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Nayeon estaba ebria.

Para ser honestos, estaba muy ebria.

La castaña estaba sentada en su puesto habitual en The Moonlight Sunrise Strip, un bar popular entre estudiantes universitarios como ella, con los ojos fijos en las luces de colores que colgaban del techo.

Necesitaba algo en que arrecostarse, porque todo a su alrededor estaba dando vueltas.

Era un lugar oscuro, apestaba a una mezcla de alcohol, sudor y perfume. Nayeon siempre imaginó a los dueños rociando frenéticamente ambientadores para tratar de tapar el olor a humedad, pero era en vano.

Por un momento, respiró profundamente para controlarse, para evitar que todo a su alrededor se diera vuelta.

Ese último shot realmente fue suficiente, ¿eh?

Lentamente, su mirada se desvió de las luces hacia la barra, donde los últimos clientes, excepto ella, estaban pagando sus bebidas. Todas las mesas y puestos quedaron libres de personas, lo que la convirtió una vez más en la última en irse.

En primer lugar, ni siquiera sabía por qué fue sola. Probablemente parecía una total idiota en ese momento.

Por lo general, una o dos amigas suyas siempre se unían al segundo que ella lo pedía. La temporada de exámenes había terminado y la gente tenía ganas de beber y divertirse, pero sobre todo de beber. Nayeon supo aprovechar eso.

Nayeon se había convertido en una clienta habitual del bar, hasta el punto de que conocía a los camareros por su nombre y ellos a ella por su pedido de bebidas.

Era vergonzoso y ella era muy consciente de ello.

Derrotada, dejó que su cabeza se hundiera entre sus manos, mirando la pegajosa superficie de madera de su mesa, el vaso de cerveza vacío simbolizaba perfectamente su estado emocional en ese momento.

Si Momo la viera así, probablemente le daría un ataque. Como lo hacía todos los fines de semana desde su ruptura.

"Nayeon, tienes que cuidarte."

"En serio, no puedes seguir bebiendo así, te puede afectar tu salud."

"La próxima vez que te sientas deprimida, llámame, ¿de acuerdo? El alcohol no solucionará tus problemas, ¿vale?"

Claro, Momo era su mejor amiga desde la secundaria y debió haberla escuchado. Pero de todos modos no era como si ella fuera a descubrirlo.

La propia Momo estaba bastante ocupada con la universidad, sin mencionar todos los malabares que tenía que hacer para congeniar todas sus actividades con su relación con Dahyun al mismo tiempo.

Nayeon no quería ser una carga adicional, especialmente porque no era su responsabilidad ayudarla. Se suponía que debía disfrutar de la vida y ser feliz, no pasar todos los días preocupándose por la ruina de su mejor amiga.

Un profundo suspiro estaba a punto de escapar de ella, cuando la sombra de una persona apareció junto a su mesa.

"¿Disculpe, señorita?"

Impar / MinaYeon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora