Polly, La ninfa anarquista y Kori la dragona Occidental.

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Era un martes caliente. Irina se levantó como de costumbre. Con su honda en manos salió de nuevo para el bosque de Uhdit. Los pájaros cantaban cansados y con pereza.
La llegada de Dexter de sus eternas expediciones conmovió un poco el barrio. Su moda costera a la pirata siempre llamaba mucho la atención. Irina lo citó en algún claro del bosque, pero él no llegaría hasta después del medio día,pues se había quedado dormido intentando abrir una tumba cristiana que decían tenía oro y una buena tarjeta de crédito. Naturalmente no encontró más que un resfriado sepulcral.

Irina plantó un par de árboles alrededor de uno que recién había talado. Reubicó una madriguera que no alcanzó a ver hasta después de que el tronco tocara el suelo.
Algo cansada se dio cuenta de que su cantimplora estaba vacía. Estaba acostada sobre el césped, acomplejada por el calor de la mañana y la deshidratación.
Quizás eran alucinaciones por la falta de agua y seguramente  por el abrasante calor: pero sentía que la miraban entre risas.
Después de una corta siesta se limpió el sudor con su trapo rojo, fue cuando escucho el agua correr. A lo lejos escuchaba, entre pequeños respiros de brisa : un río.
Dejó sus cosas llamada por el sonido del afluente y caminó con algo de prisa. Aparecieron notas musicales entre las corrientes, parecían mágicamente puestas entre las piedras y peces que podían llevar el río. Era como el sonido de un harpa hecho con cuerdas vocales de diosa. Era un canto medio humano, ligero y azul, un canto con perfume y reflejo.
Irina se acercó cada vez más entre los arces y los sauces. llegó a la orilla del agua. Era un claro con cascada, arena y piedras lisas como platos que reposaban entre el agua como si no pesaran toneladas. Los árboles crecían hasta un poco por encima del agua abanicando con sus ramas los cuerpos que allí reposaban. Eran mujeres.

Primero vio a una de labios grandes y ojos verdes.  hablaba con otra rubia en un idioma extraño, como el sonido de las burbujas bajo el agua. Eran ninfas de colores pastel sus cabelleras también de todos los colores no terminaban en despicadas puntas de pelo , sino en cascadas y borbotones de agua dulce. Reían y cantaban, unas entre los arbustos, hablando con los árboles o lanzándose en picada desde lo alto de la cascada. Bajo el espejismo del agua las veía hacerse masajes de manos, mascarillas de pepino e incluso el lifting de las pestañas.

— Ninfas del río.— se dijo Irina.

La vista no le bastaba para capturar cada detalle del par de docenas de ninfas que caminaban sobre la espuma del agua, porque otra criatura llamaba su atención:
Sobre lo que parecía ser una laja de roca volcánica, yacía entre algunos huesos, maquillaje, libros y escamas: Una Dragona de tamaño medio (como para llevarnos en un paseo a ti y a otra persona, nada más.). Evidentemente era una dragona mujer porque tenía pestañas y labios,además de rubor y un espacio para sus senos, a pesar de que fuera literalmente un reptil( esto es una parodia a todos los personajes femeninos de los videojuegos de fantasía que los monstruos son monstruos monstruosos a menos de que sean mujeres )
La dragona naranja leía "el segundo sexo" de Simmone Beauvoir mientras que
con su aliento de fuego calentaba el agua que caía de la cascada.
Irina estaba fascinada por su visión. El bosque de Uhdit era un lugar extraño para divagar, era como meterse en la línea 6 del metro, en un momento estabas en Vallecas y en el otro en Nuevos Ministerios.

—  Wey no Mamés pinche güera (=mujer blanca) ¿que hace acá? — empezó a sonar la cucaracha versión mariachi,sonaron dos disparos y se puso un filtro de color amarillento en el lente del lector. Irina levantó su honda asustada ante esta imagen tan estereotípica y xenofobica. Frente a ella estaba una ninfa vestida con retazos de telas, hongos, lianas, corbatas y cinturones de cuero vegano. Era rosa claro y sus ojos grandes la mirabas desde abajo. De su coronilla crecía una florecita multicolor. Su cabellera de castaña a cascada caía en V. — Es broma, ¿Te imaginas? Hola amor, soy Polly. — Polly la abrazó sin dudarlo.

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