Extra

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Había pasado ya un año desde la boda y hasta ése momento los dos más jóvenes de la familia se habían estado preguntando: ¿Cómo era posible que tuvieran sangre de Ángel? Cuando fueron a preguntarle a su padre su respuesta no fue de gran ayuda.

— La verdad, no sé, la única que sabe esa información es mi abuela. 

La respuesta de su padre los decepcionó un poco pensando que no tendría la oportunidad de saberlo hasta que Timba continuó diciendo:

si quieren saber podemos ir a visitarla. 

Ambos jóvenes emocionados contestaron con un "si" por lo que de inmediato fueron con su esposo y novio para que fueran con ellos, como su bisabuela vivía al otro lado de la ciudad empacaron sus cosas.

El camino era algo largo por lo cual los seis que iban el la camioneta platicaban de cosas triviales aún que en su mayoría los tres Ángeles hablaban de trabajo y cosa que habían pasado años antes.

— ¿Entonces desde siempre papá ha sido un dormilón? — pregunto el de vestimenta azul. 

A si es, es mi bello durmiente. — dijo dándole un beso en la mejilla al conductor. 

— ya quiero llegar. 

— Tranquilo Víctor, no falta mucho, ¿verdad Rius? — hablo Mayo calmado a su esposo. 

— No, de echo estamos a... Tres calles creo. — contesto Timba. 

Después de quince minutos llegaron a la "casa" de la abuela VK.

Papá, no dijiste que la casa era pequeña... — Dijo el menor viendo una mención de 3 pisos con su propio jardín. 

Sparta, el la casa la segunda casa más pequeña de la Familia. — contesto Timba. 

Si esta es la más pequeña no quiero saber cuál es la más grande. — hablo Víctor observando la mansión. 

Como sea entremos ya. 

Dicho eso entraron a la mansión Timba y Rius iban al frente de los otros cuatro.

— Me siento como en casa pero aquí no hay guardias. — Dijo mayo acercándose a Víctor con un poco de miedo. 

Tranquilo Mayo. — le dijo Víctor acercando más a Mayo. — Papá, este lugar es enorme donde encontraremos a la abuela. 

Es sencillo, huelen eso... Lentejas recién echas y bizcochos. — dijo deteniéndose brevemente para ir a la cocina. 

Al llegar a la cocina vieron a una mujer de aparentes 60 años con unos guantes sosteniendo una bandeja de galletas, su cabello era rizado de color blanco, usaba unos lente circulares, su ropa era una especie de vestido largo rodando el piso y su altura era de 1,70. Levanto la mirado notando la presencia de los seis que estaban frente a ella.

— Gustan galletas mis amores. — pregunto con una sonrisa. 

— Hola abuela. — dijo Timba acercándose a su tutora. 

— Mijo, ¿cómo has estado? , y Rius a pasado un tiempo. 

— Es un placer verla señora VK

— Y ellos son mis nietos. — pregunto viendo la los cuatro jóvenes. 

— A si es ellos son Andrés y Víctor. — dio Timba señalando a ambos jóvenes. 

Dígame Sparta abuela, me molesta un poco mi nombre. 

— Hay tranquilo mijo, lo mismo pasa con Timba. —  dijo Guiñando le el ojo. 

un ángel caído ♪{MAYICTOR}♪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora