Nanami estaba parado frente al mar.El cielo era gris, hacía días que el sol no se asomaba por detrás de la cortina de nubes, igual que su corazón. Y hacían ya meses desde la muerte de Haibara.
El oleaje del mar estaba necio, golpeaba la orilla con calma pero a lo lejos se vislumbraba el coraje con el que las olas se estampaban unas con otras.
Estando parado ahí una fuerte ráfaga de viento le llegó de lleno en la cara, seguida a esta le empaparon los zapatos las olas desplazadas por la orilla de la arena de playa. Probablemente podría llegar a enfermar si se quedaba por más tiempo, eso es algo que le diría Yū, pero no podía importarle menos en ese momento.
—Eres bueno borrando tu rastro —hablaron a sus espaldas. Conocía esa voz, esa engreída y molesta voz. Podría mandarlo al carajo y gritarle un par de cosas para que le dejara ahí en su soledad, pero no estaba seguro de querer hacer eso—. Lamentablemente para ti, soy bueno encontrándolo.
—¿Y que vas a hacer ahora, Gojo-san? —preguntó Nanami sin dirigirle la mirada—. ¿Vas a sermonearme y obligarme a regresar a la escuela?
—No —La respuesta de Satoru fue rápida y determinada. Sus pasos fueron oídos por Nanami conforme avanzaban por la suave arena y se posaban a su lado—. ¿Te molesta si te acompaño?
Nanami negó lentamente, aún sin mirarle.
Por un largo momento fueron sólo los ruidos de las olas golpeando con las lejanas rocas y deslizándose por la arena, junto al aire rozando sus oídos con fuerza.
Ninguno hablaba y sentían que así era suficiente.
—El profesor Yaga va a sermonearte si no me arrastras de vuelta, ¿no? —Al final fue Nanami quien rompió ese vasto silencio.
Gojo se encogió de hombros. —Sí, probablemente.
—Y entonces ¿Por qué...
—Soy un prófugo más ahora.
—Ya veo...
Silencio.
—¿Cómo estás?
Nanami sabía que iba a preguntarlo. Una parte de él quería decir lo mal que lo estaba pasando porque todas sus otras herramientas para sobrellevar el duelo se habían agotado, sin embargo no era tan sencillo.
—¿Con respecto a qué? —Nanami estaba consciente de que la pregunta era estúpida pero esa era su inútil coartada, si Gojo se daba cuenta de ello y decidía que no iba a esforzarse por sacarle información a alguien tan huraño entonces se salvaría.
—Haibara. —Gojo lo mencionó como si no le aplastara un peso enorme en el corazón, no como le pasaba a Nanami.
El rubio volteó con los ojos bien abiertos ante la mención de su fallecido amigo, aún no asimilaba la diferencia de planos entre Yu y su nombre, el primero ya no estaba y el otro aún rondaba libremente por la boca de las personas, era extraño y... triste.
—Él ya no está, no tiene caso que me lamente por lo que ya pasó y siga atando su memoria a un lugar que fue hostil con él. —Su vista estaba de nuevo en la lejanía del mar, seguidamente metió sus manos a sus bolsillos del uniforme y se acurrucó más en el cuello de su chaqueta en un intento de protegerse del viento.
—Te pregunté cómo estabas, no pedí una reflexión lógica. —Al contrario de lo que podría parecer no había hostilidad en sus palabras y Nanami lo sabía.
No iba a librarse de Gojo hasta que obtuviera lo que quería saber sobre él, eso lo entendía de sobra. Entonces ¿Qué más podía hacer?
—No estoy bien —dijo al final de un largo momento pensándolo— pero no creo que en este momento seas la persona correcta para repartir palabras de apoyo, no te sientas obligado a decir algo.
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𝘚𝘵𝘦𝘭𝘭𝘢𝘳 [ᴺᵃⁿᵃᵍᵒ]
FanficNanami está en duelo por la muerte de Yū Haibara y Gojo está lidiando con el cambio de camino que tomó Suguru Geto. En una playa a mediados de Septiembre Gojo y Nanami se encuentran. Tal vez puedan apaciguar un poco su dolor estando cerca el uno de...