Capítulo 6: La puerta del bosque

348 14 27
                                    

Iván

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Iván

Acababa de despertarme y eran las 6 de la mañana.

Sorprendentemente no tenía mucho sueño y me levanté de la cama.

Iba a cojer mis cosas para ducharme pero luego me acordé que hacía mucho tiempo que no salía a correr.

Cuando vivíamos en Barcelona iba a correr prácticamente a diario pero fué llegar a Madrid y perder ese hábito por completo.

Supongo que era porque aquel bosque que rodeaba el internado no me traía muy buenos recuerdos.

Pero no iba a dejar de correr sólo por eso, así que me puse el chándal y unos tenis y salí del internado.

Cerré la puerta y me cruzé con Pepe, el bedel del internado, que estaba alimentando a los caballos en el establo.

-Buenos días Pepe- le saludé yo alegremente.

-Oh, buenos días, ¿adónde va usted tan temprano?- me preguntó educadamemte.

-Iba a correr un rato antes de que empiezen las clases- expliqué- ¿y usted que hace aquí trabajando tan temprano?

-Bueno, tengo mucho trabajo, y hay algunas cosas que prefiero dejar ya hechas.

-Vale- respondí pensando que ese hombre no tenía tanto tabajo, es más, hasta considero que tiene poco trabajo en comparación al sueldo que tiene.

No se por que había dicho eso, pero no iba a ser maleducado diciéndole mi opinión.

-Bueno, yo me marcho o no me dará tiempo de correr mucho.

-De acuerdo, hasta luego

-Hasta luego- me despedí y me puse a correr.

Estuve corriendo por la zona que más conocía, sin alejarme mucho por si luego no llegaba a tiempo.

Cuando no llevaba ni 10 minutos corriendo, vi algo sobresaliendo enre unos arbustos, parecía una puerta.

No, no podía ser.

Me acerqué asustado hacía allí y efectivamente, la puerta que había allí estaba completamente abierta.

Pero no era una puerta cualquiera, era la puerta que llevaba a unos pasadizos que había en el internado, los que estaban conectados con la chimenea de la biblioteca.

Era imposible que estubiera abierta, ya que Julia y yo nos habíamos asegurado de cerrarla y camuflarla antes de que empezara el curso. Era prácticamente imposible que alguien la hubiera visto desde el bosque.

Y, si no me equivoco, Julia contrató a alguien para que sellara la chimenea, osea que por ahí no creo que entrara nadie.

Estaba empezando a asustarme, pensando que algún alumno del internado pudo haber entrado.

El internado laguna negra- 15 años después Donde viven las historias. Descúbrelo ahora