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Hay un sentimiento que tengo muy familiarizado.
Como si fuera una visita recurrente en mi pecho, tiene su propia casa en mi cabeza, se pasea por mi las calles de mi cuerpo y reposa en mi inconsciente.
Me ha llegado a asustar lo acostumbrado que estoy a la sensación de mis manos temblando y mis piernas flaqueen.
Mi piel se erice, mi piel palidezca y mis vellos de pongan de punta.

Miedo.

Todos las personas experimentan el miedo, ni siquiera me lo pregunto, se que lo hacen.

Esa sensación que te puede salvar de la vida o quitártela, la clara definición de una navaja doble filo.

Oír esa voz por la bocina de mi barato celular, como si fuera un reflejo colgué antes de vomitar por toda mi alfombra.

Bueno, una alfombra arruinada.

Claro que la alfombra no era lo más importante, pero no quería pensar en cómo consiguió mi número, ¿sabrá donde estoy?

Schlatt, un hijo de puta, desgraciado, mentiroso, avaro, escoria de la humanidad, alcohólico, cobarde, moneda de dos caras.

Ese maldito solo vive para hacerme la vida imposible, por el ahora tengo que limpiar una alfombra que estaba CASI nueva.
¿Por qué me llamas ahora? Justo cuando pensé que por fin podría entrar al juego de mi propia vida, apareces tú. Me mueves el mundo de una manera que solo tú podrías, por eso te odio tanto.
Porque una parte de mi sabe que solo basta con un chasquido de tus dedos y yo iré corriendo a tus brazos sin pensarlo.

Ni siquiera se yo el porqué de eso, solo puedo deducir que ese maldito es la razón de mi desgracia, pero a la vez me entrego algo que fue muy preciado para mi.

Puedo divagar en mi mente y regresar a ese día, años atrás, cuando ni yo sabía el significado de mi existencia.

Schlatt, mi primer amigo, mi socio y mi amor platónico.
Aún recuerdo todas esas salidas de amigos, las bromas estupidas, las ideas emprendedoras que nunca terminamos; y como olvidar esos sutiles coqueteos que siempre reprimimos por miedo a nuestra homosexualidad en ese asqueroso pueblo.
Siempre intentado que nadie nos descubriera tomados de las manos en la escuela, algo tan nuestro.
Pero ahora lo repudio.

Lo sé, soy un bipolar de mierda, pero el tiene una gran parte de mi, el conoce al Quackity de antes, el del pequeños pueblo con una familia abusiva; y él, él era un sueño americano.

  ¡𝚂𝙴 𝙱𝚄𝚂𝙲𝙰 𝙼𝙰𝙼Á! || -𝘲𝘶𝘢𝘤𝘬𝘣𝘶𝘳-[CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora