3 años y medio

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Siempre pensé que el color azul me haría mas cool, en todo caso, solo tendría unos cuatro o cinco años cuando pensaba eso. Quizás les sorprenda que siendo tan pequeña pensara en eso, pero la verdad es que no fui una niña con una infancia muy común. Les hare un poco de historia.

Corría el año 1914...ok tampoco así, hablando en serio, les contare acerca de mi, tengan paciencia ya que puedo tener un colapso de ideas en mi cabeza y no saber con que empezar primero, pero tratare de hacer lo mejor que pueda.

Solía jugar casi siempre sola o con mi papa y tenía muchos peluches, al menos lo que recuerdo eran como unos 20, entre perritos, oso, tigres, patos y muchos más, a veces jugaba con tierra mas no me la comía, nunca fui de comer mucho que digamos, pasaba la mayor parte del tiempo viendo películas que ya había visto un millón de veces antes pero me encantaba repetirlas, o a veces hacia manualidades o dibujaba cuando no jugaba con mis amigos de la infancia

Aprendí a leer a los tres años y medio, mi papa cuando vio que ya tenía la edad apropiada (según él) para que me enseñara a leer, lo hizo, aprendí más o menos en unos 15 o 20 días, así que cuando entre al preescolar a los 5 años ya sabía leer, escribir, sumar y restar. Recuerdo que las maestras del preescolar se enfadaron muchísimo con mis padres porque ya yo estaba más adelantada que los demás chicos, lo cual realmente no le veo la razón del enfado, pero como sea, no me puedo quejar ya que tuve una linda infancia, tuve y tengo unos padres que se quieren muchísimo y son muy unidos, tuve dos amigos desde que yo era muy pequeña y hasta ahora los quiero mucho.

Con Adam tengo muy lindos recuerdos, pasábamos muchas tardes juntos jugando a los exploradores, a la familia, escondidas, detectives, Mario Bros o simplemente imaginando cosas y charlando sobre ello.

Pero sea como sea, desde más o menos los 5 años me obsesionaba con ser diferente y siempre trataba algo distinto para lograrlo, obviamente no tenía una visión clara de todas las cosas ya que solamente era una cría, pero dentro de lo que podía, trataba de lograrlo. Empecé por morderme las uñas. Una vez vi a una amiga de mi madre hacerlo y las personas la consideraban diferente en cierto aspecto por hacerlo, así que yo también lo hice, aunque me encantaban las uñas largas y solía decir que cuando tuviera 18 años lo primero que haría sería ponerme uñas acrílicas, en ese momento era lo único que veía útil hacer cuando tuviera 18 años, pero mis padres siempre me decían que mejor era que me dejara de morder las uñas y así me crecerían y serian mías, no se caerían, y me ponía la meta de hacerlo vez tras vez pero apenas cuando pasaban dos días me parecía un mes y nunca podía dejar de mordérmelas, de hecho lo hice hasta que tuve 13 años. Pero eso ya seria adelantarnos demasiado.

En el colegio nunca fui la más popular ni la más inteligente, aunque las profesoras siempre me elegían para que las ayudara con sus manualidades, pero de igual manera eso tampoco me hacía muy popular, no fui de muchos amigos y hasta ahora no lo soy, en ese tiempo me divertía con cosas más simples, como ir con mi papa a mi casa en la parte de atrás del carro y que él me hiciera reír, o ir a un McDonald y jugar en el parque, y los mayores problemas que tenia eran por ejemplo que alguien no me dejara pasar para jugar, o que en el colegio no me dejaran comer en el circulo de los populares, lo cual tampoco me importaba mucho, lo veía algo como que todo el mundo quería comer ahí y me parecía algo trillado, así que le daba poca importancia, recuerdo que en preescolar y en parte de la primaria hubo una pequeña que casi siempre comía sola y las demás chicas que eran un tanto crueles se alejaban de ella y decían que era loca y que debíamos alejarnos de ella, yo no les hacía caso pero tampoco me acercaba, supongo que en cierto modo le tenía algo de temor a que me hiciera algo y era un temor ganado ya que en preescolar un día solo me acerque a saludarla y me sostuvo del cuello y me pego contra la pared que tenía un cemento rustico y me dijo que si le volvía a hablar me pegaría aun más duro contra la pared.

Así que cuando fuimos mas grandes solo la saludaba de vez en cuando y sabia que ser así no era su culpa, sus padres no estaban muy pendientes de ella y pasaba todo el día con la nana, a veces la veían apenas antes de dormir y además tenía ese terrible bullyng de parte de las demás chicas del colegio que la tomaban por extraña, ahora que recuerdo, esos años con ella en la primaria me enseñaron algo: los niños pueden llegar a ser muy crueles y que no porque otro te diga cómo es alguien, debes darle la espalda a esa persona.

Pero en fin eso fue más o menos hasta que tuve unos 7 años.

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open your eyes #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora