Part 4

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Pronto, Jeff descubrió que Barcode haría lo que fuera por tomar un baño, porque le encantaba.

— Barcode, te voy a lavar aquí afuera con la manguera de agua, como lo hago con mis plantas. – le advirtió Jeff.

— A tus plantas les gusta. Seguramente lo disfrutaré como ellas.

— ¿En serio? – a veces Barcode decía cosas como estas a las que Jeff no podía entender muy bien.

— Sí, sobre todo esas que se parecen al sol.

— Girasoles, se llaman girasoles, Barcode.

— Esas, los girasoles. – y entonces, Barcode sacó sus manos detrás de su espalda y en ellas traía un pequeño ramo de girasoles — La otra vez que andaba corriendo por ahí me topé con estos, me di cuenta que son más pequeños que los tuyos y por eso te traje algunos.

Los ojos de Jeff se iluminaron enseguida, los girasoles en efecto eran más pequeños, justo como son los girasoles silvestres, los cuales solamente había visto en fotos. Le encantaban los girasoles, en su jardín tenía muchos, eran grandes y hermosos, no como los que Barcode le trajo, que eran más pequeños, delicados y lindos, "lindos justo como Barcode", pensó Jeff.

— Son encantadores Barcode, gracias. – dijo Jeff tomando los pequeños girasoles en sus manos. — Pero ni creas que te salvas del baño con la manguera.

— Está bien. – respondió Barcode feliz, pues bien valía al ver esa bella sonrisa en el rostro de Jeff al ver los girasoles. — Te traeré más la próxima vez.

— No. – la negativa de Jeff tomó un poco por sorpresa a Barcode. — La próxima vez, llévame contigo al campo de girasoles donde has tomado estos.

La sugerencia hizo muy feliz a Barcode. Llevar a Jeff de paseo era algo que Barcode estaba deseando desde hace mucho tiempo, al ver que este no salía mucho de su casa, solamente que tuviera que ir al pueblo por provisiones. Barcode temía que Jeff enfermera más estando encerrado, el hijo de sol debería tomar un poco más de sol y algunas caminatas para ejercitarse.

— Te voy a llevar muy pronto. – sonrió feliz Barcode.

— Sí, sí, ya veremos. Por lo pronto, vamos a quitar ese lodo que traes encima. – le advirtió Jeff antes de abrir la manguera de agua y apuntar directamente a la cara de Barcode.

— ¡Espera! – por estar tan feliz, Barcode no se había dado cuenta cuando agarró Jeff la manguera.

Dejar limpio a Barcode pronto se volvió un juego, en el que los dos terminaron empapados y hambrientos.

A la mañana siguiente Barcode fue el primero en despertar, por la misma razón del día anterior, le gustaba ver dormir a Jeff, éste parecía tan tranquilo, no como las primeras veces que durmió con él.

Por algún tiempo, Barcode estuvo durmiendo sobre la alfombra encima de una colchoneta, porque la verdad, es que no se atrevía a dormir en otro lugar. Hasta que, en una noche de tormenta, los recuerdos de cómo su familia fue acabada por los humanos vinieron a su mente.

Cuando era cachorro, su madre era quien calmaba sus pesadillas y ahora, en verdad Barcode deseó con todas sus fuerzas despertar del horrible sueño, pero no pudo hasta que, sintió como alguien lo levantaba y le abrazaba, fue así como pudo abrir sus ojos.

Jeff estaba a su lado abrazándolo con fuerzas mientras que de los ojos de Barcode continuaban saliendo lágrimas. La pesadilla había sido brutal. Y pensar que esto lo vivió en carne propia siendo un pequeño cachorro.

— Solo es una pesadilla. – Jeff intentó consolarlo.

Ojalá Barcode pudiera contarle, decirle que no se trataban de simples pesadillas, sino de algo que vivió siendo un pequeño lobo. No podía hacerlo porque seguramente no le creería.

"Lucid"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora