Dia 1 | Conociendo a Los Padres

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Inspirado en
"El Jorobado de Notre Dame"

(🍅☀️)

—¿Podrémos encontrar la paz algún día?

Su silencio fue corto, pero de alguna manera lo tomó como si fuera la verdadera respuesta.

—Por supuesto hijo mío, el señor nos tiene preparado un gran camino, aunque nunca dijo que fuese fácil. Sé que los recompensará por...— Su voz suena más entrecortada por cada palabra que dice, casi incapaz de controlarse.—...su perdida... El obstáculo fue algo desconcertante.

El Hyuga sollozó en silencio qué terminó retirándose del confesionario junto a su verdugo. El Padre Hiruzen se mantuvo empático en todo momento mientras las campanas del corazón de París empezaron a sonar, y de alguna manera el horror reemplazó a la desolación, por lo que solo significaba una cosa.

La visita del archidiácono.

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Sasuke contuvo su fascinación por París. Cualquier visitante no dudaría en hacer un gran recorrido por las calles, pero él no está en esa situación. Mikoto tomó su mano y fueron directo a la central.

—Cariño—llamó antes de recibir un gesto de tristeza—¿Estás seguro que no quieres que te cargue?

El infante, aún molesto, respondió tímidamente a su madre— N-No, quiero ir j-junto a Itachi.

—No queremos retrasarnos aún más de lo debido—La penetrante mirada de desaprobación de su esposo acabó con cualquier intento de justificar las acciones de su pequeño hijo.— Así que hazle caso a tu madre, y deja que te lleve.

Es muy fácil perderse en tiempos festivos, pero las instrucciones estan claras y, sí llegaran a fallar, la improvisación es su mayor fuerte, o eso pensaron. En su escala de prioridades, hay una principal que no puede ser reemplazada ni por todo el oro de París, indispensable para el linaje Uchiha.

—¡Gitanos!—se escuchó a pocos pasos de su ubicación—¡La venta de gitanos comenzará en breve!

Pronto, la fachada sofisticada se congeló al instante. Muchos recuerdos ahogaron su espíritu de lucha, pero eso no impidió que Fugaku se alejara de su familia.

Muchas fueron las noches en las que practicaron este momento, pero Mikoto no pudo seguir el protocolo y sus hijos mayores no se prepararon lo suficiente en caso de que su madre no viera o escuchara lo que estaban apunto de hacer.

—Sasuke, ven aquí—anunció mientras el pequeño trata de ignorar un leve lloriqueo.—Necesito que representes a nuestra familia en la Mansión Uchiha, recuerda los temas que debes evadir.

Él asintió y volvió a tomar la mano de su madre en lo que se dirigían por otro camino; Itachi siguió a su padre sacando una bolsa de oro en el proceso.

(🍅☀️)

Llevaban 15 minutos esperando a que las puertas los recibieran, pero los cuchicheos e insultos no se hicieron esperar fuera de las calles más lujosas ¿Y como no hacerlo? Sus ropas parecían ser una muy mala imitación de las altos mandos. Mikoto tenía experiencia en eso, pero no lo hacía menos hiriente. Después de toda la incomodidad, las puertas se abrieron siendo acogidos por una dulce mujer.

—Bievenidos a la Mansión Uchiha, ¿Puedo ayudarle en algo?

Mientras su madre conversaba, a lo lejos, Sasuke observó como una multitud de personas iban en contra de dos niños gitanos, ambos estaban envueltos en sangre dando sus máximas fuerzas para no ser alcanzados y antes de poder ver el final trágico su madre le tapó el rostro y lo hizo pasar a regañadientes.

—El señor Obito estará pronto con ustedes, así que-...

—¡Mamá, El señor Obito e-esta mur-riendo!

La casa se convirtió en un caos después de tal declaración. Mikoto, junto a la criada, llevaron a sus pequeños a una sala apartada. La pequeña se encontraba tranquila, ver morir a gente no es nada nuevo para ella, sin embargo, le extrañó ver a Sasuke temblando de miedo.

—Me llamo Hinata, ¿Y-Y tu?—inició para calmarlo, pero solo consiguió ser ignorada—El señor Obito me dijo que vendría alguien de mi edad... Espero que nos llevemos bien.

El Uchiha volvió a ignorarla; y pese a los múltiples "¿Te encuentras bien?" "¿Necesitas agua?", tuvo que hacer a un lado su mala actitud para entablar una conversación rápida, pero interesante entre ellos. Él le reveló ser un gitano también, de parte de su madre. Ella mencionó ver al señor Obito como un padre, aunque su madre desaprueba la idea.

Después de horas de gritos, puertas abriéndose y cerrándose, el ruido se detuvo, por lo que intuyeron que los habían dejado solos. Sasuke salió primero, asegurándose de que nada malo le pasara a Hinata, si es que había escuchado bien su nombre.

Unos pasos se escucharon descender por la innumerable escalera, procedió a esconderse junto a la pequeña en tanto unas voces empezaron a ser más audibles.

—Logramos controlarlo, pero me temo que no durará tanto tiempo—su voz sonaba vieja y tosca, aunque preocupada—Le quedan solo 3 años.

Otra voz se unió a la conversación, muchísimo más joven y apagada.

—No pensé que llegaras tan rápido—su sarcasmo hizo que la escena se volviera incomoda—Ahora, Fugaku, tráeme a mí juguete.

Los sonidos de un látigo junto a una dupla llorando hicieron que Sasuke volviera a sentirse inseguro porque sonaban a sus padres, aunque Hinata llegó para abrazarlo y tratar de calmarlo.

—Pensé que después de mucho tiempo dejarías a esta adefesio y te casarías con alguien más digna para ti, y por suerte, tus actos de rebeldía siempre me han parecido cómicos.—sonaba cansado, como si hubiera tomado uno de aquellos viajes turísticos caminando—Pero me temo que solo tengo habitaciones, para mis futuros sirvientes, disponibles.

La puerta se abrió de repente mostrando a la madre de Hinata, con algunos rastros de sangre.

—Es hora de tomar un baño, pequeños.

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Por la noche, el Uchiha deseó ir al baño, lamentablemente no sabía su ubicación y sus padres estaban dormidos al punto que ni siquiera se despertaron por el fuerte puertazo que dió Sasuke antes de salir.

Mientras se dirigía por los pasillos, otra criada había caminado justo en la dirección en la que él quería ir. Escuchó los golpeteos de una puerta y a Hinata recibiendola.

—Disculpen por la hora, pero el señor Obito desea ver a Hanako.

Sasuke estaba aguantando más de lo debido, por lo que Sasuke dejo de seguir escuchando la conversación para ir a su cometido, pero lo último que escuchó fue a Hinata llorando mientras una voz masculina trataba de consolarla.

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Escrito con las patas, pero con amor

SasuHina Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora