SERENITY ━━ kuroo

vii. capítulo siete

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♯ capítulo siete

Después de la conversación que Misumi y Sugawara tuvieron juntos, le hizo darse cuenta de lo mucho que quería hablar con Nishinoya sobre la situación. Pero, ella era incapaz de encontrar el tiempo correcto.

Él todavía se parecía relativamente trastornado, Misumi no deseó apresurarlo para una respuesta cualquiera. Ella trató de poner a un lado sus pensamientos, Karasuno acababa de terminar su último partido de práctica antes de la cena, los chicos estaban fuera corriendo una vez más después de sufrir otra derrota en un partido de tres set.

—¿Ha hablado contigo? —La delicada voz de Kiyoko se entrometió en los obstinados problemas de Misumi.

Ella levantó la vista del limpio juego de toallas que tenía en sus manos, preparada para repartirlas una vez que los sobrecargados chicos de voleibol terminaran su última vuelta.
—Umm no, todavía no. —Murmuró en voz baja.

—¿Has intentado hablar con él? —Cuestionó Kiyoko, con los dedos entrelazados detrás de su espalda.

Como antes, Misumi no creyó que ella tuviera que ser la que hablara primero, no es como si ella fuera la que hizo una gran escena humillante en su último partido de práctica.
Sacudiendo la cabeza en señal de desaprobación —Sé que puede sonar infantil, pero yo no fui la que comenzó la discusión sin sentido.

—Bueno, parece que no es inútil para él, ¿no dijiste que se disculpó contigo en el gimnasio?

Misumi odiaba admitirlo pero, Kiyoko tenía razón, Nishinoya se disculpó. En el gimnasio, cuando Daichi impidió que su discusión fuera a más. Pero él sólo se disculpó porque Daichi básicamente lo obligó. Ella asintió a la respuesta de Kiyoko, no queriendo discutir el tema embarazoso más.

Los chicos finalmente regresaron de la larga y empinada colina, absorbiendo las cálidas ráfagas de aire a través de sus secas bocas jadeantes, dirigiéndose impacientes hacia Kiyoko y Misumi, aceptando una toalla de Misumi y sus aguas de Kiyoko.

Tenía suficientes toallas para que todos recibieran al menos una, así que se quedó un poco perpleja cuando descubrió que aún le quedaba una toalla más a mano. Intentando observar a los chicos desde lejos, se esforzaba por ver quién no había recibido aún su toalla.

No se sorprendió cuando vio a Nishinoya con una botella de agua en las manos, pero sin rastro de toalla. Gruñó frustrada, ¿tan enfadado estaba con ella que no podía tomar una simple toalla de sus manos?

Misumi lo miraba desde la distancia, echaba de menos poder contarle las cosas que no era capaz de contarle a nadie más.

¿Es realmente mi culpa?

Nishinoya dio vuelta para mirar encima de Misumi, que estaba ayudando a Kiyoko en poner en orden todo el equipo. Cuando él realizó que no había conseguido su toalla todavía, empujó sus dudas a un lado, decidiendo a acercarse ella.