𝒮ℴ́𝓁ℴ 𝒜́𝓂𝒶𝓂ℯ - CH 🌌 R.Prusia x I.Ruso [Pausada]

#3

Una rutina diaria como siempre para Prusia, como el anterior capítulo dirán, esta vez, se levantó con menos ánimo, tal vez y su mentalidad en depresión lo estaba matando, fue a baño y vio una pequeña navaja, la cual, agarró. Decido, la acercó a su muñeca (parte del brazo) y sólo cerró los ojos, antes de acercarla aún más, se limitó a hacer tal acto, en ese momento, Prusia se quería morir, ya no tenía fuerzas para seguir con su rutina. Después, salió del baño y bajo a la cocina para hacerse su desayuno.

Ya listo su desayuno, tocaron su puerta.

"Toc, toc, toc".

¿Quién será? Prusia se preguntó así mismo, fue a checar quién era, rezaba para que no fuera Imperio Ruso.

— Oh maldita sea... — miró lo que había abajo, era... ¿Un ramo de rosas de Halfeti y bugambilias? Prusia se sorprendió demasiado, casi nadie le regalaba cosas así y mucho menos rosas, para él, son para dárselas a las mujeres pero, ¿a él? Se le parecía un poco raro. —

Prusia recogió el ramo y revisó si no había una carta, la cual, sí estaba. La carta decía:

"𝒜𝓂ℴ 𝓉𝓊𝓈 ℴ𝒿ℴ𝓈 𝑔𝓇𝒾𝓈ℯ𝓈
𝒜𝓂ℴ 𝒸𝒶𝒹𝒶 𝒸ℴ𝓈𝒶 𝓆𝓊ℯ 𝒽𝒶𝒸ℯ𝓈，𝒶 𝓁ℴ 𝓆𝓊ℯ 𝓅ℴ𝓃ℯ𝓈 𝓉𝓊 𝒶𝓂ℴ𝓇 𝓎 𝓅𝒶𝓈𝒾ℴ́𝓃
𝒶𝓂ℴ 𝓉ℴ𝒹ℴ 𝒹ℯ 𝓉𝒾，𝓎ℴ 𝓉ℯ 𝒶𝓂ℴ 𝒶 𝓉𝒾, ¿𝓆𝓊ℯ́ 𝓂𝒶́𝓈 𝓅𝓊ℯ𝒹ℴ 𝒹ℯ𝒸𝒾𝓇𝓉ℯ? 𝒬𝓊𝒾𝓈𝒾ℯ𝓇𝒶 𝒹ℴ𝓇𝓂𝒾𝓇 𝒶 𝓉𝓊 𝓁𝒶𝒹ℴ 𝓅𝒶𝓇𝒶 𝓆𝓊ℯ 𝒶𝓁 𝒶𝓂𝒶𝓃ℯ𝒸ℯ𝓇 𝓂ℯ 𝒹ℯ𝓈𝓅𝒾ℯ𝓇𝓉ℯ 𝓎 𝓋ℯ𝓇𝓉ℯ 𝒶𝓊́𝓃 𝒹ℴ𝓇𝓂𝒾𝒹ℴ，¿𝓉𝓊́ 𝓆𝓊𝒾ℯ𝓇ℯ𝓈 𝓁ℴ 𝓂𝒾𝓈𝓂ℴ?
𝒬𝓊𝒾𝓈𝒾ℯ𝓇𝒶 𝓆𝓊ℯ𝓇ℯ𝓇𝓉ℯ 𝓅ℯ𝓇ℴ 𝓂ℯ 𝒶𝒷𝓈𝓉ℯ𝓃𝑔ℴ
𝒴ℴ 𝓅𝓊ℯ𝒹ℴ 𝓎 ℯ𝓈𝓉ℴ𝓎 𝒶 𝓅𝓊𝓃𝓉ℴ 𝒶𝓂𝒶𝓇𝓉ℯ 𝓅ℯ𝓇ℴ 𝓃ℴ 𝓆𝓊𝒾ℯ𝓇ℯ𝓈
𝒬𝓊𝒾𝓈𝒾ℯ𝓇𝒶 𝒶𝒹ℴ𝓇𝒶𝓇𝓉ℯ 𝒸ℴ𝓂ℴ 𝒶 𝓊𝓃𝒶 𝓇ℯ𝓁𝒾𝑔𝒾ℴ́𝓃
𝒬𝓊𝒾𝓈𝒾ℯ𝓇𝒶 𝒷ℯ𝓈𝒶𝓇𝓉ℯ 𝓅ℯ𝓇ℴ 𝓉𝓊́ 𝓃ℴ 𝓉ℯ 𝒹ℯ𝒿𝒶𝓈，¿𝓆𝓊ℯ́ 𝓂ℯ 𝒽𝒶𝒸ℯ 𝒻𝒶𝓁𝓉𝒶 𝓅𝒶𝓇𝒶 𝒹𝒶𝓇𝓉ℯ 𝓈𝒾 𝓎𝒶 𝓉ℯ 𝓁ℴ 𝒽ℯ 𝒹𝒶𝒹ℴ 𝓉ℴ𝒹ℴ？
𝒞𝒶𝒹𝒶 𝓋ℯ𝓏 𝓆𝓊ℯ 𝓉ℯ 𝓋ℯℴ， 𝓂𝒾 𝓅𝒾ℯ𝓁 𝓈ℯ ℯ𝓇𝒾𝓏𝒶
¡ ℴ𝒽 𝒶𝓂𝒶𝒹ℴ 𝓂𝒾́ℴ ！
𝒯𝓊́ 𝓈ℴ́𝓁ℴ 𝓈𝒾ℯ𝓃𝒹ℴ 𝓉𝓊́．．．
𝒯𝒶𝓃 𝓅ℯ𝓇𝒻ℯ𝒸𝓉ℴ．．．
¿𝒮ℯ𝓇𝒶́ 𝒸𝒶𝓈𝓊𝒶𝓁𝒾𝒹𝒶𝒹 𝓆𝓊ℯ 𝓉ℯ ℯ𝓃𝒸ℴ𝓃𝓉𝓇ℯ́?
𝒩ℴ ℯ𝓈 𝓅ℴ𝓈𝒾𝒷𝓁ℯ 𝓎𝒶 𝓆𝓊ℯ，
𝒴𝒶 𝓉ℯ 𝒶𝓂ℴ..."

— ¡Maldita sea! — Exclamó; Prusia se había asustado pues no tenía firma pero ya sabía quién se lo había enviado. Prusia, a su vez, un rojo carmesí invadió sus mejillas al leer la carta por completo. — Pero, ¿por qué halfeti y bugambilias, he? — el prusiano se preguntó a él mismo. — ¿Cómo supo que son mis favoritas? — Prusia suspiró nerviosamente y miró a todas partes a ver si no había nadie habitando lejos. No tuvo otra opción que aceptar el ramo. —