magnifico!... si quieren vivir.

Los guardias que acompañaban a Tad rieron a carcajadas. Twist no tardó demasiado en acompañarlos y Tad le sonrió con burla a Eli.

Eli arrugó la nariz sin dejar de apuntarle. Ya comenzaba a cansarlo estar persiguiendo a Tad cada vez que robaban babosas.

—¿Miren a quién tenemos aquí? A Eli Shane y su banda de ineptos —dijo Tad.

—Oigan, ¿que no se cansan de perder? —se burló Twist provocando a Eli.

—¿Y ustedes no se cansan de fastidiarnos? —preguntó con fastidio Trixie apuntando, al igual que Eli, en dirección de ambos exintegrantes de la banda.

Twist sonrió de mediolado.

—Oh, Trix, Trix, yo creo que sería alrevés —respondió esta vez Tad con burla mientras chocaba los cinco con Twist.

Ese último comentario enfureció a Eli.

Una batalla se desató. Sin embargo, a pesar de todo. La situación seguía estando bajo su control. Todo estaba bajo su dominio y sus posibilidades. Después de derrotarlos todo volvería a la normalidad.

(…)

Nada parecía fuera de lo normal.

Nada parecía fuera de lugar.

Al pasar el primer mes todo lo que hubo fueron dos desaparecidos. Preocupante sí, pero no alarmante.

Y ese fue el verdadero problema. Aquello no había sido lo suficientemente alarmante para darles a entender que era una advertencia.

El segundo mes duplicó el número de desaparecidos. La preocupación aumentó, pero la alarma seguía sin ser demasiada. Seguía sin ser visible.

Mes tras mes la cantidad de desaparecidos iba duplicando a la del mes anterior.

Primer Encuentro | •Bajoterra•[Ultima Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora