𝟎𝟑┊𝐀𝐞𝐦𝐨𝐧𝐝 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧

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— 𝖲𝗍𝗈𝗋𝗆'𝗌 𝖤𝗇𝖽 𝟤 —

-Autor: misguidedasgardian

-Pareja: Aemond Targaryen x Sobrina!Strong!Lectora

-Resumen: Tu madre te envía a Bastión de Tormentas para reunir a Lord Borros Baratheon para su bando, pero tu tío llegó allí antes que tu.

-Advertencias: Maldiciones, uso de la palabra bastardo, angustia, pesado, incesto a nivel canon, pensamientos sobre la muerte, menciones a la cama, y más, dark fic, Aemond está desquiciado, violación, no-con, menores participando en actividades sexuales, menciones a una menor en una casa de placer, mutilaciones, sangre, violencia, culpabilización de la víctima, autoculpabilización, y otras cosas muy oscuras.

-Número de Palabras: 4.7 K


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Dicen que cuando te estás muriendo, toda tu vida pasa por tus ojos, haciéndote revivir todos esos momentos, y la forma en que te sentiste. Ahora eres capaz de decir, que no era tan exacto.

Porque todo lo que podías ver era a ÉL. Su cabeza en tu regazo mientras le leías en Alto Valyrio bajo el árbol del corazón. La primera vez que Karnax obedeció tus órdenes y le devolviste la sonrisa. La vez que le cogiste la mano y le acariciaste el hocico haciéndole ronronear. Pero de repente eras aquella niña asustada en aquel túnel de Driftmark.

"- ¡No! ¡Para! -", gritaste, mientras Aemond agarraba a tu hermano mayor por el chaleco y sostenía una piedra en la mano. "- ¡Para! -", le rogaste de nuevo, él echó la mano hacia atrás para coger impulso y te golpeó en la cara con la roca, gritaste y lloraste, tu cara ardía, un líquido caliente llenaba tu boca con un sabor metálico, la sangre emanaba de tu nariz...Por tu culpa tu hermano agarró el cuchillo, para vengarte, por tu culpa el bebé Lucerys saltó sobre Aemond y le arrancó el ojo de un tajo de la cara.

Pronto no fuiste el único llorando amargamente. Pronto unas manos adultas y enguantadas te agarraron, te levantaron del suelo y te llevaron ante un maestre. Pronto te sentaste frente a Aemond, mientras el maestre le cosía el ojo que le faltaba, el ojo que le quedaba no se apartaba de tu cara, su boca se torcía en una oscura burla.

Ni siquiera pestañeó, apenas reaccionó cuando la aguja atravesó su piel una y otra vez. Mientras que a ti sólo te sangró la nariz. Ya entrada la noche, después de que el maestre te diera a escondidas un poco de leche de amapola, te despertaste cuando ya no podías respirar, sintiendo un peso sobre el pecho, cuando abriste los ojos lo primero que viste fue el ceño fruncido de Aemond, el tajo en la cara aún rojo brillante.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 : 𝖧𝗈𝗎𝗌𝖾 𝗈𝖿 𝗍𝗁𝖾 𝖣𝗋𝖺𝗀𝗈𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora