Al Infierno, Contigo | KTH

Capítulo 11: Nepente

Parte Emocional (PE): Esta es la segunda. Son las partes que retienen trauma, emociones complejas, no integradas. Son partes que suelen interferir en las actividades de las PAN (Partes Aparentemente Normales). Son las responsables de traer los flashbacks y de crear muchos de los síntomas somatomorfos.

La PE es aquella parte de la personalidad que se ha permaneció fija en el momento de trauma y está asociada al sistema de evitación de los estímulos amenazantes. Se obsesiona con evitar lo desagradable, de no volver a vivirlo. Un rasgo asociable a la PE de una persona que ha sufrido abusos sexuales sería mostrarse hiper vigilante, huir o luchar ante una situación que le recuerda a lo que vivió, aunque en apariencia no tenga nada que ver.

La PAN y la PE son estructuras cerradas y rígidas, la una con respecto a la otra. En ambas partes hay emociones, no únicamente en la PE, y hay que destacar que la disociación estructural puede abarcar múltiples divisiones de ambos tipos, es decir, que una persona no tiene por qué tener solo una PAN y una PE, es decir, dos personalidades hablando de forma un tanto coloquial. En personas sanas que no han sufrido ningún trauma, estas dos estructuras estarán juntas y asociadas.

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Amy POV

- Dijiste que conoces a la familia de Jangwoo, y que ellos son malos, ¿Por qué?. - Al terminar esa pregunta, su rostro se detuvo de sorpresa, parpadeando rápidamente, sus facciones contrayéndose, parecía estar luchando con fuerza contra algo y no sabía que hacer para calmarlo.

Su nariz se volvió roja, sus ojos se cristalizaron, sudaba mucho pero parecía haberse congelado, mirándome estático sin respirar, sus feromonas cambiaron a nucita de choco-fresa-vainilla. Podía sentirlo temblando horriblemente debajo mio, por lo que de inmediato me levanté dándole espacio.

- Tranquilo, no te haré daño. - Hablé suavemente, bajando lento y sentándome en el piso bajo su atenta mirada. - Me llamo Amy. - Sonreí amable. Más no recibí respuesta, solamente una pequeña lágrima se escapó de sus ojos, bajando por su hermosa rojiza mejilla. - ¿Podrías respirar para mí? ¿Por favor? - indiqué con gestos a que me siguiera el ritmo, y el al darse cuenta de que no estaba respirando, se volvió consciente de ello, imitandome.

- Luche... - Murmuró observando detrás de mí. Miré en su dirección, confundida. - Luche... - Repitió en una voz muy aguda, adorable.

- ¿Quieres esto? - Señalé al peluche que él miraba en la esquina. Asintiendo rápidamente, con sus grandes y brillantes ojos, extendió sus brazos, abriendo y cerrando las manos hacia el peluche. Luché fuertemente para no derretirme de ternura.
Al entregárselo, inmediatamente lo abrazó con fuerza, meciéndose de adelante hacia atrás, dándole toquecitos al peluche de oso en la espalda, como intentando calmarlo. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero permanecía en silencio.

Sinceramente no sabía que hacer, o como acercármele, temía asustarlo, se veía muy vulnerable. No dejaba de observarme, atento a mis movimientos. Abrí la boca para decir algo e inmediatamente cerró sus ojos con fuerza, bajando la cabeza como si fuese a pegarle. Murmuraba cosas que no lograba escuchar, así que agudicé mi audición.

- Por favor, por favor, no me hagas daño, prometo ser un buen niño, voy a ser un buen niño, por favor no me hagas daño... - Al escuchar eso abrí los ojos como platos. Las lagrimas recorrieron sus mejillas, mientras mi corazón se retorcía del dolor de verlo así. - Por favor, yo me voy a portar bien, yo soy un niño bueno, no fue mi intención, por favor no... - Se alejó de mí lentamente, pegándose a la pared, colocando sus manos al frente, como si quisiera impedir algo, como si quisiera tratar de defenderse.

- Está bien, eres un niño bueno, todo está bien. Cálmate y mírame. - Dije con una voz suave pero firme, lastimosamente, la ultima frase la dije de forma más brusca a lo que deseaba, ya que se asustó y me miró de forma obediente, aún temblando y con lágrimas en sus ojos. - Estoy aquí para ayudarte, ¿si? No te voy a hacer daño, calma, todo está bien, nadie te hara daño.