Promesas

Doce

Yibo estaba sentado en el sofá con una botella de tequila, estaba mandando audios a Zhan.

"Zhannie...¿Dónde estás? Regresa por favor"

"Te amo tanto, todo tiene una explicación. Vuelve y te explicaré todo"

"Omega...Vuelve, por favor. Te extraño mucho"

"Somos predestinados, Zhannie, te quiero"

Yibo limpio sus lágrimas y dejo sus teléfono a un lado. Todo era su culpa, Zhan se fue por su culpa.

[🌻]

Zhan estaba escuchando los audios que le había mandado Yibo con lágrimas en los ojos.

— Zhan...Ya vamos a enterrar a su padre — aviso un beta

— Enseguida voy — limpio sus lágrimas

El beta salió de la pequeña casa y se dirigió hacia donde estaba el cuerpo del padre de aquel Omega.

Zhan tomo su teléfono para mandar un mensaje de voz

"Yibo, mi padre acaba de morir, no me molestes. Volveré dentro de una semana a la hacienda para que me expliques todo lo que tú quieras...No mandes mas mensaje ni me llames"

Envío la nota de voz y dejo su teléfono en la mesa. Limpio sus lágrimas antes de salir de la casa.

[🌻]

— ¡Papi! ¿Dónde estás? — Liying entro a la sala y lo vio ahi tirado en el sofá — Papá, ¿Qué te paso?

— ¿Por qué le enviaste esto a mi Omega? — le aventó las fotografías a su hija

Liying agarro las fotos, no sabía que decir. ¿Cómo se dió cuenta su papá?

— No te atrevas a negarlo, conozco tu caligrafía

— Lo hice para que ese omega tonto te dejara, Xiao solo te causa problema y solo busca tu dinero — hablo molesta

— No quiero que te metas en mis asuntos, es mi problema si quiero que Zhan se quede conmigo o no. — Dijo levantándose del suelo

— ¿Por qué dejaste a mamá por ese Omega? — cuestionó

— Es mi predestinado

— ¿Y? ¿Qué importa si es tu predestinado o no?

— Los predestinados siempre terminan juntos, Liying — respondió mirando a su hija

— Eso es mentira, los predestinados no terminan siempre juntos. Un claro ejemplo es Jian Bing, ella rechazó a su predestinado por el dueño de la cantina — tapó su boca cuándo se dió cuenta de lo que dijo

— ¿Qué Jian Bing qué? — miro seriamente a su hija

— Ella...Rechazó a su predestinado — hablo bajito

— Lárgate de aquí y dile a la tonta de tu hermana que la quiero mañana aquí a las siete, sin excusas. No importa que a esa hora tenga que dar sus estúpidas clases

Liying asintió levemente y salió de ahí corriendo. Golpeó su cabeza con delicadeza

— Dios...¿Qué hice? Ahora Jian Bing está en problemas

[🌻]

Jian Bing entro a la oficina de su padre, tenía una expresión relajada. Tarde o temprano este momento llegaría.

— Padre

— ¿Es cierto que rechazaste a tu predestinado por el cantinero del pueblo? — cuestionó sin mirar a su hija

— Su nombre es Sheng Yang y sí, rechace a mi predestinado — respondió

— Eres una idiota, ¿Si quiera conociste a tu pareja predestinada como para rechazarlo?

— Sí, la estuve conociendo por dos meses y en esos dos meses me demostró ser una porquería de persona. Así como tú tratas a Zhan, él me trataba.

— No quiero que estés con Sheng, debes estar con tu predestinado — dijo molesto

— ¿Para qué? ¿Para estar sufriendo como Zhan? ¿Para que me golpeé? — cuestionó incrédula

— Es tu predestinado...debes estar con él sin importar lo que pase

— Ya veo porque es tu amigo ese alfa idiota, comparten las mismas ideas

— ¿Amigo? ¿Tu predestinado es un socio mío?

— Es Peng

— Deja a Sheng Yang y se feliz con Peng

— No. No dejaré a Yang por una basura como Peng — se cruzó de brazos

— Entonces vete de mi casa — amenazó

— ¿Me estás corriendo?

— Si no dejas a Sheng Yang no quiero que vuelvas a pisar mi casa, no te voy a dar nada de mi herencia y olvídate de que tienes padre

Jian Bing soltó una risita antes de contestarle

— Bien, me voy a ir de tu casa. No me importa tu herencia y sobre lo último...No será difícil olvidarme de tí, desde que nació Liying tanto tú cómo mi madre me dejaron de lado, nunca les importe. Para ustedes dos solo existía Liying. — limpio las lágrimas de sus mejillas — Me retiro...Señor Wang

Jian Bing salió de la oficina de Yibo, se sentía triste pero al menos ya no tendría que ocultar su relación.

— Ojalá Zhan te deje...El no merece sufrir — murmuró saliendo de la hacienda