02 - Coração (Raph/Ron)

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En Brasil, era normal afectar de manera irremediable a los omegas talentosos en su deporte de mayor exportación como lo era el fútbol. Los representantes de los futbolistas omegas en ascensos (en muchas ocasiones sus propios padres) hacían cosas terrible con tal de no poner en peligro la carrera a futuro del jugador.

Sufrían prácticas como arrancar la glándula aromática, quitar hormonas omega o una de las más dolorosas a largo plazo: inyectar hormonas recesivas. Era una de las prácticas más dolorosas por como el lobo interior de una persona era capaz de sentir el dolor, causando cosas como escalofríos, vómitos, desmayos y hasta la muerte por paros cardíacos. Brasil cuidaba mucho el futuro de sus jugadores, pero pasado el tiempo y con un nuevo reglamento, favoreciendo a los derechos de los omegas, aquellas prácticas se vieron prohibidas.

Cuando Raphael nació, su segundo género fue dado de inmediato. Sus padres no esperaron mucho de él en el deporte estrella del país, le dieron una educación normal y le permitieron de todo hasta que su talento se pronunció.

Raphael aún se acuerda el día donde todo se fue a la mierda, apenas tenía 13 años cuando su profesora llamó a sus padres y les comentó sobre lo talentoso que era su pequeño hijo omega. Su calidad, su toque y juego. Recalcó todo con tanto fanatismo que Raphael se emocionó, aquel niño de verdad creía en todas las palabras; sin embargo, no creyó en lo que su familia fue capaz de hacer después.

Se probó en diferentes equipos, comenzó a jugar y a destacar, ese pequeño niño de 13 años creció y llegó a los 17 como un omega deseado por la zona. Era uno de los goleadores de los clubes juveniles, era inteligente y divertido, una carisma y seriedad llamativa para cualquier alfa o beta que lo conociera.

Sus padres se asustaron y, temiendo por el futuro prometedor de su hijo omega y comentarios ajenos, decidieron ir en contra de su voluntad y cuidado, inyectando aquellas hormonas agresivas en su glándula omega.

Hoy en día no los culpa, él no es una persona rencorosa y está seguro que fue algo recomendado por personas equis que sus padres creyeron correcto. El dolor de aquel día y siguientes a ellos siempre estará en sus recuerdos como una época dolorosa e insuperable, pero no importaba ya, solo quería volver a la tranquilidad de su hogar y tomar las pastillas dadas por los médicos del club.

Las pastillas eran un control por temor a volverse salvaje gracias a las hormonas recesivas aún habidas en su sistema, él tuvo suerte en parte. Su ídolo Neymar pasó por lo mismo y por culpa de ellas sufrió varias lesiones a lo largo de su carrera. No se podía imaginar a sí mismo lesionado casi toda su carrera por culpa de aquellas hormonas en su cuerpo, Neymar era definitivamente mucho más fuerte que él.

Se toca la nuca sintiendo la leve hinchazón habida en la zona, recordando que falta poco para su celo y debe avisar a Xavi para no llevarse sorpresas. Se levanta con su bolso y camina hacia afueras del club para empezar su recorrido a casa. Necesita pensar un poco, recordar a diario el dolor de las hormonas es un trauma incurable, le dan escalofríos de tan solo acordarse como su aflicción arremetía contra todo su ser.

Suspira, no quiere recordarlo. Ahorita las cosas se encontraban mejor, los médicos del club lo cuidaban como si pudiera pasar algo terrible y lo agradecía muchas veces. Aunque era un poco callado en frente de todos, lograban sacarle risotadas y jugueteos; estaba muy enamorado de ser culé.

Enamorado.

Frunce el ceño al sentir como su omega recalca esa palabra entendiendo de inmediato su finalidad. Suspira, también sabe en quién está pensando y sacude su cabeza, está seguro de que esos pensamientos vienen a través de su necesidad. Vivir con su discapacidad era complicada psicológica y fisiológicamente, por ello prefería abstenerse de sentirse descontrolado por una pareja e ignoraba todo sentimiento fuerte como lo era enamorarse.

One Shots - (FUTSHIP'S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora