Capitulo II: Esto no es normal

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El camino se hacía interminable, pero al fondo por fin se podían ver un par de puertas corredizas de madera oscura, juntos caminaron hacia allí dándole paso primeramente a la enferma, quien al llegar fue quien deslizó una de las puertas para darle paso a los demás. Al pasar por esta se encontraron con un escenario distinto, un frío aun más intenso que el que hacía por aquel pasillo; esta nueva habitación estaba separada por dos áreas, la primera era lo que podíamos llamar la oficina, un escritorio donde yacía un computador antiguo, parecido al del hotel, allí en la misma mesa habían varios documentos regados sin un orden aparente. Más allá, en la misma zona habían varios archivadores repletos con azetas, y por último había un tablero que cubría gran parte de la pared, en él estaba apuntado el nombre de Cecilia junto con una foto de esta. Al ver dicho tablero, Alejandro habló.

—Era una joven muy bonita.

Refiriéndose a la foto, el detective hizo aquella observación.

—Así es, nos sorprendió su asesinato, aunque más nos sorprendió la noticia de que dos detectives de la ciudad vendrían a presenciar la autopsia.

Las palabras del médico hicieron que Ricardo respondiese enseguida.

—Nos llegó la notificación del asesinato y fuimos enviados para supervisar el procedimiento, pero una vez lo hayamos hecho dejaremos todo en manos de la policía del pueblo.

—Siendo así que les parece si damos inicio, por favor Mildred regalanos a todos los implementos para poder comenzar con la autopsia.

Asintiendo al requerimiento del doctor, la enfermera abrió un casillero que estaba detrás de la puerta de la entrada y sacó de este tres juegos de batas quirúrgicas junto con sus respectivos tapabocas, guantes, gorros y cubridores para los zapatos. La mujer le dio a cada uno de los hombres un paquete con todo lo necesario y dijo.

—Es importante que laven sus manos.

Haciendo caso a las indicaciones, Alejandro y Ricardo fueron hasta un pequeño lavamanos que había en la entrada que separaba la oficina de la otra parte de la habitación, está era la zona donde yacía el cuerpo sin vida de la víctima, sus paredes de vidrio dejaban ver claramente la camilla donde estaba el cadáver, junto a esta había una pequeña mesa movible con todos los utensilios para el procedimiento, al igual que las lámparas necesarias y otro par de cosas.

El doctor Samuel fue el primero en entrar y colocarse al lado de la camilla, luego le siguió Ricardo y por último Alejandro, quien haciendo un pequeño gesto de asco se colocó el tapabocas y dijo.

—Aun no me acostumbro a esto.

—Esperemos que sea rápido.

Le respondió Ricardo.

—Así será.

Les dijo el doctor empezando a acomodar las herramientas que iba a usar durante el proceso.

—Espere un momento doctor.

Le indicó Alejandro, quien metió su mano a uno de los bolsillos de la bata y de esta sacó una grabadora. Enseguida haciendo una seña para avisar que empezaría a grabar, empezó a hablar.

»Siendo las trece horas del veintiuno de abril del dos mil uno, nos encontramos el detective Ricardo Rodriguez y yo Alejandro Yañez, junto al doctor Samuel Gonzales, para presenciar y practicar la autopsia de la víctima de asesinato agravado cuyo nombre es Cecilia Maldonado de diecisiete años de edad, proveniente del pueblo de Nazaret Cundinamarca. La víctima murió por múltiples golpes y contusiones según el reporte de los paramedicos y oficiales que acudieron al lugar donde fue hallada sin vida. Ahora bien, le doy paso al doctor encargado para que siga con el procedimiento.

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2023 ⏰

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