CHAPTER ONE

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          MIRÓ CON curiosidad la bonita flor blanca que su mejor amigo le ofrecía

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          MIRÓ CON curiosidad la bonita flor blanca que su mejor amigo le ofrecía. Se veía delicada y parecía aumentar su gracia natural al estar entre los largos dedos masculinos de Dokja.


Yona encontró que la belleza natural de Dokja relucía más con flores blancas.


—Es muy bonita —concedió la pelirosa al tomar con cuidado la bonita flor, presionando delicadamente el tallo entre sus manos para evitar perderla por un descuido. —, es... ¿es por algo en especial?


Sus grandes ojos azules acuosos observaron atentamente el rostro de su mejor amigo, sintiendo nervios por la posibilidad de que fuese una fecha importante para ellos dos y que ella lo esté pasando por alto. Su estómago pareció retorcerse en angustia mientras su imaginación volaba, sin estar segura de la fecha que era hoy.


—Nada en específico —dijo Dokja con un tono calmo y amoroso, sus manos, que eran grandes a comparación del rostro pequeño y bonito de Yona, tuvieron el atrevimiento de acariciar ambas mejillas suaves y rosadas. Se sintió glorioso poder disfrutar de tal privilegio que venía con la confianza depositada en él. —, sólo la vi y pensé que te gustaría tener algo bonito en este día tan... oscuro.


El rostro sonrojado de Yona ganó tonos más intensos mientras las ganas de llorar la abrumaron por unos momentos, momentos que aprovechó para refugiarse entre los brazos de su mejor amigo.


Cuando Dokja volvió del ejército había asombrado a Yona; había obtenido más músculo y altura en ese tiempo que no estuvieron juntos, además, ya no parecía cansarse apesar de cargarla durante horas. Entonces Yona simplemente se arrojaba a sus brazos y disfrutaba de la seguridad que transmitían.


—¡Eres muy amable! —lloriqueó Yona con voz quejumbrosa pegando su cara al firme pecho de Dokja.


"Solo contigo" quiso decir él, pero no quería detener el dulce momento.


Entonces, la levantó y dejó que ella se acurrucara sobre él como gustase. Ya sabiendo como acomodarse para andar horas con su amada Yona pegada a él... era la mejor parte de su día. Por eso se había esforzado mucho en mejorar su fuerza y resistencia.


—Por supuesto, sino la pequeña Yona no se habría fijado en mi —tarareó Dokja con una sonrisa llena de burla hacia si mismo, recordando el cómo se conocieron. Siendo aquellos días algo teñido de melancolía; recuerdos de infancia distorsionados al borrar conscientemente cierta figura, pero que no eran algo vergonzoso al poder admitir que había conocido a su amada Yona en aquellos días. —, ¿verdad?


Dokja casi se echó a reír cuando escuchó el quejido avergonzado de su dulce y bonita Yona, mencionar aquellos tiempos siempre lo hacía sentir bien; él era quien conocía a Yona desde hace mucho tiempo, mucho más que todos ellos, y también era quién mejor la entendía. Por no mencionar que sabía todo sobre ella.


¡RUMOR HAS IT!; omniscient reader viewpointDonde viven las historias. Descúbrelo ahora