Capitulo 2: La fiesta o la compañía

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  Megan

 Su auto es increíble, me agrada, huele mucho a el y parece muy limpio, se ve como si bajo ningún tipo de circunstancia lo descuidaran, aunque es lógico, si tuviera su auto, y su dinero no lo descuidaría tampoco.

—Lamento interrumpirte, pero, ¿Planeas no dirigirme la palabra en todo el camino?, eso, claro, suponiendo que llegando si vas a hablarme. —Dios, claramente su perfume estaba cargadisimo en feromonas porque diciendo lo que diga se ve bastante atractivo, aunque ni una poción de atractividad le quitaría lo espina de pescado. (Solo me estoy haciendo la difícil) porque juro que tenerlo al lado parece imposible, en verdad es que a lo mejor verlo de perfil o de frente, su olor, su estilo, tiene un aura muy atrayente, no me sorprendería que se le tiraran las mujeres.— Okay, no me hables, no me importa. 

—Lo siento, ¿Qué? —Lo había escuchado, si, pero estresarlo no es una mala idea.

—Que me hables, cuéntame, relatame, es estúpidamente aburrido que hace siete largos minutos estés callada.

—Vale, ¿Qué te digo? nos conocimos hace 15 horas, empezó todo con el pie izquierdo, jugamos un juego, te acomodé la corbata, declaré que eras mi archisupermegamortalenemigo, y ahora nos vamos a una fiesta, no se que hablarte tras ese contexto.

 Se quedó en silencio durante unos segundos o a lo mejor minutos, no era incomodo el silencio cuando de el provenía.

—¿The nbhd? —Dijo dirigiendo una mano al estéreo supermoderno de su coche, me sentía Bella en crepúsculo cuando no comprende el regalo de Emett.

—¿Daddy Issues? ¿Vamos a una fiesta o a deprimirnos a las tres de la mañana en mi cuarto? pon labrinth, bebe rexha, échale ganas. —A este punto ya me divertían sus reacciones, hizo una expresión de falsa indignación.

—Rihana y ultima oferta, ¿Trato? —Me extendió una mano y joooo, joooo, sus anillos contrastaban con sus masculinas y grandes manos y las venas que seguramente se le producieron al conducir, al contrario le di mi mano, comparada con la de el... había diferencia, mas en sus largos dedos.

 Su teléfono comenzó a sonar, ¿el nombre que se reflejaba en la pantalla? "Vittoria". Un malestar-barra-incomodidad inundó mi estomago, tenía el presentimiento de que cualquiera que fuera su respuesta sería en tono evasivo.

 Cogió una curva y rápidamente extendió una mano sosteniendo firmemente el lado derecho de mi cintura.

—¿No piensas contestar o por qué dejas que aún suene tu móvil?

 Se río. A lo mejor mi tono demostró que me empece a inferiorizar o que me sentí amenazada ante la linda chica que aparecía en el circulo de foto de perfil.

 Y para mi sorpresa...

—¿Hola? mmm... mhm... si. Ahhh, claro. Entiendo. mhm, no, realmente no puedo, estoy... muy, demasiado ocupado. —Su mano descendió de mi cintura y recorrió el tramo hacía mi muslo izquierdo y me dejó descolocada, perdí toda mi cordura, sus ojos claros buscaban los míos para ver como reaccionaban, y cuando la luz verde del semáforo se le reflejó, una sonrisa ladina lo inundó mientras que pasaba los cambios y quitaba su mano, mi pierna sintió frió ante la falta de su calor y al dejar la mano en la palanca, yo misma la devolví a donde se encontraba antes de la interrupción de tránsito. — Nos vemos en la fiesta supongo, adiós.
«Ya corté, pudiste haber atendido tú si así lo deseabas, ¿Sabes? tienes todo  el derecho del mundo, te lo concedo, pon tu huella, desbloqueo facial, es más ¿Como es tu nombre en números? a-b-c-4-5-6-f-9-g. —Hizo un cálculo mental que no entendí ni seguí— 1357114, bonito número. 

Me carcajeé mientras aparcamos. 

 No comprendía el sentimiento de facilidad y confianza que me transmitía, es decir, empecé odiándolo y ahora incluso me resultaba bonito, pero era obvio que no sentía nada por el, han pasado unas cuantas horas y el me trataba como si hubiera estado enamorado de mi desde los siete años, si bien me resultaba agradable, sabía que más allá de las bromas no sentía nada real por el, es decir, no creo en el amor a primera vista, ni en querer en la primera noche, ¿Me comprendes, verdad?. 

Were  ̶y̶o̶u̶ WE done.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora