Prólogo

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Febrero, 2003

Incluso en la ciudad ruidosa estoy como ye, ye, ye. Haciendo lo que me gusta como el ye, ye, ye. 

Sentado en la sombra, bajo la brillosa luz del sul.

Cierro los ojos por un rato.

Mírame.

Sunshine; Stray Kids.

—No he venido a tu casa desde que era niño.

—Tampoco dejaste de serlo hace mucho.

MinHo se inclinó con cordialidad en la puerta de la casa antes de dejar sus zapatos en la entrada, los acomodó cerca de los zapatos finos de la madre de JiSung y pisó la cálida alfombrilla con sus calcetas rotas.

—¿Tu mamá está en casa? —notó MinHo los zapatos.

Nop —JiSung se sacaba sus zapatos con ayuda de sus talones—, llega en unas horas.

JiSung se sacó su mochila de su hombro, se sacó su polerón, y tendió ambas cosas a MinHo.

—Ve a dejarlos en mi cuarto —ordenó—, mientras, yo haré el caramelo.

MinHo sonrió de manera burlesca. —Creí que comeríamos ramyeon primero.

—¿Crees que me limito a algo?

El departamento donde JiSung vivía era pequeño, dentro de era una vivienda social entregada por parte de un subsidio estatal hace cerca de diez años atrás; estaba en el último piso de un edificio de siete, y desde el dormitorio de JiSung se podía ver en distancia dos estaciones de trenes en altura, con el ruido rompiendo en las ventanas cerradas y, si MinHo lograba enfocar un poco mejor su vista, incluso podía ver en el barrio donde vivía, en el lado oeste de los andenes de tren.

La última vez que MinHo había estado ahí fue hace tres años, cuando la madre de JiSung compró coincidentemente una tarta de merengue el veinticinco de octubre; JiSung prácticamente lo había arrastrado hasta el edificio para que cenaran juntos. MinHo no había querido en ese momento, lo bastante avergonzado porque se tomaran esas molestias, sin embargo, sopló las velas de cumpleaños sin una estima de deseo.

Le dio una barrida visual al dormitorio luego de dejar sus cosas junto con las de JiSung en el suelo: sofá cama que no fue armado para ser un sofá, y un armario que se escondía en la pared. Lo único reconocible y costoso era un estéreo de segunda mano, ubicado bajo la ventana. Era el producto que JiSung más usaba en esa casa.

Desde la cocina se escuchó la radio de la Universidad de Seúl, junto con el agua hervir y la preparación del caramelo. MinHo sacó de su mochila una pequeña bolsa de carne, mientras que de la de JiSung sacó verduras y dos paquetes de ramyeon.

—Mierda —masculló MinHo—. ¡Olvidamos comprar huevo!

—¡Hay en la nevera! —informó JiSung.

De fondo sonaba una canción que después la reconocería en las pocas instancias que MinHo la escucharía, pero en ese instante era desconocida. MinHo no sabía inglés, pero JiSung sí, y como él era cuyo amor eran las artes escénicas, se encontraba cantándola mientras preparaba el caramelo.

—¿Qué hago? —preguntó MinHo.

—Lava la fruta —JiSung apuntó con su mentón al refrigerador—, y, si quieres, prepara la carne.

—Si quiero. Muero de hambre. ¿Qué canción es?

Fast Cars, de Tracy Chapman.

—No la conozco.

Sunshine; MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora