Prohibido

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Era una noche algo friolenta para el mes de octubre, las calles de la gran ciudad de Manhattan se encontraban prácticamente deshabitadas, sin autos pasando de un lado a otro. Mattew Russel manejaba algo molesto recordando la conversación que había tenido hacía unos minutos atrás.

– Sabes Mattew que no puedes entrar a esto y después de un tiempo querer salir como si nada hubiese pasado – decían al otro lado de la línea.

– ¡Que putas me importa! Estoy cansado de toda esta mierda de vida – le dice Matt enojado.

– Ya sabes la única forma de cómo se sale de esto.

– Pero no lo puedes hacer porque yo sé mucho de ti – dice algo triunfante Matt.

– Eso crees tú – dijo la persona detrás del teléfono.

Sin hacerle caso a sus advertencias Mattew colgó el teléfono.

Él paró el auto al llegar a un río que se encontraba a las afueras de la ciudad.

Salió del auto y camino hasta ver a dos personas conocidas.

– Hey Matt hace tiempo que no venías por aquí – lo saludo Landon uno de los presente con quienes trabajaba.

Si a eso se le pudiera considerar trabajo que más bien era una gran tortura para su vida.

Y cada día de su vida se arrepentía más de lo que hacía.

Sabía que estaba mal pero si no lo hacía los perjudicados iban a ser otros.

Mattew Russel era de esos chicos que sacrificaban su bien por el de los demás, en este caso por su familia. Físicamente era alto de una estatura de 1.82 cm. cuerpo atlético, guapo, encantador, ojos azul claro, cabello negro y una sonrisa que dejaba a muchas chicas embobadas, en fin la envidia de muchos.

– Hoy es mi último día aquí estoy decidido a dejar esto – le dice Matt.

– ¿Estas seguro? – le pregunto su otro compañero Tedd.

– Si – el asintió seguro – Se el riesgo que corro pero no me podrán hacer nada.

– Sabes que con el jefe no se juega – le dice Landon en modo de advertencia.

– Lo sé pero yo sé mucho de él – dice Matt.

– Eso no le impide matarte Matt – le dice Tedd preocupado.

– No lo va a hacer – dice el pelinegro bastante seguro.

Cuando vieron llegar al jefe, el principal causante de todos los problemas de Mattew se quedaron en un completo silencio.

– Matt qué gusto verte – finge aquel hombre con quien había hablado una hora atrás.

– No puedo decir lo mismo – dice honestamente Matt.

– Ve con Landon y Tedd al otro lado del río uno de mis socios los está esperando para la mercancía – dice sin hacerle caso a lo antes dicho por Matt.

– Este es mi último día en toda esta mierda – dice Matt y su jefe asiente.

si tu último día de vida – susurró su jefe lo que Matt ya estaba lo suficiente lejos para oír eso.

Mientas tanto Mattew, Landon y Tedd en un bote cruzaban al otro río pero lo más sorprendente de cuando llegaron al otro lado no había nadie.

– De seguro no han llegado– dice Tedd.

– O al final no vinieron – dice Landon.

– Vamos a buscar de seguro deben estar algo más atrás – hablo Mattew.

Lo siguiente que se oyó fue dos disparo.

Y una balas.

La cual atravesó la cabeza de Mattew Russel.

Tedd y Landon estaban completamente asustados y comenzaron a mirar a todos lados.

Y ahí apareció nada más y nada menos que su jefe y otra persona más.

– Ustedes dos recojan el cuerpo y tírenlo al río, no quiero que quede ningún rastro, y tú – señaló a quien venía con él – Ayúdalos, después te daré tu recompensa.

Sin más ellos hicieron caso a tal orden.

Landon y Tedd se encontraban totalmente mal por el trágico final de Mattew y sabían que algún día ellos también terminarían igual.










































Dos semanas después

– Buenos días soy el oficial MCall tenemos noticias – dice el oficial a el señor y la señora Russel.

– Donde está mi hijo oficial – pregunto la señora Mariana Russel.

– Lamentó informarles que el cuerpo de su hijo Mattew Russel ha sido encontrado sin vida cerca de un río a las afuera de Manhattan.

Solo eso bastó para que la señora Russel comenzara a llorar lamentando la pérdida de su hijo mayor.

– Tienen que ir a reconocer el cuerpo – anuncia el abogado.

– ¿Cuál fue la causa oficial? – pregunta el señor Russel.

– Su hijo a sido asesinado – informa el oficial – Hemos comenzado con las investigaciones.

– ¿Saben como ocurrió o quien pudo haber sido? – pregunta Mariana conteniendo su llanto.

– En la comisaría recibimos una llamado donde unos pescadores que paseaban por el río encontraron el cuerpo y pues hasta ahora no hay posibles sospechosos.

Mariana Russel solo pensaba en que pudo haber sucedido para que su hijo terminara así y en que le diría a su hija menor que estudiaba en el extranjero y le había ocultado lo de la desaparición de su hermano el que ahora estaba muerto.

Por otro lado a Robert Russel no le importaba mucho de hecho para el Matt solo era un jodido fastidio.

Pero todo no todo termina ahí.

Y la pregunta del millón.

¿Quien asesinó a Mattew Russel? ¿Y que eran todos esos secretos que traía consigo el pelinegro?

Nota

Hola a todos ✨👋

Está es una historia que estoy escribiendo junto a VanessaHerreraGuzmn

Y espero que pueda ser de su agrado.

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Gracias por leer✨💗

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