Dazai estaba de un humor inusualmente tranquilo. La Agencia Armada se encontraba en un breve período de calma, y había decidido aprovecharlo de la mejor manera que conocía: molestar a Chuuya, ideó un plan magnífico según él, se levantó y agarró su abrigo para salir de la Agencia.
- Estas seguro de que es una buena idea Dazai? - dijo un pelinegro en un tono calmado mientras comía unos caramelos.
- Claro que sí - contestó Dazai observando a Rampo - Aunque ya sé que sabes el motivo por que lo hago.
- Y te sorprenderás con el resultado - respondió Rampo sabiendo lo que pasaría.
Dazai se dirigió al establecimiento, es la primera vez que va a uno de esos sitios, el no suele probar estas cosas, por lo que le pareció divertido probarlo una vez en su vida. La campana de la puerta sonó suavemente cuando entró, y una agradable fragancia de chocolate recién hecho lo recibió. La dueña del local, una amable mujer mayor, le dio la bienvenida con una sonrisa.
- Hola buenas tardes, en que puedo ayudarle? - dijo la señora al otro lado del mostrador.
Dazai, con su sonrisa característica, respondió - Estoy en busca de los chocolates mágicos de los que todo el mundo habla.
La mujer asintió y lo llevó a una sección especial llena de chocolates mágicos. Había chocolates con rellenos como limón, caramelo y pimienta rosa. Dazai se deleitó probando muestras de cada uno, apreciando la riqueza de sabores.
Finalmente, sus ojos se posaron en una caja elegante de chocolates. Eran bombones con relleno de licor y un toque de cereza. Dazai pensó "perfectos para el Chibi"
- Estos son perfectos! Me los llevaré - anunció Dazai con una sonrisa satisfecha.
La dueña envolvió la caja con cuidado y la entregó a Dazai - Estoy segura de que quien los reciba quedará encantado, y créame hacen efecto inmediato - dijo con una sobria pícara.
Dazai pagó con una generosa propina y salió de la chocolatería con su preciado tesoro. Dazai no podía evitar sentirse emocionado por la sorpresa que le tenía preparada a Chuuya.
Llegó a la Port Mafia, donde todos los observaban aterrados de que estuviera ahí, pero nadie decía nada, encontró a Chuuya, que estaba caminado por el pasillo.
- Mira por donde! No se encuentra todos los días a un enano de jardín - dijo Dazai detrás de Chuuya.
Chuuya al oír su voz se tensó y se giró para verle - pero que demonios haces aquí bastardo?! - gritó Chuuya mirando a Dazai, quien ocultaba algo detrás de él - que llevas ahí idiota, si es otra rata te mato!
- Tranquilo Chuuya, hoy no he venido a tirarte una rata muerta - dijo Dazai, marcando más el "hoy".
- Entonces se puede saber que haces aquí? - contestó Chuuya empezando a ponerse nervioso, por lo que su ex compañero podría decir.
- Tengo una regalo para ti! - sentenció Dazai mostrando la caja envuelta - pero claro, todo tiene un precio - miro a Chuuya de arriba a abajo.
Chuuya se estremeció por esa mirada - No quiero regalos - empujo la caja hacia Dazai - ademas seguro que están envenados o algo así.
- Envenados no, pero si que tienen algo, Chuuya quiero retarte a algo, aunque ambos sabemos que yo ganaré! - dijo Dazai sonriendo.
- Por supuesto que no! - dijo Chuuya dándose media vuelta dirigiéndose a su oficina.
Dazai lo siguió hasta el ascensor en silencio.
Cuando las puertas se abrieron entró y pulsó el botón 6.- ¿Como sabes dónde está mi... Da igual - dijo el pelirrojo entrando en el ascensor, el ambiente era algo raro ya que Dazai lo estaba ahí a su lado sin hacer nada, y su curiosidad por el reto aumentaba - Habla.
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Dulce Desafío
FanfictionDazai apostó que podía aguantar mejor los afrodisíacos que Chuuya, así que Dazai compró chocolates afrodisíacos para ver quién podía durar más.