Prólogo.

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Livia Naina.

Domingo de carrera, a decir verdad no siempre asisto al autódromo pues es demandante viajar solo para seguirle el paso a mi hermano aunque lo amo pero enserio, es demasiado.

Tengo jet lag pues llegué ayer de mi vuelo de 12 horas a Abu Dhabi.

En poco tiempo marcarán posiciones pues veo desde el garaje de mi hermano a su auto salir después de su compañero de carrera.

Sí me lo preguntas es una carrera desafiante, oía el radio de Amman y sus ocasionales maldiciones en hindi casi imperceptibles pues las decía en volumen bajo.

Mi papá hinchaba su pecho de orgullo cada que mi hermano rebasaba a otros pilotos ya que para la desgracia de mi papá, mi hermano comenzó la carrera desde la posición catorce.

—Mman -el ingeniero llamó por el radio a mi hermano- box box.

—Pero me siento bien, el auto se siente bien puede aguantar un poco más.

—Box box -repitió y Amman suspiró-.

Dos segundos con cincuenta y tres milisegundos tardaron en cambiarle las llantas, para cuando volvió seguía en posición quinta, pertenece a una escudería buena, a decir verdad el campeonato este año se ve reñida.

Entre la escudería de mi hermano: McLoyd, Loyrius, la escudería FlyLebbel y SkyLimit, los cuatro equipos se han turnado entre carreras por las posiciones de los podios y los puntos que sumen sus pilotos de manera accidental pues nadie esperaba que cuatro escuderías se encontraran tan juntas en puntos por ello cada carrera es decisiva.

El auto negro con rojo de mi hermano alcanzó la posición tres y el garaje saltaba de alegría pues la victoria estaba cerca ya que su compañero de equipo estaba en posición dos, si empujaban un poco más ambos llegarían al podio arrasando a los demás equipos pero en la posición de líder estaba Kai  Williams.

—Amman, tienes permiso para pelear la posición de líder.

Sin respuesta mi hermano rebasó a su compañero de equipo Chris y este se quedó defendiendo y siguiéndolo.

Kai defendía su posición con uñas y dientes, apenas mi hermano se acercaba aventaba el auto y cerraba el camino.

Por un descuido en una vuelta casi el auto negro y rojo choca con el completamente rojo de adelante pero lograron librarse de esa vuelta sin contacto alguno o eso creímos.

—Demonios, creo que rocé el alerón -escuché la voz de Amman por su radio-.

—Solo queda esta vuelta, de todas formas la decisión está en ti, boxes estará listo -le respondió su ingeniero-.

Por esa respuesta supe que no fue grave, cuando la cámara enfocó la delantera de su coche se pudo apreciar mejor el ligero dobles que ahora tenía su alerón pero este no representaba gran peligro.

La carrera terminó con mi hermano en segunda posición pero lo amonestaron junto a Kai.

Después de posicionar sus autos en la zona segura mi Kai salió con su típica sonrisa a los medios, posiblemente no sabe que le restaron dos posiciones igual que a mi hermano o solo está siendo políticamente correcto.

Mi hermano por otro lado tiene el ceño fruncido y mi papá está que arde del enojo.

—En las malditas repeticiones el golpe se dio contra los malditos pianos que están más elevados de lo que deberían ser, esto es problema de la FIA -me dijo mi papá mientras nos acercábamos a mi decepcionado hermano-.

—Pa -suspiró- me molesta tanto como a ti pero ambos sabemos por qué ocurrió la amonestación.

Mucho se habla de la rivalidad entre los dos pilotos de McLoyd pero poco se habla del racismo y preferencia que se tiene hacia los que a simple vista se ven europeos.

—De todas formas igual es tu error no fijarte en el espacio que ocupa te auto, cuando yo... -Justo cuando iba a iniciar su sermón a mi hermano una llamada lo interrumpió- tengo que contestar.

Otra vez suspiró y yo lo miré mientras se sentaba y agachaba la cabeza.

A decir verdad compadezco a mi hermano, es demasiada presión, ser un deportista de élite es complicado por si solo pero además de eso tener que demostrar constantemente a los racistas que mereces tanto como un blanco de ojos azules pertenecer es aún más duro.

—Sé que no comprendo como te sientes a ciencia cierta pero al menos terminaste la carrera en segunda posición a pesar de la amonestación de posiciones, quedan varias carreras, te recuperarás.

—Gracias Nai.

Sonreí y tomé de su agua haciéndolo sonreír, cuando ves a tu mellizo entristecerse algo en ti te llama a la acción.

—Buena carrera amigo -oí la voz a mi espalda y me volteé-.

—Lo mismo digo.

Kai Williams, es el hijo de otro ex piloto de fórmula uno, a decir verdad el hijo del peor enemigo de mi papá: Bastian Williams, un americano que en poco o nada se parece a su hijo más allá de los ojos azules, pues Kai es moreno como su madre, nariz algo ancha, cejas pobladas y labios medianos, la herencia árabe ganó en esta ocasión.

A diferencia de su padre él posee un encanto único aunque me cueste admitirlo, Bastian Williams siempre menospreció a mi padre y hacía algunos comentarios racistas cuando eran jóvenes y contrincantes, curioso pues acabó casándose con una mujer del medio oriente tradicionalista.

Kai y mi hermano no son de la misma edad, Kai es tres años mayor a nosotros pero crecimos en el mismo vecindario para desgracia de mi padre y se hicieron cercanos, nuestras madres se encontraron y se hicieron algo así como amigas, casi igual que sus hijos varones.

Crecieron juntos en el Karting y a veces él se quedaba a cenar en casa haciendo que mi papá le causará agruras la comida al ver los ojos de su rival en el rostro del amigo de carreras de Amman.

—A veces la FIA es más estúpida de lo que debería pero no dejes que vean que están logrando meterse contigo, levanta el rostro y recuerda dónde estás -sonrió a mi hermano y luego hizo contacto visual conmigo- hola por cierto Naina.

¿Sabes cómo hay veces donde tu cuerpo reacciona de una manera pero tu mente dice que hagas lo contrario?

Siempre tuve un incómodo sentimiento con él, como una molestia pues recuerdo de quién es hijo y como mi padre siempre dice "la manzana no cae lejos del árbol" pero no negaré que tiene un encanto sobrenatural, por eso hace poco fue mencionado como uno de los deportistas más cotizados del momento, tanto para el ojo del deporte como de las mujeres.

Para nadie es un secreto que es un playboy de lo peor.

—Hola, Kai -contesté algo incómoda y tensa, solo sonrío mostrando más sus hoyuelos y negó con la cabeza como si no pudiera creer algo-.

—Tengo que irme, Rod quiere que vaya ya con la prensa, mándale besos a tu mami de mi parte y dile que extraño su deliciosa Lasagna -fueron sus últimas palabras conmigo y se fue con la cabeza levantada admito que quedé viendo su espalda tonificada y su cabello moverse por el viento-.

—Deja de suspirar por Kai, jamás creí que fuera tu tipo, siempre pareció que lo odiabas.

¿Lo odio? No, ¿me agrada? No, solo me siento extraña.

—No estoy suspirando -le di un golpe en la nuca a mi hermano y este sonrió como con burla-.

—Sabes, del odio al amor solo hay un paso pero no sé qué tan cómodo estaré con que mi amigo de infancia se enamore de mi melliza, es retorcido, es como si se enamorara de mi -se levantó de donde estaba sentado como un pobre perro y volvió a su actitud juguetona poniendo un brazo sobre mis hombros-.

—Menos mal que el accidente no lastimó tu cerebro, de otra manera dirías incoherencias ¿no? -dije de manera sarcástica quitando su brazo y mi papá regresó-.

—¿Donde estaba? Ah sí, cuando yo era un joven piloto... -apagué mis oídos al igual que mi gemelo cuando empezó su regaño, es un gran padre pero para nadie es un secreto que abandonó su prometedora carrera para criarnos y posiblemente le pese más de lo que está dispuesto a admitir explícitamente-.

¿En sus marcas? ¿Listos? ¡AMOR!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora