Maestro de la ecologización interestelar

Capítulo 61

En general, durante estos tiempos especiales, dos grupos migratorios no se acercarán demasiado. Cuando se descubren, la mayoría se evita tácitamente.

Porque en los recursos extremadamente escasos del invierno, el peligro no proviene sólo de las criaturas mutadas sino de los propios humanos.

En ambientes extremos, los humanos son mucho más impredecibles que los animales y las plantas. Al menos en un estado frenético, las criaturas mutadas carecen de razón y atacan sin pensar. Pero los humanos poseen pensamientos e inteligencia.

Es posible que un convoy no sea aniquilado por un grupo de criaturas mutadas, pero es muy posible que otro convoy lo aniquile o asimile.

Si dos grupos chocan, en la mayoría de los casos no habrá supervivientes. En Cang Zhan Star, todo el mundo conoce bien el concepto de erradicar las raíces. Esta es también una de las razones por las que Hu Sichen y Fei Luo migrarían junto con la Base Gu Langu.

La aproximación del otro convoy aumentó la alerta de todos. Las personas de la base instintivamente se acercaron unas a otras, asumiendo posturas defensivas.

"Todos los alrededores son llanuras, no hay refugio contra el viento. Sólo este pequeño pueblo puede servir como lugar de descanso. Supongo que también quieren acampar en el pueblo". Nan Fang se metió en la boca un gran trozo de carne asada. Si bien era satisfactorio, el sabor aún estaba lejos de ser lo suficientemente bueno.

"Aún así, la cocina de Shui Shui es tan deliciosa". Nan Fang sintió que la carne estofada de Shu Shuishui le había echado a perder el apetito. Aunque era una carne increíblemente lujosa, siempre sentía que faltaba algo.

"¡Ey! Si no te gusta, no lo comas. ¡Asa el tuyo! Yu Jin pateó a Nan Fang con descontento. "Además, ¿podemos compararme con Shui Shui? La carne de Shui Shui se cuece delicadamente, pieza por pieza. ¿Viste a Shui Shui midiendo los condimentos con sus propias patitas, con una precisión de miligramos? Si puedo asarlo hasta que esté cocido, ya es un éxito, ¿sabes?

"El hermano Yu tiene razón y solo tenemos sal. Desafortunadamente, los condimentos de Shui Shui son solo unos pocos. No podemos soportar pedirlos". Xie Feng recordó el momento en que fueron a preguntarle a Shu Shuishui sobre la cantidad de condimentos.

Como resultado, el ratoncito extendió con orgullo su bracito y dibujó un gran círculo. "Es así de grande, como una pequeña montaña, incluso un poco más grande que Shui Shui".

Después de eso, Xie Feng y los demás dejaron de pedirle a Shuishui algunos condimentos del tamaño de una "pequeña montaña".

Mientras los tres comían carne asada, el otro convoy migrante se desvió hacia el otro lado de la ciudad. Aunque la ciudad no era grande, aún podía albergar cómodamente a varios miles de personas.

Los dos convoyes dividieron tácitamente la ciudad en lados este y oeste, con la calle central como límite.

No fue hasta que las personas de las tres bases se establecieron y sacaron sus porciones de carne, las cocinaron al vapor, las guisaron y las asaron, que los métodos de cocción, aunque rudimentarios, todavía les traían satisfacción.

El rico aroma de la carne se extendió con el viento y llegó hasta donde estaba estacionado el otro convoy.

En el piso superior de uno de los edificios de dos pisos, un hombre con una cicatriz en el rostro no pudo evitar inhalar profundamente varias veces.

"¡Jefe Dong! ¡Están comiendo carne allí! ¡Huele tan bien! ¿No deberíamos..." Debido a que llegaría a la ciudad más tarde, el convoy todavía se estaba instalando en ese momento. Aunque el leve aroma de la carne había sido dispersado por el viento, después de muchos años sin probar la carne, casi todos se habían vuelto como perros, aún capaces de detectar con precisión el olor de la carne.