Jimin estiró sus extremidades perezosas. Había intentado dormir un poco más pero su estómago rugió de hambre. No había cenado nada ya que no había absolutamente nada para comer en la casa. Lo único que había eran muebles viejos.
Luego de haberse levantado y duchado, tomo su celular dispuesto a buscar en línea el teléfono de algún supermercado en línea, con un poco de suerte logro conseguir uno.
Llamó y realizó un pedido bastante largo, el cual le informaron que dentro de una hora más o menos lo tendría en la puerta de su casa.
Salió al exterior dispuesto a contemplar la naturaleza. El lugar era realmente hermoso, tal cual lo había visto en fotos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Algo descuidado por haber estado abandonado unos años, pero nada grave que no tuviera solución. Sería un trabajo arduo en el que tendría que invertir mucho dinero, pero valía la pena cada dólar. La belleza del lugar lo tenía realmente hechizado, la casa era enorme con ventanales grandes que dejaban admirar todo el paisaje desde adentro. El ruido del agua de la cascada cayendo, todo era hechizante. Había tenido un flechazo con el lugar cuando lo vio en fotos, pero viendolo ahora en persona y a la luz del día sentía que por primera vez en su vida estaba enamorado.
Sonrío amplio mientras respiraba profundo y llenaba sus pulmones con aire totalmente puro
-Paaaaz.
Paz que no duró mucho ya que sintió un par de bocinazos. La sonrisa de su rostro se borró, quería llorar de frustración. Hizo una mini pataleta lloriqueando y dando patadas y piñazos al aire.
-No te parece que ya estás grandesito para andar haciendo berrinches?
Jimin dió un brinco del susto cuando sintió la gruesa voz de Jungkook.
-Puta madre que te parió- exclamó con una mano en su pecho- casi me das un infarmo.
-Susto que dan gusto- respondió el pelinegro con clara burla en su voz.
Justo cuando iba a preguntarle al más alto que hacía en su casa pues...- JEON JUNGKOOK! cómo vuelvas a manejar el coche de tu padre como un loco desquiciado te corto los dedos- SeokJin hizo acto de presencia junto a sus demás hijos.
En qué momento los había invitado a ir a su casa? Jimin era un ermitaño de primera, al que le encantaba la soledad y la paz, mucha paz.
Jungkook al escuchar las quejas de su padre puso los ojos en blanco- te saldrán arrugas y canas de tanto rezongar y más a tu edad tan avanzada.
Jin quien justo pasaba por su lado le dió un zape en la nuca a Jungkook- Mocoso atrevido, no me faltes el respeto.
Jimin observaba tal escena incrédulo, esperando que alguien se dignara a explicarle porque su casa estaba siendo invadida.
-Jimin esperamos no molestarte, pero te traje algo de comida ya que supuse que no tendrías nada aún, ayer me sentí tan mal por no invitarte a cenar- Jin realmente se mostraba apenado.
Mierda, ahora Jimin se sentía mal por sus pensamientos.
-señor Kim no tenías que molestarte.
-Solo Jin.
-Jin realmente estoy muy agradecido pero no debías molestarte- hablo rascando su nuca por el nerviosismo.- yo hice un pedido al supermercado del pueblo y llegará en un rato.
-No es molestia ninguna, por favor aceptalo como una bienvenida, además tú estómago rugiendo dice que tienes hambre- sonrío amable el más alto.
Maldito estómago traicionero.
- Bien, pero los invito a desayunar conmigo por las molestias que se tomaron.
- Claro!- Jin sonrio- Te gusta el lugar?
-Si, es realmente hermoso.
- En verano solíamos venir pescar y acampar por las noche, también a bañarnos en la cascada y las aguas termales- hablo apenado Hoseok.
-Pero eso era antes cuando aún no tenía dueño- Aclaro rápidamente Jin.
-A mi me da igual, yo seguiré viniendo- hablo con indiferencia Jungkook.
Jimin lo fulminó con la mirada y como respuesta recibió una sonrisa burlona de parte del pelinegro.
-Claro que no vendrá a menos que sea invitado- se apresuró a aclarar entre dientes Jin para seguidamente mirar a Jungkook con una mirada asesina- Verdad Jungkookie?
Jungkook alzó sus hombros totalmente indiferentes- Se se como digas.
Jin miro a Jimin totalmente apenado- Nunca tengas hijos.
-No planeo tenerlos nunca.
__🪷___🪷___🪷___ 🪷___🪷___🪷___🪷___🪷__
Desayunaron entre charlas. Hablaron sobre la zona y demás. Cuando llegó el camión con la compra del supermercado Jin y sus hijos ayudaron a descargar las cosas, todos excepto Jungkook claro está.
-Que harás está tarde? Me gustaría invitarte a tomar té en nuestra casa.
- siento rechazar tu invitación, pero planeaba ir al pueblo, debo hacer muchas compras y aún tengo papeles que firmar.
-Planeas ir caminando hasta el pueblo?
-No es un problema para mí.
-Yo te llevaré- y se apresuró a continuar antes de ser interrumpido por Jimin- y no, no es una molestia además debo ir al pueblo a llevarle el almuerzo a mi adorable esposo a su oficina.
-No mientas y di que vas a follar con Namjoon- Jungkook habló mientras rodaba los ojos y se encaminaba rumbo a uno de los coches estacionados afuera.
- JUNGKOOK! maldito mocoso infernal.
A Jungkook realmente no le importaban los rezongos de su padre, por ende los ignoro totalmente.
-Te llevo Jimin?
Jimin quedó asombrado, nunca se le pasó por la cabeza que Jungkook fuera a ofrecerse a llevarlo.
-Agradezco tu ofrecimiento, pero me iré con SeokJin.- contesto lo más cortes que pudo mientras sonreía falsamente.
Jungkook sonrió.
-Tienes miedo?- preguntó alzando una ceja.
La sonrisa en el rostro de Jimin desapareció, con altivez y arrogancia el rubio alzó su barbilla, comenzó a caminar con pasos decididos rumbo al pelinegro.
- Iré contigo- una vez serca de Jungkook alzó aún más si mentón- yo no le tengo miedo a nada...- lo observó de arriba abajo- ni a nadie.
Cuando Jungkook estuvo a punto de contestar Jimin simplemente le dió vuelta la cara y se dispuso a subir al coche.
Él no iba a dejarse intimidar por un maldito mocoso.
Los demás?
Los demás quedaron atónitos por lo que acababa de suceder.
