Rent||Kavehtam pt 1

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El incesante tic tac del reloj torturaba lentamente a Alhaitham con cada segundo que pasaba. Cada vez faltaban menos minutos para que dieran las doce de la noche, y aún no había rastro alguno de su compañero de piso, Kaveh. No era raro que el rubio llegara tarde a casa, y en general, a Alhaitham poco le importaba y molestaba. Bueno, quizás se preocupaba solo un poco por su ex-amigo, pero él no era quien para decirle que llegara a casa a una hora decente... Aunque esta vez en específico el escriba se encontraba comprensivamente frustrado.

Hoy, como cada mes, era el día donde Kaveh "supuestamente" debería pagar la renta, algo que jamás había hecho en los dos años pasados que han estado viviendo bajo el mismo techo. Para ser sinceros, al escriba no le podía importar menos si Kaveh le pagaba o no la renta. Conocía muy bien el estado financiero en donde se encontraba el arquitecto y no pretendía hacerlo peor... En este punto, el día de pago era solo un día más en el calendario para él. Aunque, lamentablemente para el escriba, el arquitecto y él no compartían el mismo punto de vista.

Kaveh es un hombre exageradamente orgulloso. Aunque por muy denso que sea, ya desde hace un tiempo se había percatado de que Alhaitham no estaba mínimamente interesado en cobrarle ni un centavo de renta. El arquitecto no podría aceptar esto ni en un millón de años, no podía permitir que su orgullo fuera destruido de tal forma. "Simplemente no podía vivir a costa de otra persona sin pagarle de alguna manera", eran las palabras que se repetían en su cabeza cada vez que Alhaitham le decía que no se preocupara por sus deudas.

Inesperadamente, la puerta de entrada se abrió con fuerza, revelando así a un desalineado arquitecto de ojos rojos y un semblante enojado. "Tsk..." escupió el rubio al llegar, tirando sus zapatos a quién sabe dónde, y se dirigió hasta el sofá, donde el escriba se encontraba sentado y como siempre, con la nariz metida en un libro. "¿Mal día?" dijo el escriba sin despegar sus ojos del libro. "Ugh, ni siquiera lo menciones. ¿Puedes creer que el cliente me rechazó con la excusa de que 'había encontrado a alguien mejor y que cobraba menos'?". Dijo haciendo comillas con los dedos. "¡¿Lo puedes creer?!" dijo mientras dramáticamente se lanzaba al lado desocupado del sillón. "No te preocupes tanto por los clientes así, pronto llegará alguien que quiera comisionarte por tu arte y no por tu fama." El tono de voz del escriba sonó menos sólido de lo que él había planeado inicialmente. Ambos permanecieron en un profundo silencio; lo único audible era el tenue sonido de los troncos de la chimenea quemándose lentamente y, de vez en cuando, el sonido de Alhaitham pasando las páginas del grueso libro que tenía entre manos.

"Lo lamento", dijo rápidamente Kaveh, tomando por sorpresa al escriba, que finalmente cerró el libro que estaba leyendo y lo apoyó en la mesita de café que tenía en frente, poniendo toda su atención en Kaveh, quien seguía recostado boca abajo en el sofá. "¿Por qué?" dijo Alhaitham con una pizca de confusión en su voz. "Por no poder pagar la renta... de nuevo", Kaveh levantó su mirada, viendo al escriba directo a los ojos. "Oh", el escriba exclamó con la emoción que emana una piedra. "Ya te dije que no te preocupes por eso, no me importa-" "No!", Kaveh interrumpió al menor. "No está bien..." se quejó Kaveh mientras un par de lágrimas caían por sus mejillas. "No es justo para ti que yo viva en tu casa y no haga nada para ayudar con las cuentas..." dijo para volver a lanzarse sobre el sillón. "Kaveh, no tie-" "¡Ya sé! Tengo una idea para pagarte", el arquitecto interrumpió por segunda vez al escriba, causando que este se frustrara ligeramente. "Bájate los pantalones", dijo Kaveh sin repudio.

"..Disculpa?" Los ojos de Alhaitham se abren de par en par como dos platos, mirando en shock cómo su compañero de piso reemplaza su característico peinado por una desordenada coleta suelta. "Te voy a pagar de uhh.. otra manera." El arquitecto se pone de rodillas enfrente del escriba, pacientemente esperando a que este abriera las piernas y lo dejara acercarse más. "No", el escriba le responde con un tono seco mientras aparta la mirada, en un infructuoso intento de esconder el casi inexistente rubor de sus mejillas. "Kaveh, ¿te volviste a pasar de copas? No encuentro otra explicación para tu comportamiento". El contrario suspira pesadamente y se levanta, acercándose peligrosamente a la enrojecida nariz del menor. "Puedes comprobar que mi aliento no tiene olor alguno a alcohol. Estoy completamente sobrio", el arquitecto murmura, rozando levemente sus labios contra la esquina de los de Alhaitham, quien se encontraba profundamente perdido en sus pensamientos.

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"¿Por qué estás tan nervioso? Solíamos hacer esto prácticamente a diario cuando íbamos a la academia..." 

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Un nudo se forma en el estómago del escriba, una oleada de recuerdos que creía haber enterrado en lo profundo de su mente vuelve velozmente a su cabeza. Digamos que Alhaitham y Kaveh tenían una historia sentimental un tanto... peculiar. En sus primeros años de academia eran inseparables; siendo prácticamente imposible interactuar con uno de ellos sin que el otro estuviera presente. Ademas, el hecho de que fueran vecinos de dormitorio hacía que estuvieran juntos veinticuatro horas los siete días de la semana.

Conforme fueron creciendo, su relación cambió un tanto. Ciertamente, seguían siendo mejores amigos, pero la adolescencia es una etapa de descubrimiento y ellos, como cada persona que cruza esta etapa, debían "experimentar e descubrir". ¿Y quién es el mejor y más confiable candidato a quien acudirías para descubrir tu vida sexual? Pues, para Alhaitham, no había mejor opción que su queridísimo amigo Kaveh. Se podría decir que su relación fue de amigos con derechos por unos meses, ya que después de esto tuvo lugar la fuerte disputa en la cual ambos tomaron caminos diferentes y se distanciaron, rompiendo brutalmente la relación que tenían y sin saber nada el uno del otro hasta que Kaveh empezó a vivir junto a él hace no demasiados años. Está de más decir que no han vuelto a mencionar la pequeña "aventura" que tuvieron durante sus años de academia.

"No es lo mismo, Kaveh. Éramos dos jóvenes tontos que no tenían preocupaciones; solamente buscábamos divertirnos y olvidarnos del estrés que teníamos acumulado..." El tono del escriba era reflexivo y maduro. Sonaba muy seguro de sus palabras, a pesar de no poder negar que retomar sus "actividades desestresantes" con Kaveh no le parecía para nada una mala idea. Sin embargo, el lado más racional de su cerebro le exigía a gritos que negara la propuesta del rubio, demasiado asustado de tirar a la basura el poco progreso que habían hecho en su relación.

"Alhaitham, ¿acaso crees que no he pensado en esto?" el arquitecto pregunta ligeramente sorprendido. "No soy tan impulsivo como crees...No me arrepentiré de mi decision" el tono de frustración claro en su voz deja al escriba pensando por un par de minutos y suspira.

"Aceptaré tu propuesta." La sonrisa en el rostro del rubio es obvia, pero justo cuando este estaba por decir algo, el menor lo interrumpió. "Solo si juras por la mismísima arconte Kusanali que esto no cambiará nada entre nosotros, ¿tenemos un trato?" El escriba extiende su mano, la cual es envuelta en un apretón. "Lo juro por cada maldito arconte que exista y que haya existido", su voz segura y llena de emoción, hace sonreír al menor, quien lentamente separa sus piernas con un semblante avergonzado, dándole la oportunidad a Kaveh de hacer lo que le plazca con su cuerpo.

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"Que empiece la diversión."

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2023 ⏰

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||𝐎𝐧𝐞𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐆𝐞𝐧𝐬𝐡𝐢𝐧 𝐢𝐦𝐩𝐚𝐜𝐭|| 𝐄𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧 𝐒𝐮𝐦𝐞𝐫𝐮!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora