|Capitulo 6

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Estoy más solo que la guitarra de lolo.

Felix se había pasado el día con preocupación y pensamientos perdidos, por un lado tenía muchas ganas de visitar a su madre, a su padre, prepararles sus postres favoritos y batidos de fruta nutritivos para ellos, reír a causa de los malos chistes ...

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Felix se había pasado el día con preocupación y pensamientos perdidos, por un lado tenía muchas ganas de visitar a su madre, a su padre, prepararles sus postres favoritos y batidos de fruta nutritivos para ellos, reír a causa de los malos chistes que hacía su padre y disfrutar las películas de comedia y romance que veían en familia.

Pero se esfumaba de inmediato al recordar lo defectuoso que era, habría soportado cualquier cosa, pero ser estéril es una vergüenza para todos y para el mismo, algunas veces se preguntaba cómo se sentiría tener un aroma más fuerte y delicioso, que se sintiera incluso a varios pasos de distancia, o que cada mes llegara tu celo para que lo disfrutes con tu pareja regalando acciones, palabras y gestos de amor mutuo, se sentía solo, pero empezaba a acostumbrarse ya que lo estéril no se le quitaría, así que viviría el resto de su vida sin compañía.

Se encontraba haciendo limpieza extrema en su departamento para tener algo con que distraerse y así no pensar en sus desgracias, otro tema que le atormentaba era el trabajo; había recibido su quincena antes de irse de la cafetería pero eso solo le alcanzaría hasta mañana para comer y apenas cenar, no quería pasar hambre ni deudas, los pocos muebles que tenía en su departamento eran un poco viejos, aunque no le importaba tanto el esperaba que de su anterior trabajo podría al menos mejorar su hogar, pero nada de eso se iba a cumplir.

El timbre sonó, estaba extrañado ya que el no tenía amigos ni nada como para que alguien llegara a visitar, así que dejó de lado la escoba y arregló un poco su ropa, para después abrir la puerta un poco desconfiado, al mirar de quién se trataba no pude evitar sentirse sorprendido y nervioso, pero a la vez tenía ganas de saltar donde el alfa, jalarle ese lindo cabello y morderle muy fuerte.

- ¿Qué hace acá, señor Hwang? - Preguntó frunciendo con suavidad el ceño, mirando al Alfa.

- ¿Podemos hablar de lo ocurrido? -

Su ex jefe se veía avergonzado, tenía una mirada arrepentida y al parecer el tema era importante, así que sin más que decir, el Omega soltó un largo suspiro, para después hacerse un lado y dejar pasar al Alfa.

- Póngase cómodo. -

Hyunjin sintió el aroma de el Omega por la casa, haciéndolo sentir inmediatamente muy cómodo y a gusto, su aroma no era muy fuerte pero el lobo Alfa lograba hipnotizarse con el delicioso aroma a frutos y crema dulce. A primera impresión la sala no era tan llena, tenía los suficientes sillones, una pequeña mesa de centro y un florero como adornito en el medio, todo era impecable, incluso las paredes blancas no tenían algún rastro de polvo o suciedad, era cómodo y lindo, se sentó en uno de los sillones y el Omega al frente de el, mirándolo.

- ¿Y...? -

- Felix, venía a ofrecerte unas sinceras disculpas por lo mal que te traté y por la acusación que te hice, fui injusto al no buscar pruebas primero. - Dijo el Alfa sin rodeos.

Manos de Ángel [Hyunlix] Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora