Capitulo 2

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Brady y yo merodeábamos por la orilla de la playa buscando a nuestros amigos, mientras observamos el caos organizado por los movimientos del día. A nuestro alrededor, padres ansiosos y chicos nuevos nerviosos tejen a través de la multitud de estudiantes que regresan chillando. Brady y yo hacemos apuestas acerca de que torpe lame culos, se tropezará cuando cruce el trayecto de la playa que está lleno de improvisados obstáculos de cajas, mini-neveras y maletas.

Cuando estamos contemplando la tasa de éxito de un chico con aspecto particularmente torpe con la cara llena de acné, un peso de casi cuarenta y dos kilos choca contra mi lado y envuelve los brazos alrededor de mi cintura delgada.

—Fletch.

Una cabeza rubia rojiza se presiona en mi pecho antes de separarse.

—Hey, Paige —digo, mientras se vuelve de un salto hacia Brady.

Ella apenas esta vestida y es jodidamente congelador. Cuando se pone de puntillas para golpear en la cabeza de Brady, asoma su culo debajo de la falda de mezclilla obscenamente corta. Lleva una camisa de gasa encima del bikini que pone alegremente de relieve las tetas falsas que su padre le compró para su decimosexto cumpleaños. Reid dice que se sienten exactamente igual que las reales. No lo sé, ya que nunca había tocada unas falsas. Además, Paige está fuera de mis límites.

—¿Se te olvidó el resto de tu ropa? —le pregunto.

Se ríe.

—No. Hacia como un millón de grados esta mañana en el Condado de Orange. Me vería ridícula usando Ugss y lana.

Brady se encoge de hombros y le da un cachete en el culo. 

—Estás un poco ridícula ahora.

Paige rueda los ojos y menea un dedo.

—Manos fuera, Pearson. Estoy tomada, ¿recuerdas?

El primer año, Brady se atrevió a decir a nuestro amigo Reid que Paige tenía piernas calientes. Ella no. Pero es linda. Además, Paige sabe cómo divertirse. Y desde entonces por primera vez en su segundo año de estudiante le atornilló a las salas de música insonorizadas y Reid no ha vuelto a hostigar a nadie más.

—¿Dónde está Calista? Pensaba que ella vendría en el auto contigo — pregunta Paige.

Ese era el plan, pero no quería estar encerrado en el auto con ella durante dos horas. Sin embargo Calista no parecía tener problema con ello, a pesar de que me ha evitado durante la semana pasada.

Pero no lo digo, no soy un imbécil tan grande. En su lugar, raspo la punta de mi Converse a través de la hierba húmeda y admiro cómo las gotas de agua se aferran a la superficie de mi zapato. Calista no debe haberle dicho a Paige lo que pasó.

—Sus padres deben estar trayéndola. Supongo que deberá estar aquí pronto.

Paige suspira.

—Bien, pensé que ibas a decir que no conseguiste el auto este año. ¿Te imaginas lo aburrido que serían las cosas si no nos pudiésemos escapar del campus?

Mis padres me dieron un SUV enorme en mi decimoséptimo cumpleaños, que guardo aparcado en el estacionamiento de estudiantes cerca de la casa del director. Harker permite aparcar en el campus a las personas mayores y a estudiantes de día que tienen auto, aunque sólo a un puñado —yo incluido—. En el tercer año, de alguna manera mamá y papá convencieron a la escuela de San Francisco de que estaba lo suficientemente cerca para mí, para ser considerado un estudiante de día y que volvía a casa sobre una base regular. Yo no y no lo hice.

La multitud en la playa se ha empequeñecido un poco, pero aún hay demasiados padres pasando el rato. Actuando como si les importase. 

Continúan y siguen sobre lo grande que son sus "bebés", cuando todos sabemos la verdad: que no pueden esperar a entregar sus responsabilidades paternales y la tarea sucia de criar a los chicos. Todo en nombre de darnos una educación estelar, por supuesto.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2015 ⏰

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