━━ 𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀 🐉
❝eres más hermosa
que todas las estrellas
juntas.❞
𝐞𝐧 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 Rhea Avonlea
y hiccup haddock comienzan
a sentir atracción el uno por el
...
HABÍAN pasado dos semanas desde que Hiccup se había enterado de la noticia, pero también habían pasado otras cosas. Al castaño se le ocurrió la idea de ir en busca de Drago Manodura y cambiar su percepción sobre los dragones, pero salió mal. Al final su padre terminó sacándolo del barco.
En estos momentos los Haddock estaban frente al castillo del reino de Sukha. Ambos vestidos de forma elegante. Estoico mantenía una expresión de felicidad, vería a sus viejos amigos y sobre todo tenía curiosidad de conocer a su futura nuera. Hiccup por otro lado tenía un expresión llena de desinterés y aburrimiento. En otras circunstancias tal vez hubiera sido diferente.
—¡Estoico, amigo mío!— el rey Jacob había salido junto a su esposa e hija a recibir los recién llegados. —Es un gusto verte luego de tanto tiempo. ¿Cómo estás?
—Estoy bien.— contestó sonriendo mientras acercaba a Hiccup a su lado. —Como puedes ver aquí está mi hijo, Hiccup.
La reina Atenea se acercó mirando al castaño con cariño. Lo había conocido cuando era un bebé y desde entonces había sentido afecto hacia él.
—Cariño, has crecido tanto.— sollozó acariciando el rostro del joven. Hiccup por un momento sintió esa calidez maternal, pero luego recordó que ella no era nada de el.
—Muchas gracias, majestad.— murmuró.
El trío de viejos amigos comenzó una conversación mientras entraban al castillo. Rhea desde el inicio se había quedado en una esquina completamente en silencio, y tenía eso planeado en los cinco días que los Haddock's estarían en su castillo.
Pero lamentablemente para sus planes había un impedimento. Hiccup quería llevar la situación de la mejor manera posible, esto significaba que intentaría llevar una buena relación con ella, de amistad.
—Ey— la llamo con suavidad. —¿Cómo te llamas?
—No me interesa hablar contigo.
—Increíble, me tocó una chica grosera y malgeniada.— bufó molesto.
—Si no te gusta pues vete.— dijo arreglando su largo cabello.
—No es que quiera estar aquí. Y mucho menos casarme contigo.
—Valla Hiccup, que directo. Deberías estar feliz, no tienes idea de cuantos hombres quisieran estar en tu lugar.— Rhea intentaba comprobar la paciencia del chico, pero no sabía que el castaño era mucho más inteligente en algunas ocasiones.
—Bueno, no me interesa cuantos quieran estar contigo. Terminaste siendo mía sin yo ni siquiera desearlo.— dijo mirándola a los ojos.
Rhea se había sorprendido, no esperaba esa respuesta, pero no era nada con lo que no pudiera lidiar.
—Para empezar no soy tuya, no soy ningún objeto. En segunda te sugiero que empieces a comportarte conmigo.
—No te alteres, fue un comentario al aire.— se excusó el chico levantando las manos. —Eres agresiva.
Rhea rodó los ojos. No creía ser capaz de aguantar al castaño durante tanto tiempo como implicaba un matrimonio.
—Solo...desaparece de mi vista. Al menos déjame descansar de ti por hoy.— suspiró. —Nos esperan largos años.
Hiccup soltó una ligera risa.
—Me encanta que se te note la gran emoción que tienes.— ironizó acercándose a ella nuevamente. —Tus ojos hasta brillan de la emoción.
La peliblanca comenzaba a molestarse lo suficientemente como para dar un golpe y dejar inconsciente al jinete. Pero por su educación como princesa se contuvo, no quería dar una peor impresión de la que ya tenía.
—Que bueno que te des cuenta de mi felicidad, Haddock.
—¡Oye! No hace falta ser tan...formal. Seré tu esposo, trátame con más amor.
Sin duda alguna el castaño estaba intentado bromear un poco para ignorar la impotencia y molestia que sentía por dentro. Su padre solía tomar decisiones sin su consentimiento, o sin decirle absolutamente nada.
Aunque este caso era diferente, estaba comprometido desde mucho antes, normal que no pudiera hacer nada.
—Creo que no hace falta de que te expreses de esa manera.— Rhea se cruzó de brazos mirándolo con una ceja alzada. —Lo nuestro es solo para poder crear una alianza legal entre nuestros pueblos.
—Bueno, en ese caso te conviene acostumbrarte a mi presencia. Dentro de dos meses estaremos juntos en el mismo lugar.— contestó Hiccup sonriendo de medio lado.
—¿Siempre eres así de coqueto?— cuestionó la ojiazul.
—No.
—¿Acaso tengo el privilegio de que Hiccup Haddock me este coqueteando?— pregunto con ironía. El castaño soltó una risa.
—Ya quisieras. La verdad es que mi novia no me permite este tipo de cosas. Me apuesto que si se entera de tu existencia es capaz de mandarte a la tumba.
Rhea se sorprendió, pero dijo nada y decidió seguir bromeando.
—Me tratas como si yo fuera tu amante.
—Básicamente lo eres.
—De hecho no. Estamos comprometidos desde que somos bebés, así que ella es la intrusa.
Hiccup tenía la intención de decir algo, pero la chica tenía razón.
—Conozco a Astrid también desde que somos bebés.— contradijo.
—Estas con ella hace tres años. Y yo tú prometida desde hace diecisiete años.— contestó riendo. Hiccup suspiró y se alejó rindienose. —Sera divertido molestarlo.
