Dos.

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💮.

El fuerte viento hacía retroceder involuntariamente el cuerpo de Min Yoongi, lo cual le sorprendió, ya que la mujer a su lado no la movía ni un centímetro.

Volvió la mirada al frente, observando luces parpadeantes a punto de estallar.

-¿Por qué no compran nuevos focos?- interrumpió el pelinegro el frío silencio.

-Porque no los necesitan. -respondio obvia.

-¿Por qué no los van a necesitar?, se quedarán a oscuras y los mendigos podrían robar sus alimentos.

-Ya casi llegamos, por favor. Necesito silencio para escuchar bien.

Yoongi la observo temeroso y tragó saliva.

-E-es aterrador, parece una película de terror de los años antiguos.

-Créeme, no estás tan lejos de la verdad.

-¿A qué se refiere?

-Yoongi, amo que hayas vuelto, ¿pero podrías dejar de preguntar cosas que no puedo responderte?

-¿Por qué no puede responderme?

La mujer soltó un suspiro y lo miró directamente a los ojos.

-Es peligroso.

-¿Saberlo?

-¡Yoongi! Por favor, necesito concentrarme.

El pelinegro decidió ya no causarle más molestias y guardo silencio el resto del camino por el bosque.

Admiraba los búhos que se escondían detrás de las ramas y las hermosas luciérnagas como única fuente de luz.

Caminaba detrás de la mujer cuatro centímetros más bajita que él.

Sentía el frío calar sus huesos, tenía hambre y sueño. Sobre todo; sueño.

Bostezo en el preciso momento que la mujer freno su caminata de golpe. Él la miró confundido e iba a preguntar, pero como si la mujer ya lo supiera, lo detuvo antes.

-Shh- susurro- quédate detrás de mí y no hables.

Yoongi se alarmó pero decidió hacer caso.

Se quedaron detrás de un arbusto ya seco y la mujer comenzó a hablar en otro idioma, confundiendo al pelinegro asustado.

-¿Qué pasa? -susurro.

-Te dije que era peligroso. -respondio de igual manera.

Decidió quedarse callado por voluntad propia y alzo la mirada como acto de rebeldía y reemplazo de su voz.

Lo que observo lo dejo impresionado, jamás había visto algo así. La única vez que oyó hablar de eso, fue en la primaria, cuando le dejaron una tarea sobre una leyenda antigua.

-Es... -se quedó boquiabierto-. Hermoso. -susurro apenas.

-Qué haces Yoongi, baja la mirada. Podrías condenarte.

Para ese entonces ya era demaciado tarde para el chico de hebras negras, había sido hipnotizado y cautivado por la figura de ese espléndido cuerpo.

Fue idiotizado cuando la mirada de aquél sujeto conecto con la suya.

En acto de inercia, fue levantándose. Dejando su escondite y yendo hasta la figura que se encontraba del otro lado del bosque. Parecía estar tan cerca, pero en cuánto más se acercaba, más se iba alejando ese chico.

Al igual que un trueno partiendo la tierra, fue el estrago que dejo el golpe de su madre con aquella roca.

Tenía que salvarlo.

El Hada De Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora