Déjame volar

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Sabía perfectamente que tenía que estar aquí a la 1 de la tarde, escogimos este vuelo específicamente por el su maldito fanatismo de llegar tarde.

Estaba hartándome de esperar este aeropuerto y de su actitud. Pero también estaba ilusionada de verlo, había pasado 4 meses desde que no lo veía, la universidad lo tenía muy ocupado y lo sabía, habíamos pasado de no separarnos un segundo a pasar meses sin vernos y que nuestro único contacto fuera con las teclas de un teléfono.

En parte no podía culparlo tanto por su tardanza apenas ayer había puesto un pie en Miami, después de venir del final de su semestre en la universidad, supongo que estaba tan cansado que no pudo venir a tiempo.

La alarma de mi reloj comenzó a sonar y una inevitable desilusión se empezó apoderar de mi, esta era nuestra única manera de vernos sin que mamá no sospechara, tenia miedo de lo que pudiera pasar, si él no llegaba, si volvíamos a casa, si no podíamos vernos, si le había pasado algo, si..

Todo se nubló, unas manos habían cubierto mis ojos y el olor más delicioso del mundo me invadió, mi mente quedo en blanco y mi corazón perdió toda conexión con la razón, en ese preciso instante había entrado a lo que auto nombre mi paraíso personal y de pronto él habló.

-Tiempo sin verte princesa, te extrañe tanto- me levante de mi asiento, di la vuelta y los dos caminamos a paso apresurado a abrazarnos.

-Yo también, pensé que nunca ibas a venir- me acurruque unos segundo más en su abrazo.

Él me susurró el oído -Jamas podría perderme de estar contigo-  esperaba que así fuera siempre en algunos aspectos, peros sombre todo esperaba que este viaje nos sirviera para aclarar cosas, desde nuestros sentimientos hasta nuestro futuro.

Pero por el momento todas las preocupaciones desaparecieron, sentía que aún teníamos tiempo, y también sentía que tiempo era lo que menos teníamos, después de este viaje comenzaría la universidad y no dudara que esta me consumiera como lo hace con él, antes de entrar a esa pena al menos quería que aclaramos las cosas.

Pero de algo estaba segura era que las dudas y la incertidumbre eran opacadas con el echo de que estuviéramos juntos otra vez,  siempre era así cuando estaba en sus brazos, siempre fue así desde que mamá lo llevo a casa y lo presento como mi hermano mayor..

Un último intento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora